Un millón de gotas
Un millón de gotas. Víctor del Árbol. Destino editorial. 672 páginas. 19,90 euros.
Por Esther Ginés
Hace apenas un año, tuve la suerte de que un buen amigo me recomendara una de las novelas que más me han gustado en los últimos años. Se trata de Respirar por la herida, del escritor catalán Víctor del Árbol, una historia que obtuvo excelentes críticas y con la que conquistó a muchos lectores, no solo en España, sino en Francia, país en el que su narrativa es muy apreciada. Cuando terminé el libro supe que, de alguna manera y a pesar de haber leído solo esa obra, Víctor del Árbol era ya uno de los autores cuya trayectoria quería seguir de cerca. La tristeza del samurái, anterior a Respirar por la herida, fue el siguiente libro que leí. Los dos fueron publicados por la editorial Alrevés, un sello comprometido con la literatura de calidad, que en estos tiempos tan oscuros que vivimos está haciendo una gran labor para dar a conocer a autores muy valiosos.
Siempre he sido poco amiga de las etiquetas, por eso no estoy muy de acuerdo con que se le englobe dentro del universo del thriller. Si tuviera que definir la narrativa del escritor, lo primero que destacaría es la humanidad que desprenden todas sus historias. Es algo que no puedo decir de gran parte de los autores de thriller que, sorprendentemente, son tomados como referente en España. Un buen escritor es, la mayoría de las veces, un gran conocedor del alma humana, de sus rincones más luminosos y de las zonas más oscuras. Y en ese terreno, en el de las emociones, en el de los actos pasados que marcan el presente y condicionan el futuro de las personas, Víctor del Árbol se mueve a la perfección. Un millón de gotas no sorprenderá a los lectores que ya conocen su talento literario. Para otros, en cambio, esta estupenda y compleja novela supondrá todo un descubrimiento, como para mí lo fue en su día Respirar por la herida.
El libro tiene todos los componentes que cualquier lector le pediría a un bestseller: trama adictiva con numerosos giros, ritmo ágil y personajes cuidados. Pero Un millón de gotas es mucho más que eso: es una novela sobre la condición humana, sobre los héroes y los traidores, sobre la capacidad que los hombres tienen de hacer el bien y también el mal. Los ideales, el poder del recuerdo, las promesas y los lazos familiares son algunos de los temas principales que trata la historia, ambientada a caballo entre la Barcelona del año 2002 y la Unión Soviética de los años anteriores al estallido de la II Guerra Mundial. Y por encima de todos estos temas, Un millón de gotas es, en mi opinión, una historia sobre el poder del amor y el compromiso. El amor con sus diferentes rostros: a unos ideales, a una familia, a una vieja fotografía que se conserva durante años en una cazadora de piel…
La historia nos presenta a Gonzalo Gil, un abogado con una vida un tanto gris que honestamente lucha a diario para sacar adelante su bufete evitando la alargada sombra que su suegro, letrado de poder y de renombre, proyecta sobre él. De pronto, recibe una dura noticia que cambiará su día a día: su única hermana, con la que hacía años que no se trataba, se ha suicidado tras cometer un crimen. Gonzalo decide entonces asumir los riesgos de investigar las complicadas y peligrosas conexiones que relacionan a su hermana con una mafia rusa afincada en Barcelona. La historia, narrada con gran intensidad, pronto traslada al lector a la URSS en 1933, donde el padre de Gonzalo, un joven ingeniero rebosante de ideales, vivirá en su piel uno de los capítulos más cruentos de la historia europea: la deportación masiva de miles de personas a la isla de Nazino, en la Unión Soviética. Un infierno en Siberia donde sobrevivir exigía un precio muy alto: la pérdida de la humanidad, el riesgo de convertirse en un monstruo capaz de las peores aberraciones.
Víctor del Árbol firma una novela con un importante componente histórico, muy documentada, y que ahonda en el infierno de las purgas estalinistas, haciéndonos reflexionar sobre hasta dónde es capaz de llegar el hombre cuando el poder está en juego. Una historia de luces y sombras que seguro calará hondo.