Entrevista a Rafael Argullol por «Maldita perfección», su último trabajo
Por Benito Garrido.
«Nada es más trabajoso, aunque también más apasionante, que apartar la pereza del ateo y olvidar la astucia racional del agnóstico para lanzarse, sin fe religiosa, a la caza de Dios.»
Rafael Argullol ha escrito más de veinticinco libros, entre los que se cuentan novelas, ensayos y libros de poesía. Además, ha intervenido en diversos proyectos teatrales y cinematográficos. Como profesor, ha enseñado en universidades europeas y estadounidenses. Colaborador habitual en diarios y revistas, con frecuencia ha vinculado su faceta de viajero y su estética literaria. Ha sido galardonado con el Premio Nadal en 1993 por La razón del mal, el Premio de Ensayo Casa de América en 2002 por Una educación sensorial, y los Premios Cálamo y Ciutat de Barcelona en 2010 por Visión desde el fondo del mar.
Maldita perfección. Escritos sobre el sacrificio y la celebración de la belleza. Rafael Argullol. Editorial Acantilado, 2013. 240 páginas. 24,00 €
«Desde sus inicios la literatura está impregnada del aroma excitante que emana del viaje mítico. Pero, sin duda, en la literatura moderna este aroma es más fuerte, más penetrante, porque se halla vinculado a una mayor conciencia de asfixia en la relación del escritor con su vida cotidiana.»
Este nuevo libro de Rafael Argullol, como su subtítulo apunta, es un estudio en torno «al sacrificio y la celebración de la belleza». Preocupado desde siempre por las relaciones entre el hombre y la indagación artística en cualquiera de sus disciplinas como una vía hacia el conocimiento, nos propone esta vez un viaje a través de veintidós estaciones, en las que nos encontraremos, entre otros personajes y lugares, a Miguel Ángel, Honoré de Balzac, Goethe, Lucrecio, Dante, Thomas Mann, Victor Hugo, Montaigne, Shakespeare, Durero, Picasso, Nietzsche, Rilke, Dostoievski, Mantegna, la Cappella Sansevero, la nave Soyuz, la piedra del escultor, lo espectral, las montañas o el silencio. Un libro lleno de ecos convocados con sabiduría por uno de nuestros escritores más brillantes.
P.- ¿Realmente la creación artística es siempre una celebración de la belleza? ¿Depende quizá del ojo que observa, o de la idea que se transmita?
Pienso que siempre es una celebración de la belleza, pero doy por descontado que la idea de belleza es múltiple. No creo que haya dos creadores que tengan el mismo concepto de belleza. De ahí que la celebración de la belleza –como expresa el subtítulo de mi libro- implique también el dolor y el sacrificio.
P.- ¿Cómo ve la situación cultural en España? ¿Cree que es momento de reivindicar el apego al arte, la belleza y al proceso creativo como base de una cultura sólida?
La situación de la cultura en el mundo occidental está muy vinculada a un escenario de transición. Hay nuevas aportaciones e inquietantes empobrecimientos. Se suscita de nuevo la difícil cuestión de si estamos ante la inminencia de un Renacimiento o de una Edad Oscura. La situación en España también participa de este diagnóstico pero con una variante más triste: es el único país que conozco donde es frecuente encontrar a gente, muchas veces perteneciente a las élites económicas, que se hace la sórdida pregunta “¿para qué sirve la cultura?”. En estos momentos de crisis aún se hace más evidente la deficiencia española respecto a la Ilustración y a la Modernidad.
P.- ¿Busca el artista con su obra ser un reflejo del ser humano, o más bien una autoafirmación de la soledad que le es implícita y de su especial visión del mundo?
Desde sus inicios el arte, en lo substancial ha sido una experimentación sensitiva en torno a la condición humana, a sus límites y a su misterio. Eso necesariamente implica que sea la actividad en la que el hombre ha llegado más lejos en la contemplación de su propia soledad. Sin embargo el arte también ha representado la terapia frente a esa perspectiva solitaria.
P.- ¿Es imposible que el hombre pueda volver a experimentar un nuevo Renacimiento?
No es imposible. Naturalmente no será un Renacimiento en los mismos términos en que se desarrolló la etapa que ahora conocemos con ese nombre. Pero mi impresión es que el ser humano siempre ha afrontado sus encrucijadas con una mirada hacia el pasado, buscando sus raíces, y con una mirada hacia el futuro, intentando formular una nueva idea de Humanidad. Tras cada encrucijada ha habido un renacer. Y eso es lo que espero que nos aguarde en el porvenir.
