La promoción digital en los tiempos de la autoedición
Por Alejandro Sotodosos
Por muy increíble que parezca, de un tiempo a esta parte, si no tienes tu identidad en internet sencillamente no existes. Cuando contactas por correo electrónico, por teléfono o por carta con alguien desconocido, inmediatamente te piden una dirección web, un blog o una red social a la que acudir para conectar contigo.
Y es que lo expuesto en el artículo anterior refleja tan solo una parte del trabajo que la promoción exige a un escritor novel. Todo el esfuerzo que has empleado en presentaciones, notas de prensa, actos, negociaciones… es necesario pero insuficiente. Hace falta promocionarse también desde ese mundo que creíamos paralelo y que parece ir absorbiendo al físico a un ritmo inimaginable. El mundo digital.
Es cierto que las acciones a llevar a cabo en este universo casi ilimitado son algo confusas, ya que no se tienen datos ni estadísticas de suficiente recorrido como para categorizar y poder trazar un plan definido y de éxito asegurado. No obstante, hay algunas pautas que pueden serte útiles y que te pueden ayudar a encontrar tus propios medios y canales a través de los cuales hacer llegar tu obra al público con el efecto y los resultados que buscas. Y yo voy a intentar abordarlas en la medida de mis posibilidades.
- Redes sociales. Algo imprescindible para cualquier escritor. Ya sea a través de tus perfiles personales o mediante la creación de otros específicos para tu novela, debes tratar de interactuar con el mayor número de personas como te sea posible. Dependiendo del público al que te diriges o el género de tu obra, debes enfocar tus esfuerzos de promoción en una determinada red social u otra. Sin embargo, en España, Facebook y Twitter son las redes sociales más utilizadas y, por tanto, aquellas en las que, como mínimo, debes estar. En internet encontrarás estrategias y acciones a llevar a cabo con una mayor precisión y un mayor conocimiento del que yo te pueda aportar en este sentido. Así que no dudes en ponerte manos a la obra y recabar toda la información que puedas. Te recomiendo este artículo de Nerea Nieto, que te puede ayudar a no cometer los errores más comunes.
- Webs especializadas en literatura. Incipientes en algunos casos y consolidadas en otros, es un punto de encuentro en el que se focaliza el interés por los libros. Es decir, un escaparate en el que exponer tu obra, sin que esto conlleve una promoción superflua que pueda llegar a molestar (conocido como spam), en el que se puedan malinterpretar tus inocentes intenciones de promocionar tu obra. En internet hay unas normas implícitas que seguramente ya conoces y que, de lo contrario, la observación y la interactuación con los demás usuarios te irán enseñando con el tiempo. Ejemplos de estas páginas pueden ser: Wattpad, Scribd, Lecturalia, Falsaria, Librofilia, Megustaescribir, etcétera.
- Diarios digitales. Envueltos en el paradigma de lo digital, muchos medios de comunicación ya han abandonado la clásica edición en papel y se dedican exclusivamente a publicar en la red. Es por este motivo por el que la nota de prensa que enviaste a los medios de comunicación locales bien podría servir para tratar de conseguir un espacio, una reseña o una entrevista en algún periódico digital o radio online.
- Web/blog personal. Es tu carta de presentación al otro lado de la pantalla. Debería ser algo igual o más necesario que las redes sociales. En ella podrás hacer promoción, realizar concursos o publicar extractos de tus libros, así como añadir imágenes, vídeos y demás material recopilada de todos los eventos físicos y/o digitales que tu andadura en el mundo de la literatura te ha ido regalando. Es una oportunidad para dar a conocer tu lado humano, conseguir fidelizar a tus seguidores y crear un punto de encuentro con tus lectores.
- Plataformas de venta digitales. Librerías online locales, FNAC, Casa del Libro, El Corte Inglés, Amazon, iBooks Store, Play Books… Algunas son inaccesibles para autores que optan por la auto-edición, aunque es recomendable tratar de quemar todos los cartuchos, con el fin de estar en el máximo número de puntos de venta online posible. Existen casos de autores que optan por la estrategia de ofrecer el primer capítulo de forma gratuita y, si el lector queda atrapado, que lo pueda comprar. Incluso algunos autores han comenzado regalando su libro por internet y, una vez alcanzado cierto éxito y repercusión, comenzar a cobrar por su libro. Cualquier estrategia es válida.
- Correo electrónico. Si dispones de una lista amplia de contactos, puedes tratar de hacer publicidad subliminal a través de este medio. Es importante resaltar que no se debe abusar de esta opción, puesto que los receptores de tus correos pueden sentirse molestos ante un correo de publicidad gratuita y sin un pretexto. Por ende, pudiera ser una buena solución el hecho de incluir en el correo una invitación para una presentación o evento físico, para que así no parezca que eres un vendedor de enciclopedias que va llamando de puerta en puerta.
- Foros de literatura. Puedes buscarlos desde una aplicación llamada Tapatalk, que los recoge para que no tengas que tener una lista con veinte marcadores diferentes en los que ir pinchando desde tu navegador. Ahí es donde podrás encontrar opiniones, experiencias y un modo de conseguir definir tu estrategia personal en base a errores cometidos por otros que trataron de encontrar su camino. Puede ser muy útil, y los usuarios responderán a tus dudas acerca de tal o cual idea que previamente otros hayan intentado llevar a cabo.
Como podrás ver, los límites en este universo no existen. Busca, investiga, participa, comenta… Las posibilidades son tan amplias como tus ganas de llegar al público. Así que paciencia, esfuerzo y dedicación serán tus mejores aliados en esta carrera de fondo.
No dejes de soñar.
Muy interesante y muy completo artículo, Alejandro. Solo que una personaque ama la paz interior y que la vida fluya – cosas que nos ocurre a algunos escritores – se preguntará si vale la pena tanto esfuerzo, tanto movimiento, tanto ruido… La realidad es que hay tanta oferta, tanto nivel de información que es prácticamente imposible asimilarla. Esta sociedad ofrece cada vez más posibilidades al escritor… pero son tantas – y requieren tanto movimiento y tanto trabajo para luego diluirse en un oceáno de inputs que casi lo anula como ser humano.
Añado: Es que, al final, el escritor se convierte en un gestor. Y es muy cansado. Lleva más tiempo casi que escribir. Se añoran, en cierto sentido, los tiempos en que había menos escritores… y menos tecnología. Un libro, entonces, era un sueño. Ahora puede convertirse – su promoción – en una pesadilla.
Llevas toda la razón, Emilio. Estamos en un punto de absoluta saturación de información y de medios, que hace casi imposible atender a todas las facetas del proceso editorial con la debida dedicación. Eso convierte a la publicación de un libro en, quizá, una tarea aún más dura que la de escribir una novela.
No obstante, espero que esto no sea más que una situación temporal y no siga agravándose ante el avance del mundo digital.