Entrevista a Jo Baker por su nuevo libro "Las sombras de Longbourn"
Por Benito Garrido.
¿Y si Jane Austen hubiese dado voz a los criados?
La escritora inglesa Jo Baker presenta en Las sombras de Longbourn (Editorial Lumen, 2013) la historia de Orgullo y prejuicio revisada desde el punto de vista de los sirvientes que atienden la mansión. En todo relato puede haber muchos puntos de vista, y este es uno de ellos. ¿Acaso no tienen también derecho los de abajo a vivir grandes historias? ¿No se enamoran, piensan, sufren, lloran, ríen y se apasionan como sus señores? Tras numerosos cuentos y cinco novelas, Jo Baker se consagra con este título en el panorama literario internacional.
Las sombras de Longbourn. Jo Baker. Traducción de Rubén Martín Giradles. Editorial Lumen, 2013. 480 páginas. 19,90 €
Son las cuatro de la mañana en Longbourn, y mientras la familia Bennett (protagonistas de Orgullo y prejuicio), duermen plácidamente, Sarah y Polly, las dos jóvenes doncellas, empiezan a trabajar a las órdenes de la anciana señora Hill, la cocinera. Todos llevan años repitiendo la misma rutina, pero saben que la vida es algo más que un simple ir y venir de trapos, cacerolas y escobas. Sarah es quien más desea arriesgar, y su pequeño mundo finalmente cambia el día en que James Smith, un nuevo sirviente, llega a Longbourn arrastrando con él un pasado lleno de secretos y un futuro donde cabe la libertad. De repente, los sótanos y los áticos de la mansión cobran vida, y detrás de los delantales y los uniformes descubrimos criaturas que tienen mucho que contar.
P.- ¿Por qué se planteó esta versión entre la servidumbre de Orgullo y prejuicio? Es una combinación de varias cosas: el amor que por las novelas de Jane Austen tengo desde pequeña, la conciencia de que miembros de mi familia trabajaron como sirvientes y el ser consciente, por tanto, del trabajo que esas personas realizaban en grandes casas como la de Orgullo y prejuicio. Este es un libro que me encanta, pero no tengo la sensación de pertenecer a ese mundo, entonces lo que me planteé fue entablar un diálogo con el libro de Austen a través de mi novela.
P.- ¿No temías la comparación con Austen?
Nunca me planteé esa cuestión a largo plazo, simplemente me apetecía escribir este libro, y disfrutar haciéndolo. Quería explorar el tema de la servidumbre y su visión, de ahí que solo me centrase en eso y no pensara en más allá. Seguramente haya sido una insensatez por mi parte, pero esto me permitió escribirlo de una forma bastante espontánea e inconsciente. Hay que estar un poco loco para hacer algo así, pero aquí está.
P.- Perfectamente ambientada, terminas dando detallada humanidad física a unos personajes muy palpables. ¿No temías romper con el romanticismo tan profundo que rezumaba la obra original?
Creo que esa dimensión romántica sigue existiendo en mi novela , y no trato de romper con la que ya existía en la novela de Austen. Mi libro es diferente, con una historia independiente que solo se atreve a bajar las escaleras y visualizar la vida de las clases más bajas. Todo surge de la novela de Austen, entonces todos los lugares a los que se dirige mi novela (guerra, esclavitud…) parten de pequeños matices, pistas o elementos del libro original.
P.- Los intereses y los dramas ya no están ‘arriba’ sino ‘abajo’, entre la servidumbre. ¿Cuánto distan unos de otros? ¿Cuánto dista la supervivencia y la resignación de la simple apariencia?
Estos dos grupos de personajes dependen los unos de los otros, en una línea bidireccional y a muy largo plazo en el tiempo. La gente se quedaba durante muchos años trabajando en una casa señorial, entonces las vidas se van entrelazando las unas con las otras, y las distancias se acortaban por la fuerza de la costumbre, del hábito.
P.- Casi toda la acción de tu novela se sigue a través de los ojos de Sarah, una joven huérfana que solo puede estar agradecida a los señores, pero que tiene ganas de ver mundo. ¿Se convierte así en la voz necesaria de la conciencia?
No me lo había planteado en esos términos. Lo que buscaba era crear un personaje que fuese activo, dinámico y a quien le interesara el mundo. Podría interpretarse entonces como tú lo propones, pero no fue una decisión consciente por mi parte mientras iba escribiendo el libro.
