Vila-Matas, el eterno "impostor", vuelve con 'Fuera de aquí'
Por Alberto Quintanilla
Enrique Vila-Matas presenta nueva novela, lo cual es siempre motivo de alegría en un mercado editorial cuanto menos raro donde Belén Esteban lidera ahora mismo las listas de ventas con su primer libro. Vila-Matas es uno de los más prestigiosos autores que le quedan en la actualidad a nuestra narrativa reciente. El autor de obras tan prestigiosas como Impostura, El mal de Montano, Exploradores del abismo, En un lugar solitario o Bartleby y compañía acaba de publicar Fuera de aquí. Esta última obra quizá, demasiado distinta a lo publicado anteriormente, se centra en recoger una larga retahíla de conversaciones entre el autor y André Gabastou, traductor al francés de su extensa obra.
En realidad, son conversaciones que se materializaron vía correo electrónico entre ambos durante algo más de un año. “Al contrario de lo que pueda parecer, para mí estas charlas por correo electrónico son algo muy literario”, apuntaba el autor en la jornada de presentación de la obra. Catalogado como una especie de “autobiografía literaria”, se trata de un conjunto de entrevistas donde Vila-Matas habla de cada una de sus obras a lo largo de su trayectoria. El libro se publicó en Francia en 2011 pero aparece ahora en España, a través de Galaxia Gutenberg, con siete textos añadidos como complemento.
De imposturas y entrevistas inventadas
El acto para dar a conocer la obra sirvió como excusa para que tanto Gabastou como Vila-matas recrearan a modo de charla un buen puñado de reflexiones. El autor catalán, citando a Apollinaire, recordaba que: “Los escritores cambian mucho de parecer, piensan una cosa por la mañana y otra por la noche”.
André Gabastou, quien también ha traducido al francés a otros grandes escritores como Álvaro Pombo, Juan Carlos Onetti, Eduardo Lago o Rafael Sánchez Ferlosio, dijo que para él “Vila-Matas es el autor más francés entre los escritores españoles igual que Alan Pauls es el más francés entre los escritores argentinos”. Sin embargo, dejaba un recado a medio camino entre irónico y directo a Vila-Matas: “En Francia tienes una gran fama de impostor”. Sobre este asunto, ya de sobra conocido para sus lectores habituales, Vila-Matas sigue diciendo que no niega esa reputación. De hecho es por todos conocido que en su etapa de periodista, se inventaba algunas entrevistas. Entre otras, volvió a recordar cómo se inventó por completo una con Anthony Burgess (autor de La Naranja Mecánica), que el propio Vila-Matas llevó escrita antes de realizar. Al parecer Burgess quedó encantado con la idea porque pudo tomarse una hora de descanso y beber un par de whiskys en ese intervalo. Vila-Matas fue a la redacción de La Vanguardia y trascribió el texto que ya tenía hecho. “Lo hice tan rápido que terminé en quince minutos y otro periodista llegó a darse cuenta”.
De aspirinas francesas y otras reflexiones
“Sigo pensando que las aspirinas francesas son mejores que las españolas para el dolor de cabeza”, explicaba Vila-Matas. La anécdota del escritor se ilustra a través de aquella vez en que llegó a una farmacia parisina, recién aterrizado a suelo galo, y pidió una aspirina. La farmacéutica le preguntó: “¿Acaba usted de llegar a París y ya le duele la cabeza?”.
La relación entre autor y traductor es muy afable. Vila-Matas hoy en día reconoce estar contento con alguien como Gabastou, con quien le une una amistad, pero antes de conocerle reconoce que “no tenía ni idea del mundo de los traductores”. Éste también reconoció estar feliz por traducir al escritor catalán y también recordó su sorpresa al descubrir a otro autor como Bernardo Atxaga, que le impactó con Obabakoak: “Hay una literatura antes de Atxaga pero a partir de él se desarrolla otro mundo literario propio”.
En estos tiempos de rápido consumo cultural ¿hacia dónde irá la literatura? ¿Será el fin? Para Vila-Matas “probablemente sí tal y como la conocemos ahora”. Una pregunta difícil. Como aquella que hace años le hizo un joven y él todavía recuerda: “¿Usted cuándo piensa desaparecer?”. Lo contaba entre divertido y nostálgico: “¿Físicamente o literariamente?, -respondí. Esta pregunta que parecía impertinente me hizo pensar. Pero es que además años después una joven hizo una tesis sobre mí y resulta que era la persona que había acompañado a ese joven en aquella conferencia. Ella no estaba interesada para nada en mi literatura pero la pregunta del joven despertó su curiosidad y sirvió para algo finalmente”.
Como anécdota final, Vila-Matas reconoce que aprendió cómo se estructuraba una novela en Una casa para siempre, novela publicada en 1988. Y como una de las últimas conclusiones del coloquio podríamos quedarnos con una frase reflexiva y melancólica que pronunció el propio autor: “El arte pasa. Como la vida”.
Bueno, al menos, de momento nos queda la literatura de Vila-Matas.