«Ladydi», la narconovela de Jennifer Clement

 «En esta tierra una puede salir a caminar y encontrarse una iguana enorme, un papayo con docenas de frutas grandes, un hormiguero gigante, plantas de mariguana, amapolas, o un cadáver

Ladydi, de Jennifer Clement.
Ladydi, de Jennifer Clement.

Actualidad editorial:

Jennifer Clement ha escrito la historia definitiva sobre la situación de las mujeres en los estados mexicanos controlados por los carteles de la droga. Ladydi (Editorial Lumen, 2014) es una narconovela que traza un retrato demoledor sobre la realidad de México, y lo hace a través de un personaje que impregnará de compasión el corazón de los lectores, Ladydi García Martínez, una niña de once años nacida en el estado de Guerrero, que se hace pasar por un chico para evitar que los narcotraficantes la secuestren. Junto a sus tres amigas del alma, tendrá que esconderse en los hoyos cavados en los patios traseros de las casas para evitar que la encuentren los narcodelincuentes que buscan convertirla en una esclava sexual.

 

La dureza que impregna la vida en un estado plagado de marihuana, narcotraficantes y amapolas es terrible. Ladydi y su madre viven en un pueblo de montaña donde las condiciones de vida son terroríficas y en el que hasta la propia naturaleza se ha convertido en enemiga. Una tierra sin maridos, sin padres y casi sin hermanos porque todos se han ido a buscar fortuna al otro lado de la valla y ninguno se ha molestado en volver. Ese es el pueblo donde ya nadie le reza a Dios porque ni de él se fían… Pese a todo, en ese infierno Ladydi crece rodeada de amigas y al lado de una madre capaz de robar, maldecir y reír cuando le venga en ganas. Bien mirado, la miseria no es tanta en Guerrero, ni el dolor tampoco, y la vida discurre al ritmo de unas chancletas que van pisando polvo, hasta que llegue el día en que una pasión o un delito te arranquen de la montaña y hagan de ti una mujer distinta. Acusada erróneamente de participar en un crimen, la joven dará con sus huesos en la cárcel, lugar al que van a parar otras muchas mujeres tras haberse defendido de una violencia que han respirado desde su nacimiento.

«Me quedé muy quieta, quieta como cuando hay un alacrán blanco casi transparente en la pared arriba de tu cama. Quieta como cuando ves una culebra enroscada atrás del bote de café. Quieta como cuando esperas que el helicóptero suelte el herbicida ardiente sobre tu cuerpo mientras vas de la escuela a tu casa. Quieta como cuando oyes que una camioneta se desvió de la carretera y casi ruge como un león, aunque nunca has oído rugir un león

Jennifer Clement ha creado un personaje que pese a la crudeza del ambiente que le rodea, mantiene cierta inocencia. Su mirada hacia el exterior se caracteriza por la búsqueda de belleza allá donde no puede haberla y por la confianza en las personas que se mueven a su alrededor, una confianza que a menudo se ve truncada cuando descubre que el alma de sus vecinos ha acabado ensuciándose por culpa de la violencia y el hedor. Ladydi se verá inevitablemente arrastrada por la marginalidad y miseria que su país parece tenerle reservada.

 

Jennifer Clement nació en 1960 en Connecticut, pero sus padres se trasladaron a Ciudad de México cuando ella solo tenía un año. Estudió literatura inglesa y antropología en la Universidad de Nueva York y literatura francesa en París. Entre sus obras se encuentra el libro de memorias La viuda Basquiat, uno de los títulos de referencia sobre el pintor contemporáneo Jean Michael Basquiat, así como varios poemarios. También es autora de las novelas El veneno que fascina y Una historia verdadera basada en mentiras, que estuvo nominada al Orange Prize. Ladydi ha sido premiada con el NEA Felloship for Literature, ya es un éxito de crítica y público en Inglaterra y Estados Unidos, y los derechos de edición han sido vendidos a diecisiete países.

 

Ladydi. Jennifer Clement. Traducción de Juan Elías Tovar. Editorial Lumen, 2014. 240 páginas.

 

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