P.- La inocencia y la cruel mentira se vuelcan en Polly, la otra jovencísima criada. ¿El ejemplo más representativo de la silenciosa servidumbre? ¿Y James haría el papel de Darcy?
Aunque en Orgullo y prejuicio ni siquiera se la nombra, yo he querido darle aquí el papel más vulnerable de los personajes de abajo, tiene una inocencia realmente peligrosa frente al trato de los demás. En el caso de James, necesitaba un personaje masculino que fuese interesante e hiciese el contrapunto, aunque este no tiene ni el patrimonio ni la sustancia que tenía Darcy.
P.- Tu historia también recoge relaciones turbulentas y románticas pero desde un punto de vista más rústico, pero no menos educado. ¿También había normas de estricto cumplimiento entre los criados?
Digamos que había expectativas de conducta, pero en ese nivel social había más libertad sexual, no era necesario llegar virgen al matrimonio, algo que sin duda hacía falto entre las clases más altas de la sociedad. Era aceptable que una sirvienta llegase embarazada al altar. Evidentemente había grados diversos de tolerancia en función del señor empleador y del definitivo nivel social del mismo. Entre esas más bajas también había una noción más fluida del matrimonio. Incluso ante una posible relación infértil, el hombre podía llegar a romper el compromiso antes de la boda si su pareja no se quedaba embarazada. Además, los sirvientes se movían mucho de un lugar a otro a lo largo del país en busca de esas ferias donde se contrataba la servidumbre.
P.- Los detalles de la servidumbre no eran tratados en las novelas burguesas y nobles de la época. ¿Por qué crees que Austen no llegó a reflejar este argumento en sus novelas?
A Austen le interesaba más el mundo que se movía en su escala social. De ahí que se centrara su historia en las clases más altas. Sin embargo la novela como género en Inglaterra fue evolucionando hasta una cultura más afín a todo tipo de clases; así Defoe, Dickens, Chaucer o G. Elliot, tratan y analizan personajes de la clases trabajadoras.
P.- ¿Te has planteado que tu visión de algunos personajes de Austen no pueda gustar a algunos lectores seguidores de la escritora inglesa?
Sí, soy consciente, me lo he planteado. Hay mucha gente a la que gusta Orgullo y prejuicio, y que pueden reaccionar a la defensiva frente a mi libro, pero no pasa nada. Evidentemente a no todo el mundo tiene por qué gustarle un libro.
P.- ¿Qué crees que tienen este tipo de novelas para atrapar tanto a los lectores de todo el mundo?
Creo que son muchas las razones, pero en parte pienso que lo que más atrae es el tema de las limitaciones sociales. Si le añadimos la circunstancia de desear a otra persona, sin poder evitarlo, la tensión y el drama terminan por aparecer. La búsqueda por resolver esa situación dramática es lo que más fascina al lector.
P.- Aparte de Orgullo y prejuicio, ¿qué otros autores/obras te sirvieron de base o inspiración para hacer esta novela?
Sobre todo dos libros que también toman personajes secundarios de importantes obras de la literatura para darles entidad y configurar un trabajo diferente. Se trata de El ancho mar de los Sargazos de Jean Rhys, y de Rosencrantz y Guildenstern han muerto de Tom Stoppard. En el primer caso, la autora toma un personaje de Jane Eyre para escribir su precuela; y en el segundo caso, los personajes que dan título al libro son tomados del Hamlet de Shakespeare. En cuanto a la vida doméstica y de la servidumbre de aquella época, me sirvieron de mucho los libros que sobre el tema escribieron Amanda Vickery o Caroline Steedman.
P.- He leído que tu libro va a ser llevado al cine. ¿Es así? ¿Te atreverías con el guión de la película?
Sí, pero no me atrevería. Prefiero que un experto se ocupe del guión, porque requiere otro tipo de habilidades en la escritura que yo no domino. Es otra forma de escribir que debería aprender y para la que no me creo capacitada.
Está todo muy en los inicios, de hecho, no será hasta primeros de diciembre que esté lista la primera versión del guión. Se trata de una coproducción entre Focus Pictures y Random House Films.
La soledad de los personajes de la novela, hacen que las lectoras y los lectores, lleguemos a la conclusión de que la felicidad es superior a la desdicha. Idea que parece elemental, pero no lo es.
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