Entrevista a Amy Lab por su última novela "Pero a tu lado"

 

Cuando se es joven los impulsos y las atracciones físicas son tan espontáneas y entusiastas, que a veces es imposible evitar que los sentimientos traicionen y se crucen siguiendo direcciones equivocadas. Una situación similar es la que está viviendo la inexperta Álex en esos momentos en los que tras un decepcionante verano, comienza su último curso en el instituto. Tiene que enfrentarse a la realidad y, por tanto, al choque de atracciones y sentimientos que está experimentando: sigue enamorada del novio de su mejor amiga, pero no puede comentarlo con ella pues teme perderla; y aunque todavía no ha llegado a nada con él, tiene la sensación de estar engañándola con su silencio. Para olvidarse del tema decide centrarse en los estudios, pero no contaba con la llegada de Oliver, su desconcertante y atractivo nuevo vecino. Poco mayor que ella, Oliver se muestra como un chico misterioso y distante, pero a medida que se van conociendo Álex descubrirá en él su parte más divertida, tierna y pasional.

Son las continuas visitas inesperadas por la terraza de su habitación, las que hacen que esa inquietud y temor que inicialmente Alexia sentía hacia Oliver, se vaya suavizando y transformando. El joven arrastra un tenebroso pasado que parece haberle marcado. Procesado por haber incendiado su propia casa, tuvo que pasar algún tiempo en un reformatorio terapéutico. Sin embargo, todavía son muchos los secretos que parecen acompañar al joven, y Álex que ha visto como sus más profundos sentimientos se remueven cuando está con él, no cejará en su empeño hasta que consiga desvelarlos… Pero hurgar en ciertos asuntos del pasado puede ser muy peligroso… y ellos parecen no ser conscientes del riesgo que realmente corren.

Pero a tu lado.  Amy Lab.  Editorial Alfaguara, 2013.  540 páginas.  15,50 €

Amy Lab es el pseudónimo creativo con el que firman sus trabajos conjuntos dos jóvenes y estupendas escritoras como son María Cereijo y Ana Alejandro. Ambas forman un tándem profesional perfectamente equilibrado que ya dio sus frutos con Nunca digas nunca, una primera novela dirigida al público juvenil pero de marcada tendencia crossover, que encandiló a todo el mundo. Amigas desde la infancia, cuando se juntan, el laboratorio de ideas no tarda mucho en ponerse en funcionamiento para crear historias cargadas de emoción, suspense, sentimientos, entretenimiento, amor…

 

P- Historia esta verdaderamente adictiva hasta la última página. Escribiendo a dos manos… ¿Cómo es la tormenta de ideas que os permite ingeniar tramas? ¿Cómo ha sido en el caso concreto de Pero a tu lado?

¡Nos encanta que te haya resultado adictiva!

Siempre que se nos ocurre alguna idea, por peregrina que sea, se la enviamos a la otra parte de Amy Lab para que la conozca, la valore y piensa sobre ella. En el caso de Pero a tu lado, comenzó por una pequeña idea sobre el pasado de Oliver y, a partir de ahí, comenzamos a crear toda su historia y a elaborar el personaje. Después, la combinamos con Alexia y su entorno, y con todos los personajes secundarios que salen en la novela.

 

P.- Todo comienza con una relación frustrada, la de Álex con el novio de su mejor amiga. ¿Cuándo se es joven uno tiende a buscar siempre el camino más difícil?

Es difícil generalizar, pero creo que, cuando uno es joven, se plantea menos las consecuencias de sus actos. Vive la vida intensamente y, por tanto, elige el camino que le dicta el corazón en ese momento, sin plantearse demasiado si es el más sencillo o el más complicado.

 

P.- Y de pronto llega Oliver, el nuevo y atractivo vecino, que abre una puerta inesperada en el corazón de Álex. Pero la verdad es que viendo la reacción de sus amigas, es inevitable enamorarse de ese chico. ¿Representa el sueño de toda chica adolescente?

¡Uff! No sabemos si es el sueño de todas las adolescentes, pero creemos que reúne muchos de los aspectos que nos gustan a las chicas (o, al menos, a nosotras). Al margen de que el chico sea guapo o tenga un físico atractivo, su inaccesibilidad y descubrir que, tras toda esa coraza defensiva, hay un ser vulnerable y que tiene mucho para dar, le convierten en un personaje muy seductor.

 

P.- El pasado siempre vuelve a hacer acto de presencia. Y en el caso de Oliver el tiempo parece que nunca termina de borrarlo, hasta el punto de ser ciertamente problemático.

Nuestro pasado es lo que nos define. Somos lo que hemos vivido. Oliver ha tenido un pasado tan problemático y traumatizante que lo ha convertido en la persona que es. Las cicatrices de su cuerpo no son nada comparadas con las heridas que aún sangran en su interior.

 

P.- Para escribir literatura juvenil, ¿hay que pensar como un chico/a de 17 años, ponerse en su piel? ¿Cuántos miedos e ilusiones de vuestros protagonistas han sido también vuestros?

