Misterio a carbón tras el retrato
Por Rosario María Ferry.
Con tan solo 15 años, Pablo Picasso pintó a su progenitora en un cuadro que tituló “Retrato de la madre del artista” y que, actualmente, se encuentra en el Museo de Picasso de Barcelona.
Debido a su deterioro los responsables del centro decidieron restaurar la obra, y cual fue su sorpresa cuando descubrieron en su reverso el dibujo al carbón de un nombre fumando pipa.
Para la jefa de restauración del museo, “no hay duda de que la pintura desconocida es anterior a la de su madre, ya que en caso contrario habría destruido la pintura al pastel en el momento de realizarse”. La especialista mantiene que el personaje con pipa es semejante “en técnica, interpretación del claroscuro y papel usado” a Busto de caballero del siglo XIX, otra obra propiedad del museo. Este dibujo presenta dos marcas en sus vértices superiores: a la derecha un 2 y a la izquierda las iniciales IB, “posiblemente perteneciente al visto bueno de su profesor en A Coruña, Isidoro Brocos, por lo que los dos se tratan de ejercicios de formación”. El dibujo inédito, según la restauradora, denota que Picasso tenía un gran control de la difícil técnica del pastel ya en Galicia, “por lo que en esta ciudad ya había alcanzado un nivel de conocimiento pictórico mayor de lo que pensábamos”.
Retrato de la madre del artista, es una de las 921 obras que el propio Picasso donó en 1970 al museo de Barcelona con pinturas que su familia, su madre, hermana y sobrinos, tenían en la ciudad, la mayoría integrada por óleos y dibujos de su etapa infantil y juvenil. “Con el tiempo el cuadro se ha deformado por las tensiones provocadas por el soporte y estaba en peligro de fractura y de supervivencia”, explicó Jiménez. Ahora, se ha eliminado el soporte secundario, aplanado las deformaciones y reintegrado las pérdidas del material del soporte y del color.
Da Vinci pintó otra versión de la Mona Lisa
En 1913, un artista que residía en la Campiña inglesa descubrió que tenía en casa un cuadro muy similar a “ La Gioconda” y lo vendió, convencido de que se trataba de una copia, algo de lo que dudaron sus nuevos dueños, que siempre defendieron que fue pintado por Leonardo Da Vinci.
Después de unos analisis cientificos a la que fue sometida la obra, “La Monalisa de Isleworth”, llamada así ya que fue encontrada en esta localidad, ha sido reconocida como obra del artista italiano y que esta sería una primera versión, realizada con anterioridad a la que se expone en el Museo del Louvre.