Festival de Cine Inédito de Mérida
Por David Garrido Bazán.
SIGAMOS VIAJANDO, SIGAMOS SOÑANDO
“Ocultar las ideas, aunque sea de forma que puedan ser encontradas. La más escondida será siempre la más importante” (Robert Bresson)
Ya avisábamos el año pasado que había demasiadas circunstancias adversas que afectaban de forma inevitable a áreas como la programación, ese difícil encaje entre lo que uno quiere conseguir para compartir con su público y lo que uno finalmente obtiene. Sin embargo, esta octava edición nos va a permitir recuperar la esencia de lo que siempre ha querido ser el Festival de Cine Inédito de Mérida: un espacio donde el público pueda disfrutar de algunas de las mejores películas del año con anticipación a su estreno comercial. Con la red de seguridad que nos proporciona la colaboración con Cinesa y la Filmoteca de Extremadura, esa tranquilidad que da el saber que más temprano que tarde todos los títulos imprescindibles acabarán pasando por Mérida de una u otra forma, el FCIM puede centrarse en ofrecer una propuesta lo más diversa posible sin renunciar a la calidad, tratando de abarcar todo un abanico de sensaciones en las que el espectador sabe que cada día va a encontrarse con una experiencia distinta a la del día anterior pero igualmente disfrutable.
Puede que sea la familia la piedra angular de la programación de este año. La familia, ese vía crucis de parientes pero también ese refugio seguro a veces donde poder guarecerse cuando fuera truena el temporal, está muy presente en varios de los títulos elegidos: hay un hilo conductor muy fuerte que une dos de las cuatro películas asiáticas – todo un récord – que tenemos este año: Yoji Yamada consigue en Una Familia de Tokyo mucho más que un simple homenaje a Ozu mientras que nuestra película de clausura, Always, nos devuelve precisamente con otra historia familiar a la época en la que el gran maestro japonés rodó su obra maestra Cuentos de Tokyo, cerrando así un círculo. La enorme fuerza de los vínculos familiares, en este caso entre una posesiva madre y su hijo, centra el interés de La Postura del Hijo, una nueva muestra de ese pujante cine rumano capaz de aunar drama y denuncia social de forma más que contundente. Incluso una propuesta desbordante de imaginación y temática fantástica como The Congress se inicia con una decisión que el personaje de Robin Wright toma por el bien de su familia.
La política también juega su papel en esta edición: Bertrand Tavernier nos divertirá enormemente con su crudo retrato de la estupidez y la hipocresía de aquellos que nos dirigen con la irresistible Quay D’Orsay mientras que Aitor Merino nos invita a debatir e intercambiar ideas con su valiente Asier y Yo, un documental que promete generar cierta polémica en su muy personal enfoque de la situación del País Vasco. Un Toque de Violencia, desolador retrato de la China de hoy que va a descolocar a más de uno, es sin duda alguna una película política por aquello que tan brillantemente denuncia, que no es sino la brutal presión a la que están sometidos sus habitantes.
El mejor cine español está representado por la fundamental Caníbal, quizás la propuesta más interesante y atrevida del año: una particular historia ¿de amor? que poco tiene que ver con la que plantea esa lucha por mantener viva la llama de la veterana pareja de Le Week-End. Y para que todo sea completo, un arranque musical de altura con la estupenda A 20 Pasos de la Fama donde conoceremos por fin las caras de esas coristas fundamentales que hemos tarareado miles de veces y una recreación de la época romana como jamás pensamos que veríamos en Mérida con la delirante Thermae Romae que nos hará sonreír de pura complicidad. Este es vuestro VIII FCIM, un viaje para compartir, para disfrutar a fondo y para lo más fundamental: para seguir soñando.
Festival de Cine Inédito de Mérida, del 21 al 30 de noviembre de 2013.
David Garrido Bazán – Director de Programación y Contenidos