Esos bichos raros de hipsters
Por Andrei Overflow
Sé que no soy un hipster. He pasado la primavera en Benidorm y el verano en Cuenca, dos puntos donde no hay hipsters. Hago compras en El Corte Inglés, tengo un PC en lugar de un Apple, nunca voy a los Starbucks, no me gusta el yogur helado, y me considero «único”, pero te aseguro que yo no soy un hipster. Creo que no conozco a ningún hipster, ni siquiera entiendo a los hipsters. ¿Están enojados con el mundo? ¿Son cínicos hacia la sociedad moderna? ¿Son artistas o son autistas? ¿Son inteligentes o simplemente flojos mentales? Para mí que todo lo suyo es una pérdida de tiempo.
En cualquier caso, la definición de «hipster» sigue siendo opaca para todo aquel fuera de sus círculos altamente selectivos. Estoy seguro que a los urbanitas hipsters les gusta que sea así . Pero, ¿quién está dentro de este círculo? He conocido a los veinteañeros que son «genios » en la tienda de Apple de Barcelona, asisten a conciertos en piscinas vacías de Palma de Mallorca, y usan pantalones vaqueros ajustados y zapatillas de albañiles antiguos. Pero nunca he conocido a nadie que se describa a sí mismo como «hipster». De hecho, me he dado cuenta de que alguien que parece tener hábitos inconformistas se pone muy ofendido y a la defensiva cuando se le llama un hipster . Creo que esa rección no se debe a cierta agitación afectada, sino porque no quieren aparecer como ellos piensan que son en su estado natural. Porque creo que en el fondo no están muy convencidos de que sean verdaderos inconformistas hipsters. Pero, ¿quién es un verdadero hipster?
Nunca he leído el manual del inconformista o encontrado en la blogosfera su verdadera definición. No me importa nada de los hipsters, y siento como que les estoy dando pábulo a su ego con sólo escribir este artículo. Pero tal vez con el esbozo en este artículo de ese mito del inconformista hipster puedo poner fin a la locura de su idiotez. Sin embargo, lo más duro para hincarles el diente a los hipsters es que evitan las etiquetas y ser etiquetados. Eso sí: todos visten igual y actúan de la misma manera y lucen sus barbitas de médicos del siglo XIX. ¿Acaso el hecho de no ser un inconformista como yo no es ir en contra de todas las creencias inconformistas de los hipsters? Porque se supone que los hipsters deben odiar todo lo convencional o la moda.
Pero la marea de hipsters se ha generalizado. Jovencitos de toda España, desde los suburbios de las ciudades, de las universidades a las escuelas de primaria, están tratando de ser inconformistas hipsters. Definitivamente hay inconformistas, o impostores de inconformista, que deambulan por las calles de Ciudad Linal con la icónica mirada de la vendimia, vidriosa y cuidadosamente creada. ¿Los urbanitas reales argumentan que estos impostores tienen algo misterioso en la mirada, pero no los valores correctos. ¿Qué sucede cuando las tiendas de Zara superan en número a las tiendas de Cortefiel en Sevilla y los blogs sobre música, de fotos porno, o de cocina se convierte en rentables? En ese caso juraría uno que los hipsters han ganado o simplemente que se han derrotado a sí mismos.
En esta era postmoderna el anticonsumismo está comenzando, y el rol de estar a la última moda ha terminado. El que los hipsters vivan donde residen ( en Malasaña de Madrid, en la Malvarosa de Valencia o en la Barceloneta de Barcelona, en lugar de en Vallecas, por ejemplo) es un indicio de que esa marea de hipsters se está haciendo con el control con lo que proclaman que no les gusta. Sin embargo, creo que hay un consenso general en que algo extraordinario nos ha alcanzado y que el cambio ya está por delante de nosotros. El cambio definitivo puede llegar en las elecciones próximas o venir forzado si nuestra economía continúa en su espiral descendente. A medida que nos vemos obligados a consumir menos, como las cadenas de tiendas de masas y los restaurantes de comida basura, y como la nación hace un esfuerzo concentrado para ser más «verde», parece que estamos yendo en una dirección que a los hipsters les pueden gustar. Ahora tal vez puedan dejar de quejarse y hacer algo valioso por la sociedad.
Interesante artículo. Un inciso, lo estaba leyendo y me he quedado sorprendido de ver mi barrio mencionado: ¿Ciudad Lineal de Madrid,junto a Ventas-San Blas?