«La cocinera de Himmler», en palabras de Franz-Olivier Giesbert
«Hasta mi último aliento, e incluso después, no creeré en nada salvo en las fuerzas del amor, de la risa y de la venganza. Son ellas las que han guiado mis pasos durante más de un siglo, a través de la desgracia, y francamente, nunca he tenido que arrepentirme, ni siquiera hoy, cuando mi viejo cuerpo me está fallando y me dispongo a entrar en la tumba.»
El escritor francés de origen americano Franz-Olivier Giesbert a través de su última novela, La cocinera de Himmler (Editorial Alfaguara, 2014), homenajea a los supervivientes de las grandes tragedias, a aquellos que lucharon por retomar la vida con una sonrisa. Entre sus páginas se presenta la hilarante epopeya de Rose, una cocinera que nunca le ha temido a nada y que ha sobrevivido a las barbaries del siglo XX (el genocidio armenio, los horrores del nazismo y los delirios del maoísmo) sin perder el humor, el deseo ligado al sexo y el afán de venganza: los tres pilares de la felicidad en su particular credo. Pasados los cien años aún regenta un restaurante en Marsella, guarda una pistola en el bolso y no puede evitar los pensamientos eróticos cuando se cruza con algún tipo interesante. Esta singular mujer, marcada por dos hombres y un siglo, se toma la justicia por su mano matando a sus enemigos suavemente. Tras la apasionante vida de este personaje sin par, se esconden las profundas reflexiones de una de las voces imprescindibles de la cultura francesa de hoy en día acerca un siglo estremecedor.
“Esto no es un ensayo sobre el siglo XX, sino una novela sobre una persona de carácter muy fuerte. Me he basado en esta mujer real, en su sentido del humor, su fuerza vital y su empuje, para plantearme: si colocase a esta persona en el siglo XX, ¿qué hubiera hecho ella?”, comenta el autor. “Quizá estoy un poco obsesionado con la Segunda Guerra Mundial ya que varios miembros de mi familia lucharon en dicha contienda. Para escribir sobre ese momento busqué inspiración en amigos y otras personas cercanas que pasaron por aquel horror y que me conservan una alegría y humor verdaderamente sorprendentes, personas que representan el amor por la vida”. Todo comienza durante el genocidio armenio de 1915, aún hoy negado por el gobierno turco. Cuando trata el Holocausto nazi, aunque sigue buscando el tono irónico, el autor procura no entrar en ciertos tabúes como los campos de concentración, de los que prefiere no hablar en profundidad para evitar entrar en detalles más escabrosos.
“Rose es una joven armenia cuando huye de su tierra. Con el tiempo se va caracterizando por sus grandes ganas de vivir y seguir adelante sean cuales sean las adversidades. Tras llegar a los 105 años rememora aquellos días y se digna en escribir su historia. Rose hace y dice lo que le da la gana aunque se suponga que no debería hacerlo, y aunque sea ficticio, es una verdadera heroína, como todos los supervivientes”. El acontecimiento que sobre todo marcó a esta mujer fue la desaparición de sus hijos durante una de las masivas detenciones de judíos; esa fue la razón de que se quedase al servicio de Himmler trabajando como su cocinera. “Podría decirse que Rose es una caricatura del siglo XX, periodo en el que se ha concentrado lo peor del ser humano concentrado en individuos como Hitler, Stalin o Mao (exterminaron casi 70 millones de personas). Ella no hace más que seguir las enseñanzas de la Biblia: ojo por ojo, diente por diente. Ella es muy como yo, aunque a mí me gustaría ser más ella. Con ella busco que el lector sepa reírse de todo, incluso de aquellos horrores más terribles”.
En cuanto a Himmler, destacar que dentro de la cúpula nazi era una persona diferente: culto, tranquilo, “Himmler era hasta blando; los demás nazis estaban locos de atar pero Himmler no. Era una persona normal lo que hace de él un personaje mucho más interesante e intrigante. Por eso creo que da más miedo que los otros, de quienes sabes desde el principio que están locos. He intentado crear un retrato muy serio y documentado”. Alertado sobre la posible apología de la venganza, el autor contesta que “el libro tiene muchas cosas escabrosas y el tema de la venganza puede ser una de ellas. Podría escudarme y decir que es la protagonista la que actúa así, pero no, es una idea que particularmente me atrae a mí. En algunas ocasiones la mejor venganza es el perdón; pero cuando hablamos de casos graves sí que estaría a favor de ella. Aunque estoy en contra de la pena de muerte, en este mundo ha habido unos cuantos desgraciados que no me hubiera importado eliminar a mí mismo”.
Franz-Olivier Giesbert nació en Wilmington, Delaware (Estados Unidos) en 1949. Su familia paterna, de origen escocés, alemán y judío, emigró a la Costa Este estadounidense durante la Primera Guerra Mundial. A los tres años, Giesbert se instaló junto a sus padres en Normandía. Periodista, biógrafo, novelista y presentador de televisión, es una de las grandes figuras del actual panorama cultural francés. Con tan sólo dieciocho años publicó su primer artículo en el periódico normando Liberté-Dimanche. Fue corresponsal de L’Express en Estados Unidos y trabajó en Le Nouvel Observateur y Le Figaro. Actualmente dirige el prestigioso semanario Le Point. Ha escrito numerosas novelas entre las que destacan L’Affreux (Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, 1992), La Souille (Premio Interallié, 1995), L’Immortel (2007, adaptada al cine por Richard Berry) y Un très grand amour (Premio Duménil, 2010). La cocinera de Himmler, su última novela, ha tenido un resonante éxito de ventas y de crítica en Francia, y los derechos de traducción se han vendido a las principales editoriales europeas. Además de su faceta como novelista, destaca como autor de diferentes ensayos políticos sobre Jacques Chirac, François Mitterrand o Nicolas Sarkozy.
La cocinera de Himmler. Franz-Olivier Giesbert. Editorial Alfaguara, 2014. 335 páginas. 18,50 €
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