Recital de Asier Vázquez
El día 8 de junio, a las 21h,
ASIER VÁZQUEZ
recitará en EL GATO VERDE
C/ Torrecilla del Léal, 15 (Metro Lavapiés / Antón Martín)
Ciclo: Más allá del Jazz
Asier Vázquez, (Bilbao, 1981), periodista y bloguero, autor de 2 poemarios.
“He leído en Borges que cuando Dante Gabriel Rosetti terminó la novela ‘Cumbres borrascosas’ le envió a un amigo una carta: ‘La acción transcurre en el infierno, pero los lugares, no sé por qué, tienen nombres ingleses’. Sé que con la poesía de Asier sucede algo similar aunque quizá menos terrible: que por alguna razón Madrid es el nombre, pero la acción o las fotografías o las estampas vienen de otra parte o residen en otra parte (…)”.
Enrique Naveda, prologuista de su último libro.
VOY A estar triste por unas horas.
Deja que la luz se vierta sobre el mundo
y divague o se extinga en lo oscuro de mis ojos.
Deja que mi alma se hunda en la sombra.
Sabré volver a la orilla.
Voy a estar triste por un rato.
Acaso el tiempo que tardan los parques en vaciarse
cuando las madres recogen a sus hijos y regresan a sus casas.
O el tiempo que tarda la madrugada en trepar a los balcones.
Al doblar la tarde
está el silencio.
Ha llegado a la ciudad en el último tren.
Me buscará entre las ruinas pero yo ya habré vuelto a tu lado.
Solo soy
un pájaro triste
que se ha perdido en tu pecho.
*
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*
LO QUE no sabes,
lo que acaso no imaginas,
es que cuando te vas
el tiempo se suicida o se hace el muerto
y me arrastra en su caída de siglos
hacia mi aniquilación transitoria.
Lo que no sabes,
lo que acaso no imaginas,
es que para poder sonreírte cuando te encuentro de nuevo,
para mostrarme luminoso y alegre,
para parecer caminante por un camino de rosas,
para ser el yo que tú conoces y que acaso amas,
he tenido que remar largamente desde la orilla negra del mundo:
allá donde se apura la paciencia,
donde no corre el viento del otoño
y el tiempo es un filo enloquecido.
Allá donde no estás.
Lo que no sabes,
lo que acaso no imaginas,
es que a veces
cuando estás conmigo parece imposible que vayas a marcharte,
que a veces
cuando te vas parece imposible que vayas a volver.
*
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*
DE UN tiempo a esta parte
camino muy lentamente
como un viejo prematuro.
No por fatiga
sino por instinto.
Por la íntima sensación
de que así quizá llegue antes a los sitios,
y que quizá así te reencuentre antes.
Acaso sea también
para escapar
de los palacios de la ira,
del pálido destierro,
del anafórico horizonte de los tejados.
O sencillamente
para volver
al viento que besas.
*
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*
APUESTO A que has olvidado a propósito
el cetro del amor
en casa.
Sé que hay canciones
que no podremos volver a cantar
nunca más: yo también aprendí
la muerte
muy pronto,
poco tiempo después que tú.
Quizá por eso
o a pesar de todo sonríes
y te quitas las sandalias
y hundes tus pies descalzos
en los alcorques de los árboles.
Escucho a Dylan
mientras ahí fuera
transcurren los primeros instantes
de la desigual batalla
entre el fulgor y la melancolía.
Dime tú,
amor mío,
de qué lado se han puesto
nuestros corazones.
*
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*
EL ATARDECER
ha venido a enredarse
en la clandestinidad de los tejados.
Entonces,
el aire se ha entibiado,
ha entristecido un poco,
y se ha ceñido al alma
como un ropaje melancólico
del que sin duda no se escapa en los cafés.
Y tú me esperas,
apoyada en el alféizar de la última ventana del crepúsculo
me esperas,
con una copa borrosa en las manos.
O quizá llego yo por sorpresa,
emperatriz de la patria del sueño,
inspiratriz de mi apátrida poesía,
que sonríes con la risa de septiembre
y me besas con los labios de la rosa.
Poemas publicados en “Bésame entre la niebla”, de El Gallo de Oro Ediciones
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Estelle Talavera