Hay que ponerse en su piel respecto al entorno. Es decir, un chaval de 17 años va a estar condicionado por sus padres, la presión del instituto, los amigos que le rodean, etc. Su vida es diferente a la de una persona de 30 o de 50 años, es evidente. Sin embargo, creemos que en lo que toca a los sentimientos, la edad se diluye y, como seres humanos, sentimos las cosas de manera similar. Tal vez la edad nos haga más escépticos o nos lleve a plantearnos más las consecuencias de nuestros actos, pero amamos, sufrimos y lloramos de la misma manera.

 

P.- El personaje de Rubén, tío de Oliver, y su novio, son ciertamente interesantes. ¿Creéis que los jóvenes actuales tienen esa visión tan tolerante de una relación homosexual?

Afortunadamente, la percepción de la homosexualidad ha avanzado mucho en los últimos años, aunque es indudable que aún queda camino por recorrer. Creemos que Rubén y Darío dan buena cuenta de lo difícil que era hace unos años hacer pública la homosexualidad y los diferentes modos de afrontarla.

 

P.- Al introducir la regresión hipnótica y esa melodía que suena en la cabeza de Álex, al tono realista de la novela le añadís un toque inquietante y misterioso que enriquece la trama.

¡Muchas gracias! Como lectoras, y también como escritoras, nos parece muy interesante ahondar en los mecanismos mentales que nos llevan a olvidar un suceso o a recordar algo de manera muy distinta a como en realidad ocurrió. La música que oye Álex tiene que ver con la conexión que, sin que ella lo sepa, une a los dos protagonistas. Los dos han vivido situaciones que no están tan alejadas y esa música es el punto de unión. La música es mucho más evocadora de lo que pensamos. Una melodía, al igual que un aroma, nos puede provocar sensaciones que nos transporten literalmente a otro momento en el que la disfrutamos o la percibimos por primera vez. ¿Quién no recuerda aquella música que sonaba en un beso inolvidable? ¿No nos recuerda el olor a vainilla a las galletas que hacía nuestra abuela? Los recuerdos sensoriales son muy poderosos, aunque no seamos conscientes de ello.

 

P.- Narrado en primera persona, con un estilo claro y directo, conseguís identificar aun más al lector joven con la protagonista. ¿Era lo que buscabais, involucrarle totalmente en la trama?

Creíamos que la primera persona nos permitía transmitir mejor todo lo que piensa Alexia y todo lo que le pasa. Es un personaje con un mundo interior bastante complejo y profundo, y ese narrador nos facilitaba mostrarlo.

 

P.- Una curiosidad: en vuestra anterior novela la protagonista era Jacq, en esta se llama Álex, ¿por qué nombres de chica que al acortarlos suenan como si fuesen de chico?

¡Ajajá! Sí, como decimos nosotras, “es la marca de la casa”. Nos gusta el juego que da. Al fin y al cabo, los hombres y las mujeres no somos tan distintos. ¿O sí?

 

P.- Pero a tu lado tiene el acierto de reflejar con gran detalle la manera de vivir, sentir y enamorarse de un público joven, vitalista y muy actual. Habéis vuelto a conseguirlo. ¿Os internáis entre las pandillas de jóvenes para tomar referencias?

No. No creemos que nos aceptaran. Hablamos con adolescentes, por supuesto, y también con sus padres y profesores. En cualquier caso, como decíamos antes, creemos que no existe una barrera clara y cerrada entre los jóvenes y los adultos. Nosotras seguimos siendo las mismas personas que éramos en la adolescencia, aunque con más años y, por tanto, también con más pasado. Sin embargo, los sentimientos no han variado demasiado. Si un personaje sufre, se enamora o se emociona por algo, todos podemos identificarnos, porque son sentimientos que conocemos y que gestionamos de manera muy parecida. Al crecer, perdemos inocencia, nos volvemos más escépticos, a veces, cínicos, pero en el fondo guardamos esa parte adolescente que nos permite conmovernos y, de vez en cuando, por fortuna, vivir la vida con auténtica pasión.

 

P.- ¿Nuevos proyectos a corto plazo que nos podáis contar?

Ya antes de la publicación de Pero a tu lado comenzamos a escribir una nueva novela. Ahora solo queda sacar tiempo para poder avanzar.

 

P.- ¿Cuáles son los referentes que habéis tenido como escritoras?

A la hora de escribir, creemos que todo lo que has leído influye y deja huella de un modo u otro, pero no tenemos ningún referente concreto. Cuando planteamos el misterio, por ejemplo, pensamos en novela negra o en thrillers, pero no en un título concreto. Lo mismo ocurre con otros elementos. Tanto en “Nunca digas nunca” como en “Pero a tu lado”, los dos ingredientes fundamentales son el amor y el misterio, no inventamos nada, pero sí que tratamos de diferenciarnos a través de los personajes, la trama y buscando un estilo y una voz propia.

 

Por Benito Garrido.