Espectral

Por Violeta Nicolás. Alberto Ruiz de Samaniego, de gran trayectoria, despliega toda su elocuencia en este ensayo de título sugerente “Ser y no ser. Figuras en el dominio de lo espectral”, publicado recientemente en la editorial Micromegas. La presentación del libro en Madrid, es este próximo jueves 21, a las 19:30h en la sala María Zambrano del Circulo de Bellas Artes, donde contaremos con la presencia del autor junto con el profesor y crítico de arte Fernando Castro Flórez.

Es maravilloso poder acercarnos a todos los razonamientos y argumentos que expone el autor, de manera asombrosa  en una muestra de su arte en la escritura, y sobre todo luce sus recursos comunicativos y expresivos, cualquier idea por muy compleja que pueda parecer en principio, logra hacerla llegar a prácticamente cualquier público con curiosidad, me atrevería a decir. El autor con una linterna en medio de un paisaje nocturno de palabras, alumbra al lector que le sigue con cautela.

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Gata del autor junto al libro. Fotografía Alberto Ruíz de Samaniego.

 

Durante el ensayo se hacen múltiples referencias al mundo cinematográfico, “como le sugirió un  niño -precisamente un niño- a Max Jacob <El cine se hace con los muertos. Se les coge, se les hace caminar y eso es el cine>”. En la línea, más o menos, de esta idea espectral “El cine -ha declarado R. Ruiz- debiera jugar constantemente con los acuerdos y desacuerdos entre evidencia narrativa y duda visual ¿Lo que vi, lo vi realmente?”.

Se mencionan en las reflexiones del autor películas célebres, clásicos geniales que sino has visto debes ver como por ejemplo “Nosferatu” (Murnau), o “Yo anduve con un zombie” (Tourneur). Se refiere a grandes directores de cine como Herzog, Erice o Tarkovski, de los cuales creo que tenemos mucho que admirar y aprender.

También habla sobre fotografía, a la que define como a “las palabras del oráculo de Delfos no hablan ni dicen nada, tan solo señalan”, ya que sigue la lógica por la cual “toda fotografía es un con-vocar desde la mudez”.

Además se hacen fantásticas menciones en su discurso a filósofos actuales muy interesantes como Peter Sloterdijck o Clément Rosset, por el que siento cierta predilección, ya que se suele expresar con gran maestría, y creo que es muy recomendable.

Así mismo nos deleitamos con reflexiones en las que aparecen Pessoa, Kafka o Dostoievski.

Hay lugar para la poesía de Emily Dickinson, “el delirio fantasmático es intensamente metaforico, exigentemente poético –como demostró, por ejemplo Emily Dickinson-. Infecta y mezcla ideas, sensaciones, afectos, temporalidades e imágenes muy lejanas entre sí, según intenciones que pueden llegar a escapar de la mera voluntad analógica del propio sujeto”. Convoca a algunos otros poetas como Mallarmé, Quevedo o San Juan de la Cruz.

Entran en juego artistas como Giacometti o Robert Smithson, ambos siempre me han parecido inquietantes y sorprendentes en sus dinámicas creativas.

Pero no nos asustemos por la gran bibliografia utilizada en la elaboración del entramado del libro, no hace sino apoyar su discurso y desprende una lucidez contagiosa para aquellos curiosos que quieran caminar junto a Alberto Ruíz de Samaniego, en una espacio repleto de más que imágenes, apariencias y reflejos, seres y espectros.

Es el tercer libro de la pequeña y a la vez grande Micromegas, dirigida por Javier Castro Flórez y Marisol Salanova, quienes viven apasionadamente y con entusiasmo su labor editorial.

 

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