Dave Eggers retorna con "Un holograma para el rey"
«La naturaleza quiere matar, matar y matar, se mofa de nuestro trabajo, se despeja y limpia a sí misma. Pero la gente vive donde le place y allí, en aquel valle imposible, también, y prospera. ¿Prospera? Vive. (…) La obra del hombre se realiza a espaldas del mundo natural. Cuando la naturaleza se percata y reúne la energía, hace borrón y cuenta nueva.»
Actualidad editorial:
Dave Eggers (Boston, 1970) es uno de los escritores más destacados de la reciente literatura norteamericana y representante clave de las nuevas tendencias. Además, ha lanzado su propio sello editorial, y es fundador y editor en su país de revistas (Might, McSweeney’s y The Believer) de gran calado literario. Con la muerte prematura de sus padres, se vio obligado a dejar la carrera de Periodismo para quedarse a cargo de su hermano pequeño. Su primera incursión literaria refleja a modo de novela, precisamente esos momentos: Una historia conmovedora, asombrosa y genial le convirtió en finalista del Premio Pulitzer 2000 y en un gran best seller. A partir de ahí su carrera literaria no ha hecho más que progresar y consolidarse. Tras el volumen de relatos Guardianes de la intimidad, y las novelas Ahora sabréis lo que es correr, Qué es el qué, Los monstruos y Zeitoun, ahora publica en nuestro país su último libro, Un holograma para el rey (Editorial Mondadori, 2013), la historia de un hombre irrelevante para el progreso del mundo.
«Nunca le habían apuñalado ni disparado ni pinchado ni roto. ¿Las cicatrices eran la mejor prueba de que se había vivido? Si no hemos sobrevivido a nada y por tanto no tenemos la certeza de haber vivido, podemos hacernos cicatrices a nosotros mismos, ¿no?» Alan Clay tiene una consultora unipersonal, más de cincuenta años y pocas ilusiones a las que aferrarse. En un intento por enderezar su vida personal y profesional, se desplaza hasta la ciudad de Yida, en Arabia Saudí, para presentar al rey un novedoso sistema de telecomunicaciones holográficas. Se trata de una gran oportunidad: si todo sale bien y cierra el contrato, los beneficios económicos que reportaría el proyecto, le permitirían saldar deudas y callar la airada boca de su ex mujer. Angustiado por la situación financiera que tiene, ni siquiera puede pagar a su hija la matrícula de la universidad, Alan se siente un verdadero fracasado, y nota que la vida escapa a su control.
Con lúcidas y precisas miradas al pasado, Alan se hace consciente del tiempo y su paso, del descalabro empresarial que acarrea y de su frustrante vida familiar. «Ahora tenía cincuenta y cuatro años y para la América empresarial era tan fascinante como un avión de barro.» El proyecto que coordina se antoja su único bote de salvación. Pero la Ciudad Económica Rey Abdalá objetivo del proyecto parece no estar lo avanzada que se esperaba: aislados en una carpa en pleno desierto, cada día, Alan y su equipo aguardan la llegada de un rey que parece no vaya nunca a hacer acto de presencia. Entre debates vacíos y problemas informáticos por la ausencia de wi-fi, los días transcurren mano sobre mano. Momentos que Alan aprovecha para revisionar su pasado y en un intento de redención filial, escribir largas cartas a su hija. Pero oculto entre decepciones íntimas y ansias por seguir existiendo, siempre es posible hallar un pequeño resquicio a las buenas intenciones y a la esperanza.
Un holograma para el rey es el viaje trascendental de un hombre desesperado, la lucha solitaria de un individuo que, en el fondo, ya no sabe contra quien se enfrenta. Pero esta novela es algo más, porque en un alarde de literatura sobria, limpia y de profundas resonancias simbólicas, Eggers muestra una estudiada alegoría del mundo globalizado en el que todos nos movemos, de su devenir diario y de las circunstancias que termina imponiendo. Una valiente evocación del momento que nos ha tocado vivir, así como del camino recorrido, que inevitablemente conduce hasta las más agudas reflexiones sobre economía, empresa, familia, justicia o nuestro sentido de comunidad, de sistema. El autor vuelve a demostrar su enorme talento y habilidad para la narración a un tiempo realista y emotiva, para los espacios físicos y mentales, el humor, los diálogos y sobre todo para el diseño de personajes, que en un certero malabarismo, terminan por conseguir con el lector esa empatía clave para la emoción. Trascender del papel se convierte entonces en una cuestión de saber transmitir, y eso es algo que Eggers controla de manera magistral.
Un holograma para el rey. Dave Eggers. Traducción de Cruz Rodríguez. Editorial Mondadori, 2013. 288 páginas. 21,90 €