Enrique Ballesteros: «igual que el ocho, todos somos únicos, irrepetibles, sorprendentes»
Por Sara Roma
Nos vamos acercando a escritores comarcales a los que hay que dar difusión y cobertura. Hoy tenemos a un escritor malagueño que ha publicada su última novela, Los signos del ocho (Eride ediciones) que nace de una pregunta ¿Y si solo pudiera recordar los momentos de pasión? Se trata de una obra sobre la identidad, la libertad, el poder…Un relato descarnado e irónico protagonizado por personajes que devoran las tardes de una sociedad en crisis.
–Los signos del ocho acaba de publicarse hace un par de meses tras tu primera novela, Ancestra (2010). En esta ocasión, estamos ante una obra de intriga que también aborda la protección de la diversidad y del medio ambiente, a pesar de que el título sugiera una trama misteriosa e incluso terrorífica.
Yo opino que en la literatura lo bonito es guardarse los misterios, enigmas… que el lector vaya descubriéndolos poco a poco y no dar demasiada información sobre la novela porque si no, no tiene gracia.
-La novela además arranca con un personaje, Javier, que despierta una mañana sin saber cómo llegó a la situación en la que se encuentra: hay un nuevo amanecer en una playa y su mente comienza a ser invadida por momentos que no consigue recordar o ubicar en el pasado. Es entonces cuando comienzan el misterio la intriga, la ciencia ficción…
Así es. Este personaje amanece una mañana en una playa hecha de silencios, con un pasado y además existe en realidad, es la playa de los baños del Carmen en Málaga y en ese momento va notando que tiene en su mente momentos del pasado que no consigue ubicar y es entonces cuando se ve envuelto en una trama de corrupción que pone en peligro incluso su propia vida.
-Sí, ahí es donde yo quería llegar al elemento de corrupción y al poder político, algo que el lector sorprenderá a mitad de la lectura. Es más, cualquiera diría que no te ha costado mucho trabajo encontrar la inspiración porque en la costa hemos conocido muy bien lo que es la corrupción urbanística y política. La realidad supera la ficción…
Es una novela muy actual que refleja el momento que estamos viviendo: la crisis, la corrupción…
-Y ¿crees que esta novela, que es un relato irónico, sirve para poner sobre la mesa estas cuestiones y para invitarnos a los ciudadanos a reflexionar sobre ello?
Por supuesto. Yo espero que sí. De hecho, la novela tiene una ventaja sobre otros formatos en los cuales se suele hablar de este tema –como los periodísticos– es el formato emocional. A través de las emociones se puede llegar a la gente mucho mejor. Los signos del ocho es una novela en la cual los personajes encuentran elementos como la naturaleza, el amor, la amistad…esos elementos necesarios en este mundo, a veces desagradable, en el que nos asaltan estas noticias. Este mundo con dientes de piqueta y alma de convenio urbanístico. Y esos signos son los que nos susurran que, igual que el ocho, todos somos únicos, irrepetibles, sorprendentes…
-Sí, porque en la novela vas revelando al lector esos signos que a veces nos pasan desapercibidos. Es una llamada de atención al lector para que despierte de ese letargo en el que muchas veces nos encontramos, sumidos en nuestro ensimismamiento y nuestros problemas personales y nos dejamos llevar por contenidos audiovisuales que no nos aportan mucho. Por eso creo que esta novela sería muy recomendable para lectores adolescentes con formación (a partir de 16 17 años) que ya poseen cierta capacidad crítica.
Sí, ese ha sido uno de los leit motiv que me llevó a escribir y desarrollar esta trama porque considero que Los signos del ocho es un canto a la autenticidad, a la unicidad, a lo hermoso que es el ser único por mucho que a veces nos empeñemos en homogeneizarnos. Decía Eric From en El miedo a la libertad que la gente hace lo que otros esperan y renuncian a ser lo que son y eso nos hace infelices. Nos da miedo a salirnos del rebaño pero merece la pena.
-Ahora mismo estás con la promoción de la novela. ¿Cómo la está recibiendo el público?
La acogida está siendo muy buena. Estoy muy satisfecho con las muestras de apoyo que estoy recibiendo por parte de los lectores. Sobre todo, cuando uno ha pasado tantos meses dando vida a la trama, creando los personajes, y documentándose. Eso es muy recomendable.
–En Culturamas tenemos una sección dedicada a los escritores que están comenzando. Me gustaría que compartieras con nosotros algún consejo o pauta que es recomendable para salir del anonimato o dar el primer paso literario.
Lo primero paciencia. En estos momentos hay que tener perseverancia y creer en lo que uno tiene. Oscar Wilde decía que si quieres escribir hay que tener algo que contar para poder hacerlo. Y también ser honesto en el sentido de que lo que estás haciendo es desarrollar tu creatividad y mostrar a los lectores unas ideas. Hay que ser honesto con ellos y no estar tan pendientes del mercado que nos desvía de lo realmente importante: la historia que queremos contar.