Construcciones abstractas al margen de la premeditación
Por María J. Pérez.
Luto riguroso
María José de Simón Casuso
Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez
Calle Colon s/n, esquina con Seminario
Col. Centro – Zacatecas
México
Hasta el 15 de junio de 2014
“Partiendo de mi investigación en torno a las formas imposibles y sus posibilidades de significación, abordo la obra pictórica y la pintura objetual (diversos lienzos que conforman una sola obra) como una actividad de construcción instintiva y gestual. La semántica en mis imágenes es un proceso que se resiste a la explicación y la referencia de imagen, construyendo en sí mismas un significado que se revela tal cual es”
Así es como María José de Simón, pintora y grabadora de vocación, plantea su discurso artístico al margen de la premeditación.
Con clara disposición hacia el expresionismo abstracto, esta cántabra de nacimiento se inclina hacia esta tendencia realizando sus creaciones en la línea de los grandes formatos, integrando los colores mediante veladuras dirigidas hacia el esgrafiado que le confiere su característica impronta.
Y es así, como buena expresionista, pone a su disposición el inconsciente en el acto de pintar -sin bocetos previos- más que un proceso dirigido por la razón donde el resultado es el impacto visual a través de la emoción.
De esta manera, representa y transmite la pulsión oculta, con una singular modulación espacial en las formas geométricas, que surge de la espontaneidad, sin esquemas preconcebidos, como eje invertebrado a expensas de la limitación cromática y de una gestualidad expresiva y palpitante.
La muestra, comisariada por Jeannette Betancourt, lleva por título “Luto Riguroso” y se expone en el Museo de Arte Abstracto Manuel Felguérez, antiguo Seminario conciliar del siglo XIX, dentro de la programación de actividades del XVIII Festival Cultural Zacatecas y que alberga en sus salas obras producto de tres generaciones de artistas mexicanos dedicados a la pintura y escultura dentro de la abstracción durante los últimos 50 años.
Desde su llegada a la Ciudad de México en 2005, la técnica de María José de Simón se realiza a base de acrílicos y ciertas tonalidades recurrentes de grises, negros y gamas de blancos, aunque no deja de lado los ocres, violetas, rojos, amarillos y azules, conjugándose a su antojo con una intencionalidad aleatoria y sin una uniformidad que redunda en una estética basada en la experimentación y la fuerza creativa.
Influjos en sus composiciones, fruto de la formación de la pintora, nos remiten al momento de la corriente abstracta de los años 50 representada, entre otros, por Clifford Still y Robert Motherwell de la Escuela de Nueva York, y otras referencias estilísticas como el francés Pierre Soulages, Rafael Canogar del informalismo catalán, e, indudablemente, a José Guerrero.
Se enfatiza en su obra el afán de superar el objeto como tal, convirtiendo la obra en un todo coherente y unitario a base de tensiones profundas y relajamientos superficiales que denota una exhibición compacta y homogénea, con un equilibrio compositivo en perfecta avenencia, recalcando su estilo en la no figuración, en la no forma sin empastes.
Y es sólo en el momento de la mirada global cuando ésta se armoniza al paso de cada lienzo, con su particular singularidad y un significado cualitativo respecto al conjunto.