P.- Desde una posición más moderna y radical, ¿la creación artística sigue naciendo del caos (como mantenía Miguel Ángel) y no de una esquematizada composición mental?
La creación artística siempre nace del caos. Es la búsqueda de materialización de un cosmos, de un orden, en medio de lo caótico de la existencia. Y todo creador auténtico debe saber que el caos continuará acechando siempre a su obra.
P.- ¿En qué medida la ciencia ha sustituido a la religión en el mundo de la creación artística o de la imaginación literaria?
La ciencia fue sustituyendo a la religión a partir del siglo XVI en Europa, pero convivió fecundamente con la creación artística y literaria hasta el siglo XX. Lo que actualmente ocurre es que es la tecnología la que ha desplazado a la ciencia como presencia hegemónica en nuestra época. Y las consecuencias de este desplazamiento son todavía impredecibles.
P.- “Cada misterio revelado revela, asimismo, la existencia de otro millar de misterios”. En un mundo dominado por las tecnologías y los cada vez más amplios conocimientos, ¿cree que aún quedan muchos misterios por desvelar o descubrimientos por hacer?
Quedan los misterios radicales. De hecho ninguno de los enigmas esenciales que se planteó el hombre que pintaba en las cuevas de Altamira ha sido desvelado. Nuestro universo, aunque más conocido, es infinitamente más misterioso que el universo de Aristóteles o que el universo plasmado por Dante en La Divina Comedia. Nuestro mundo es más misterioso que cualquiera de los mundos precedentes.
P.- ¿Sigue el pensamiento clásico marcando las pautas del pensador actual?
Esta es una pregunta de difícil respuesta porque quizá lo que hoy día se ha quebrantado es la cultura vertebrada alrededor del logos que ha dominado Europa durante 2.500 años. Yo confío en la recuperación y revitalización de esta cultura. No obstante, si se perdiera definitivamente deberíamos llegar a la conclusión de que vivimos completamente de espaldas al origen clásico.
P.- Como en Rilke, ¿el viaje es algo básico para el creador y para la conformación de su horizonte intelectual?
Lo que es fundamental es la experiencia del viaje, es decir, la capacidad sensorial e imaginativa de colocarnos en otros miradores distintos a los nuestros habituales. En estas circunstancias, el viaje ensancha la vida y multiplica nuestro contacto con la existencia. Pero para eso no hace falta viajar a Patagonia o a Australia; puede ser un viaje desde la propia inmovilidad.
P.- Si buceamos en la literatura actual, encontramos sobre todo personajes más cercanos a la idea de antihéroe. ¿Vivimos quizá un momento histórico carente de héroes?
Vivimos en una época en que el héroe en el sentido clásico se haya ausente o desprestigiado. El pragmatismo, el utilitarismo y la persecución de fines exclusivamente inmediatos sitúan, con frecuencia, al hombre actual en las antípodas del héroe. Y sin embargo, éste nos es necesario si queremos mantener la creatividad que implican el deseo y la pasión.
P.- Dante, Victor Hugo, Balzac, Goethe, Dostoievski, Lampedusa… A la vista de sus ensayos, ¿son ellos grandes preceptores de su obra literaria?
A estas alturas ya no sé muy bien cuáles son mis interlocutores. Hay días que considero que son muchos y otros que ninguno. En un capítulo de mi libro Visión desde el fondo del mar llamado Mascarada hago una especie de baile de disfraces por el que van desfilando los que han sido mis compañeros de viaje intelectual y literario.
P.- ¿Tiene ya nuevos proyectos a corto plazo de los que pueda hablar? ¿Quizá novela?
Muy próximamente, en primavera, aparecerá una narración titulada Pasión del dios que quiso ser hombre, una reinterpretación radical de la figura de Cristo como si se tratara de un héroe de la tragedia griega. Más adelante, se editará otro relato alrededor de la figura de Gaudí en el que, precisamente, se trata de la soledad del creador. Al mismo tiempo ya he escrito el texto de una ópera que debe representarse en el Liceo de Barcelona en 2015-2016.
“Cada misterio revelado revela, asimismo, la existencia de otro millar de misterios” Uf!!! Maldita Perfección
“Cada misterio revelado revela, asimismo, la existencia de otro millar de misterios” Maldita perfección!!!… Me encanta como escribe, como lo dice!!