‘Madrid Off’: un recorrido por la geografía deshabitada
Por Lara Marchante.
Tabacalera, Espacio Promoción Del Arte. Calle Embajadores, n. 51. Madrid
Hasta el 23 de febrero.
De martes a viernes: de 12:00 a 20:00h. Sábados, domingos y festivos: de 11:00 a 20:00h.
Cerrado los lunes.
Óscar Carrasco devuelve el interés a algunos de los rincones abandonados de la Comunidad de Madrid al inmortalizarlos en 24 instantáneas dentro de ‘Madrid Off’. Un proyecto fotográfico donde los protagonistas son inmuebles vacíos de diferentes estilos, épocas (desde la Edad Media al siglo XXI) y usos. De esta exhibición podrá disfrutar el público hasta el 23 de febrero.
La Tabacalera (o La Antigua Fábrica de Tabacos de Madrid para los nostálgicos) presta tres de sus salas a esta antología, que tiene por musa a la soledad y a las edificaciones marchitas de un mundo en continuo cambio. Atribuyen a J.F. Kennedy la frase: ‘las derrotas son huérfanas’, y es precisamente lo que resalta el artista barcelonés en este último trabajo. El Madrid perdedor, el olvidado, es el que desnuda ante su objetivo.
Nos da la bienvenida una espléndida panorámica tomada desde el emblemático y desértico ‘Faro de Moncloa’. Uno de los edificios que cambió el skyline de Madrid en el año 1992 y que, pese a las fuertes inversiones recibidas para mejorar su seguridad, no es aún accesible para el visitante. A este mirador por el que nadie mira se suman otros espacios, públicos y privados, que forman parte del pretérito imperfecto de nuestras ciudades, alterando su fisonomía pero invisibles ya a los ojos de los transeúntes.
La novedad de esta exposición no se queda en devolver la atención a lo ignorado. Su autor opta por ir más allá y, en muchos de los casos, nos traslada a la cara oculta de estos cadáveres arquitectónicos. Nos enseña su interior con gran lujo de detalles, apostando por la alta definición de sus escenas, por la máxima precisión; sin que ello suponga renunciar a la sensibilidad y a la belleza en sus fotografías, dotadas de una atmósfera propia.
En sus obras, de gran formato, se aprecia la importante labor que existe detrás de cada disparo: el estudio de la luz, el encuadre y la vocación estética. De esta manera, el fotógrafo logra que la calidad de la forma esté a la altura del contenido de la muestra. El éxito está en que cada una invita al espectador a reflexionar sobre el pasado y la decadencia del presente, sin sacrificar la dignidad de los enclaves retratados.
Buenos -y variados- ejemplos de esta conjunción entre denuncia y arte son las imágenes de la Fábrica Gal, el hospital de San Lucas y San Nicolás ( ambas en Alcalá de Henares), la sala del Club Cisne Negro ( en calle Cartagena) o el Monasterio de Santa María la Real (Valdeiglesias). Fruto, todas ellas, de los distintos viajes de Carrasco a la Comunidad de Madrid más desconocida.
Pese a que en los últimos meses venimos asistiendo a la difusión mediática del importante declive de la capital española (el batacazo olímpico, los malos datos del turismo e incendiarios artículos sobre la pérdida de espacios de ocio), el autor apunta con su cámara no sólo a la diana de la crisis, también a la dejadez de la sociedad de su paisaje urbano. La estación del norte, el palacio de los duques de Osuna y el instituto de medicina molecular Príncipe de Asturias comparten protagonismo con sanatorios desmantelados, casas en un importante estado de dejadez y ermitas medio derruidas, cuyos frescos son autoría de grafiteros.
‘Madrid Off’ nos propone asomarnos a los espejos caducos de nuestra sociedad, que quema horizontes y consume y desecha recursos a una velocidad vertiginosa, en lugar de aprovechar y recuperar lo que ya tiene. Una fantástica exposición artística que bien podría formar parte de un museo antropológico.