‘El elefante que quería ser hormiga’ de Emilio Calderón
El elefante que quería ser hormiga de Emilio Calderón y Mari Luz Bravo. Ilustraciones Francisco Segura. Carena Editors, 2013. 21,5 x 23,5 cm., 48 pp.,12 €.
Por José R. Cortés Criado.
¿Quién no cantó alguna vez eso de “Un elefante se balanceaba por la tela de una araña, y como veía que no se caía, fue a llamar a otro elefante…”?
Pues en este bonito cuento, esa es la canción del verano en la selva africana y tal como dice la letra, toda la manada menos una elefantita, Trompa, se balanceaba en la tela de una araña; Trompa fue la que hizo la foto a toda la familia columpiándose antes de la catástrofe.
Después de tan aparatosa caída, los maltrechos paquidermos fueron trasladados al hospital y de la pequeña Trompa nadie se acordó. La pobre, cuando llegó la oscuridad de la noche empezó a tener miedo, menos mal que hizo amistad con una bondadosa hormiga que supo encontrar la solución al problema y pudo acomodar a la elefantita bajo tierra para así pasar la noche en compañía.
Pero por la noche algo más pasó con un oso hormiguero, el cual se llevó tal sorpresa con Trompa que jamás deseó tomar su alimento preferido, hormigas.
Al día siguiente volvió la manada a la selva y recuperaron a la pequeña y cuando quiso presentar a su amiga hormiga a sus padres no la vio y recordó que “cuando los elefantes salen a pasear, las hormigas se quedan en casa”.
Es una familiar y tierna historia donde priman los valores de la amistad ante todo. Ambos autores han sabido dotar el cuento de sentimientos nobles y escribirlo para un público infantil, que se sentirá identificado con la protagonista.
A la sencillez e ingeniosidad del texto hay que añadir las simpáticas imágenes de Francisco Segura, que llenan de color las páginas; se pueden ver los elefantes perfectamente perfilados, los espesos bosques, el submundo de las hormigas, los frutos tropicales…
Este libro admite dos lecturas, la del texto y la de las imágenes, ya que ambas constituyen por sí misma una historia y juntas se complementa, seguro que gustará a todo tipo de público.
Es la primera vez que leo un texto de Emilio Calderón en un álbum infantil, estaba acostumbrado a leer libros para adolescentes y jóvenes escritos por este malagueño, seguro que el trabajo creativo con Mari Luz Bravo ha sido beneficioso para ambos tal como queda reflejado en El elefante que quería ser hormiga.
Publicado en Pizca de papel