CANAL NOSTALGIA: 3X4
Por GABRIEL CORDOBA
Hubo una época en la que en la televisión publica de este país miraba hacia el pueblo, interesándose en sus necesidades, despejando sus dudas. Que reflejaba la necesidad de saber, de avanzar, de hacer de este mundo un sitio mejor. La inquietud de no repetir nuestros errores y demostrarnos a nosotros mismos que podíamos cambiar. Una televisión en la que cabían concursos y magazines, donde habían entrevistas, actuaciones, premios e ilusiones para todos los españoles. Una televisión sin miedo. Y si había un programa que aunaba todo esto, sin duda fue uno de los años ochenta que se emitía en directo cada día, cada tarde. Una pequeña ventana en nuestra sala de estar que nos asomaba al país que queríamos ser, una ventana de no grandes dimensiones, concretamente de tres de alto por cuatro de ancho. ¿Por qué hoy ya no existen programas así? ¿Qué ha pasado para que la televisión pública ya no se atreva a estimular intelectualmente a sus televidentes?
Cada tarde en televisión española se emitía un programa llamado 3×4 donde un concursante intentaba conseguir un regalo concreto que él mismo elegía. El valor económico se transformaba en puntos que iba adquiriendo a cambio de superar pruebas y acertar preguntas. Como contrapunto tenía un numero proporcional de comodines que iba perdiendo con cada fallo. El sistema era sencillo, pero su ejecución era realmente original.
Primero, por el hecho de que los regalos podían ser muy dispares: desde una guitarra hasta una embarcación; después, por la mezcla de entrevistas, actuaciones, pruebas y premios, ese híbrido entre magazine y concurso; y para acabar, con cada pérdida de comodín aparecía Susana Egea tapada con unas macro cartas que le cubrían hasta la cara tirándolas una a una hasta que se quedaba desnuda tapándose con algún pequeño objeto. Era muy de la época del destape. En definitiva, cuesta imaginar algún elemento de entretenimiento que no estuviera en 3×4.
El programa fue conocido por toda España en 1988, pero fue estrenado un año antes para Cataluña presentado por Jordi Hurtado, y supuso el lanzamiento a nivel nacional de las presentadoras Julia Otero e Isabel Gemio que fueron sustituidas, en algún verano, por el recientemente desaparecido Constantino Romero y el hoy tan conocido, Jordi González.
La televisión de aquellos días intentaba innovar, aportar, hacerte pensar, formarte, estimularte, hacer del entretenimiento una herramienta para mejorarte y no una finalidad en sí. Una empresa pública que no estaba hueca, que no te quería manipular y que sentía la responsabilidad de trabajar para hacer algo que este país se mereciera, no un producto que la gente devorara por el puro morbo y que no aporta nada. La bola de cristal, El mundo imaginario, Un, dos, tres, responda otra vez son ejemplos de ello. Sin guerra por las audiencias, desde luego, era todo mucho mas fácil, pero, ¿es eso justificación para tener la televisión que tenemos ahora? ¿Debe valer todo para conseguir televidentes? ¿De verdad tenemos el entretenimiento que nos merecemos?
No hace mucho, Ferrán Monegal (reconocido crítico de la pequeña pantalla) dijo en un canal local a los que defienden que tenemos la televisión que nos merecemos (por las grandes audiencias de los programas de corazón o realities morbosos) que cuando vamos por la carretera y nos encontramos una ambulancia junto a un coche de policía en la cuneta y un herido, automáticamente bajamos la velocidad para ver que ha pasado. Eso es puro morbo. Sin embargo, con esa actitud no estamos pidiendo que la dirección general de tráfico vaya poniendo heridos en todas las curvas de las nacionales para hacer nuestro viaje más entretenido.
¿Qué ha pasado con nuestra televisión? ¿Podemos cambiarla? ¿Si un directivo diera la oportunidad a un programa como 3×4 lo apoyaría la audiencia? Párate un segundo y piensa cuánto de responsabilidad tienes de que vayamos por 15 ediciones de Gran Hermano y los espacios culturales hayan desaparecido casi completamente de la parrilla y dime, ¿puedes hacer algo?●
La gente es responsable, de lo que le inducen a que piensen. Es como los espacios de entretenimiento de las antiguas comedias y peliculas de por ejemplo Alfredo Landa, lo que se dio en llamar el landismo hoy en dia si las repusieran en los cines e incluso en la television, no iria casi nadie a verlas o dirian que las han visto. Es politicamente incorrecto reconocer que te gustan esas peliculas machistas, en las que se utiliza a la mujer casi como un objeto.
«cuesta imaginar algún elemento de entretenimiento que no estuviera en 3×4» para ser justo debes saber que yo, como concursante que fui de ese concurso, puedo asegurar que todo estaba amañado, me decian donde tenia que acertar y donde fallar. Imagina como sera ahora casi 30 años despues. Saludos