The Smiths, música, política y deseo
Si la obsesión con el pasado es, como plantea Simon Reynolds en Retromanía, la característica central de la cultura pop actual, The Smiths probablemente sean el grupo emblemático de nuestro tiempo: no sólo su música, su imagen y su actitud remiten de continuo a un pasado perdido o incluso irreal, sino que, en una época caracterizada por los «regresos» artísticos, su temprana separación y sus continuas negativas a reunirse los han convertido en un objeto absolutamente nostálgico, irrecuperable, perfecto para la emotividad contemporánea.
Este libro no surge, sin embargo, de una voluntad conmemorativa, sino de una afinidad conflictiva. Nuestra actualidad política y cultural está marcada por las consecuencias de los procedimientos ideológicos iniciados durante los años ochenta y, en buena medida, desde aquella Inglaterra brutalmente neoliberal de The Smiths. Igual que entonces, los desequilibrios territoriales, la criminalización de la pobreza, la violencia urbanística o la precariedad del trabajo forman el núcleo de nuestro periodo gubernamental, mientras los Estados siguen construyendo sus propias «Malvinas» y sus «enemigos interiores» para capitalizar la confusa energía del nacionalismo.
En este contexto político no se trata, por tanto, de celebrar a The Smiths como elemento del pasado, sino de comprenderlos como parte de una tradición artística e ideológica que conecta con nuestro presente. Cuando en 2010 Johnny Marr le «prohibió » públicamente al primer ministro británico David Cameron que siguiera manifestando su admiración por The Smiths1, el guitarrista expresaba esa misma convicción moral: al omitir las condiciones históricas de una obra, la malentendemos, la banalizamos, la reducimos a un producto comercial entre otros. La nostalgia es la negación de la política, aquello que despoja a una obra de su capacidad de intervención.
Situar a The Smiths en su época y en la nuestra no significa, pese a todo, eludir sus ambigüedades, ni las de su obra. Este libro propone una imagen múltiple, tanto en lo político como en lo artístico, de una banda marcada por las tensiones: no sólo entre Morrissey y Marr, entre «letra» y «música», sino también entre lo ordinario y lo extraordinario, el individuo y lo colectivo, las formas religiosas y el nihilismo, la redención y la desesperación, lo universal y lo regional, la política y su ausencia. Una obra artística no se consume en el debate, sino que se prolonga; de ahí que los textos de este libro parezcan entrar a veces en discusiones improvisadas: aunque cada uno de ellos interrogue temas y experiencias muy concretas en torno a la banda, sus «versiones» de The Smiths se enlazan, se refutan, se apoyan o se contradicen. No puede haber una interpretación «definitiva» de The Smiths, como no puede haberla de ningún objeto cultural.
«No es que me gusten ciertas personas porque les gusten The Smiths», decía un fan de la banda en el libro All Men Have Secrets, «pero, si les gustan The Smiths, hay bastantes posibilidades de que tengamos una mentalidad parecida, y ésa es una buena forma de empezar». Esta frase podría resumir el sentimiento que ha recorrido la producción de este libro, con esa forma inexplicable e intensa que tienen The Smiths de «unir» a quienes los escuchan. Como responsable del volumen, sólo puedo agradecer a los distintos autores y autoras su excepcional entusiasmo por el proyecto, así como a los editores de Errata naturae, Rubén e Irene, y a sus colaboradoras Melina, Susana y María.
Fruela Fernández
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Fruela Fernández (Langreo, 1982) es escritor. Ha publicado el libro de poemas Folk(2013); en 2014 aparecerá una antología de su obra, Murmúresy, en la editorial costarricense Germinal. Fue codirector del festival Cosmopoética (Premio Nacional de Fomento a la Lectura). Ha traducido textos de Patrick Kavanagh, Ezra Pound, Marie Luise Kaschnitz y Edoardo Sanguineti, entre otros. Actualmente trabaja como profesor de Traducción en la Universidad de Hull (Reino Unido).
Editorial Errata Naturae