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Michio Kaku y la realidad alienígena

Por Miguel Ángel Montanaro. Hace aproximadamente diez años, Paul Hellyer, ex ministro de Defensa de Canadá, realizó unas declaraciones sobre la existencia de alienígenas que conmocionaron al mundo.
Según Hellyer, existen más de ochentas especies de extraterrestres conviviendo entre nosotros desde hace miles de años, y un par de ellas, desde hace unas décadas, trabajando en secreto con los norteamericanos.
Aseguró además, el que fuera a mediados de los 60, el más alto funcionario del negociado militar canadiense en el gabinete del primer ministro Pierre Trudeau, que la práctica totalidad de esas razas alienígenas son pacíficas y que quieren colaborar con nosotros –siempre y cuando abandonemos la investigación nuclear con fines bélicos y orientemos nuestra actividad científica hacia un uso pacífico–, pero que sospechan de las intenciones ocultas de un par de esas razas extraterrestres.
Así, para desayunar un domingo de febrero, no está mal la cosa ¿verdad?
Pues agárrense a la silla que vienen curvas.
Nobutaka Machimura, portavoz del Gobierno japonés, ya confirmó en 2011 que no se podía negar la evidencia de los OVNIS y que su gobierno, debería ir elaborando un plan para diferentes contingencias extraterrestres, sobre todo, para cuando estos aparatos no identificados decidiesen posarse sobre su territorio.
Por otra parte, hace poco más de un año, el presidente ruso Medvedev, afirmaba off the record tras una entrevista, que a los presidentes rusos, además de encomendarles el maletín con los códigos de control del arsenal nuclear, se les entregaba también, un dossier con la actividad pormenorizada de los alienígenas fichados en su nación.
Según parece, los rusos aseguran que antes o después, habrá que contarle la verdad extraterrestre a la población mundial; escogiendo, eso sí, el momento oportuno para hacerlo.
Los que gobiernan este planeta azul, no terminan de calibrar el impacto que podría ocasionar tal y tan inquietante información en la imprevisible conciencia del ciudadano medio, si éste se despertase una buena mañana, con la noticia, de que podría darse la circunstancia de que su vecino, pudiera ser un fulano procedente de otra galaxia.
Hasta este renglón de la columna, todos –incluido el que la firma–, querríamos tener una explicación plausible para estas informaciones y podría ser la siguiente: los tres tipos citados, Hellyer, Machimura y Medvedev, le dan al jarro.
El primero le pegaría al suave whisky canadiense, al nipón se le achinarían los ojos dándole al sake y el ruso, regaría las tostadas del desayuno con un buen vodka siberiano.
Pero va a ser que no. De acuerdo que los tres citados anteriormente son o han sido políticos –ergo gente de poco fiar–, pero me veo en la obligación de validar sus sorprendentes declaraciones, contrastándolas con las del señorito Michio Kaku, –que es un científico serio–, en concreto, un físico norteamericano de ascendencia japonesa, que propugna una alucinante escala de civilizaciones extraterrestres.
Kaku, licenciado cum laude en la Universidad de Harvard, es Doctor en Física y hace treinta años que es catedrático de Física Teórica en la Universidad de Nueva York, además de ser uno de los padres del célebre modelo fundamental de Física Teórica llamado: Teoría de Cuerdas.
Pues bien, Kaku, no se plantea la disyuntiva de extraterrestres sí o extraterrestres no; para Kaku, la existencia de alienígenas es una obviedad, de hecho, los tiene catalogados en tres categorías o civilizaciones que son, las que siguen.

Civilización grado 1. Civilización de tipo planetario.

Esta civilización, a cuyo nivel los humanos llegaremos dentro de unos cien años, controla su planeta y los fenómenos atmosféricos y metereológicos. Predice terremotos y palía sus efectos.

Civilización grado 2. Civilización de tipo solar.

Los extraterrestres que pertenecen a este grado evolutivo tienen la capacidad de controlar la energia de las estrellas. Dominan la genética, han detenido el envejecimiento y han alcanzado la inmortalidad. Por otra parte, pueden modificar el tiempo, intervenir en glaciaciones, o alterar rumbos de objetos celestes.

Civilización grado 3. Civilización de tipo galáctico.

Éstos son los barandas de los cielos. Los que parten el bacalao cósmico. Seres capaces de controlar la energía del espacio y de viajar a través de otras dimensiones. Unos alienígenas, según Kaku, que nos llevarían un adelanto técnico y científico de miles, incluso, millones de años.

Sí, querido lector, ya puede limpiarse esa salpicadura de café provocada por la caída de la galleta húmeda en la taza, y dé por hecho de que en estos oscuros temas estelares, nuestros amados gobiernos, también nos esconden información.
Aunque eso no es lo peor.
Lo triste, lo frustrante, analizando la escala de Kaku, es que los humanos no llegamos al primer escalón, al nivel 1; esto quiere decir que no sólo en la escalera de vecinos y en el trabajo, en el barrio y en la Comunidad Autónoma, en nuestra España cañí y en la Europa que nos arropa, sino incluso más allá de donde alcanzan nuestros telescopios, en el Universo infinito, también somos un cero a la izquierda.

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