Libros para no leer en Navidad
Resulta casi inherente a nuestro ser la necesidad de creer que hay algo más allá, que la vida no se termina aquí, que esto tiene más sentido y que no somos tan mortales. El ansia del ser humano por trascender y su miedo a que eso no suceda contribuye a la creencia, desde la existencia del hombre, en algún dios o en varios.
Pero también va con nosotros la pregunta, la búsqueda, la frustración y la imposición a veces de la razón más pura. Miguel de Unamuno es la referencia más hermosa y literaria de la gran duda, ese gran conflicto: querer creer pero no poder. Asunto reflejado con total honestidad en su novela San Manuel bueno, mártir.
El escritor murió sin respuesta, pero otros la han dado y con firmeza. Un ‘no’ alto y claro a la religión por parte de pensadores, científicos, escritores, filósofos… Desde el sarcástico Mark Twain, que dejó un auténtico testamento antirreligioso, hasta la referencia de los ateos: Cristopher Hitchens. Un pensador que hasta el último momento siguió sin rezar a dios alguno. De hecho, su último libro, Mortalidad, escrito desde que le diagnosticaron un cáncer, mantiene con firmeza la no creencia. Su única oración es la de Ambrose Bierce: «Una solicitud de que las leyes de la naturaleza se suspendan en beneficio del solicitante, que confiesa no merecerlo».
Antes de la publicación de El gran diseño, creaba Stephen Hawking la polémica. Tras toda una obra dedicada al estudio del origen del Universo y con obras de divulgación muy populares, al fin se pronunciaba de modo definitivo en cuanto a cómo surgió el mundo. Y la conclusión abría heridas, porque el físico afirma que realmente Dios no hizo falta para crear el Universo. Y aún más: todos los universos proceden de las leyes físicas, no requiriendo la intervención de ser supremo alguno. Esta visión lo distanciaba radicalmente de su celebrada Historia del tiempo.
Algunos incrédulos
Karlheinz Deschner
Historiador nacido en Bamberg (Alemania) en 1924 cuya primera obra fue una novela, La noche ronda mi casa, que generó grandes expectativas. Pero dejó la literatura para estudiar con el más profundo sentido crítico el cristianismo y el catolicismo. Llegó a ser acusado en Nuremberg de difamar a la Iglesia, proceso que ganó. El anticatecismo: Aunque su obra más ambiciosa es la Historia criminal del Cristianismo (nueve tomos) , es de mucha más fácil lectura El anticatecismo. En este libro analiza cómo las iglesias hieren al hombre y asegura que la razón de la pervivencia de las iglesias es, básicamente, el poder.
Mark Twain
Bautizado como Samuel Langhorne Clemens (1835-1910), el autor estadounidense halló en el sarcasmo y la sátira su gran sello. Es recordado sobre todo por Las aventuras de Tom Sawyer, El príncipe y el mendigo y Las aventuras de Huckleberry Finn. Cartas desde la Tierra: Publicada 50 años después de su muerte por la férrea oposición de su hija, esta obra es considerada el legado antirreligioso del escritor, y con razón: se trata de una obra compuesta por cartas que Satanás escribe desde su exilio en la Tierra a sus amigos Miguel y Ángel. Quizá no haya una negación total o tan clara de la existencia de Dios, pero sí un cuestionamiento.
Christopher Hitchens
Es la figura de referencia del ateo. Hitchens (Reino Unido, 1949-EE UU, 2011), licenciado en Filosofía, Políticas y Economía, fue fiel a su falta de fe hasta el final de sus días. En toda su obra cuestionó cualquier Dios, lo que no le impidió ser siempre dialogante. Dios no es bueno: Podríamos decir que esta es la ‘biblia’ del ateo. Que la religión anula las conciencias es una de las ideas que defiende en este libro, además de desmontar el Antiguo Testamento. Sigue la línea de pensamiento de Russell. Tras esta obra publicó Dios no existe: una recopilación de escritos escogidos de Einstein, Hume, Marx, Darwin, Freud…
Richard Dawkins
Titular de la cátedra Simonyi de la Facultad de Conocimiento Público de la Ciencia hasta 2008, Dawkins (Nairobi, 1926) se ha declarado públicamente ateo. Considerado por muchos el «rottweiler de Darwin» por su postura evolucionista. El espejismo de Dios:La calificación: el gran libro científico que desmonta la existencia de Dios y ante el que resulta complejo resistirse. En él reúne Dawkins sus pensamientos sobre religión, lo que lo convierte en obra de referencia. Apasionado en su escritura, logra con una sobresaliente destreza literaria enganchar al creyente más reacio a esta clase de lecturas.
Frédéric Lenoir
Filósofo y sociólogo de las religiones, este francés de 50 años no responde tanto como los otros autores a la negación de Dios, pero de sus obras hay una, la que citamos a continuación, que merece este espacio por su magnífica conclusión: cada uno ha terminado ’fabricándose’ una religión a su medida. Las metamorfosis de Dios:Analiza el devenir de las religiones en Occidente y cómo han evolucionado en los últimos siglos. En la actualidad, defiende el autor, la gente se crea su propia religión. Un buen ejemplo lo darían los seguidores de Paulo Coelho, que toman sus obras como su credo.
Jesús Mosterín
Uno de los filósofos hispanos de mayor proyección internacional, catedrático de Lógica y Filosofía de la Ciencia de la Universidad de Barcelona, ha escrito, entre otros, Los lógicos, La naturaleza humana, Ciencia viva y La cultura de la libertad. Su objetividad y exhaustiva investigación hacen de sus obras verdaderas joyas de historia. Los cristianos:Acaso lo más acertado sería decir de este libro, a modo de síntesis, que se trata de la historia del cristianismo bien contada. Desmonta muchas creencias no documentadas, como que Jesús no tuviera hermanos o que las Cruzadas fueran en nombre de Dios. Señala a San Pablo como iniciador del cristianismo.
Michel Onfray
Con más de 30 libros en su haber, este filósofo francés (1959) está considerado el mejor en cuanto a desmontar monoteísmos se refiere. Entre sus obras, Contrahistoria de la filosofía: Las sabidurías de la antigüedad, El cristianismo hedonista y Los libertinos barrocos. Tratado de ateología:Jesús como construcción interesada del cristianismo y Pablo como iniciador son pilares fundamentales del libro. Habla también de la pulsión de la muerte: todo en religión gira en torno a ella, porque eso y el miedo que genera ofrece el hueco por el que colarse para engancharnos en nuestras ansias de inmortalidad.
Bertrand Russell
Matemático y físico británico que estudió además Ciencias Humanas y ganó el Nobel de Literatura en 1950, es Russell (1872-1970), figura fundamental en el pensamiento del siglo pasado. Por qué no soy cristiano:Catorce ensayos críticos escritos entre 1899 y 1954 en los que Russell señala el miedo como fundamento de la religión cristiana. Hace a su vez una crítica a la manera en la que el cristianismo trata el sexo: todo es en él pecado. Insiste además en que Dios y la inmortalidad, dogmas centrales de la religión, no hallan apoyo en la ciencia. Y sin embargo reconoce: «No pretendo probar que Dios no existe».
Fuente: 20 Minutos
A este artículo yo lo hubiera titulado «Libros de preferente lectura en Navidad», para entender ‘El gran engaño’