Paloma Sánchez-Garnica: «Ernesto Santamaría es la aspiración de cualquier escritor o novelista: hacer una obra que lo inmortalice y lo supere en su existencia»
Ernesto, un escritor siempre a la búsqueda de su gran obra, encuentra una antigua caja de latón que contiene la fotografía de una joven pareja, Mercedes y Andrés, junto con unas cartas de amor. Comenzará a indagar en la historia de la pareja a través de los datos que obtiene de las cartas. La intrigante imagen, tomada el día que empezaba la guerra civil, y el posible destino de sus dos protagonistas le ayudarán a escribir su gran novela mientras se convierte en testigo de las heridas del amor, de la muerte y de la vida. Las tres heridas es una novela de reconciliación, de sentimientos, de amores y de ausencias que nos descubre las únicas razones por las que es importante vivir y morir. Su autora es Paloma Sánchez-Garnica (Madrid, 1962) con quien hemos conversado con motivo de su participación la semana que viene en el Certamen Internacional de Novela Histórica de Úbeda.
-Algunos se preguntarán: ¿otra novela de la Guerra Civil española? La respuesta es no. Las tres heridas es una novela que trasciende la mera contiende y que indaga en la psicología y los sentimientos de los personajes.
Sí, la Guerra Civil es solo el escenario. Lo que he intentado contar es cómo eran mis tres personajes en el momento de iniciarse la guerra, cuando cayó sobre la población el 19 de julio de 1936 y en lo que les convierte, cómo arrasa su vida, sus sueños, sus proyectos, etc. En definitiva, lo que trato de contar es cómo debiera haber sido su vida si no hubiera estallado la guerra.
-Los protagonistas de la historia son Mercedes y Andrés, pero es un joven llamado Ernesto Santamaría, quien decide abandonar su carrera como profesor para dedicarse a escribir. Por eso, busca una gran historia que contar, y acaba hallándola en una sencilla caja de latón. ¿A dónde nos traslada esa caja de latón y que nos cuenta?
Ernesto Santamaría es la aspiración de cualquier escritor o novelista: hacer una obra que lo inmortalice y lo supere en su existencia. Y toda historia comienza por algo muy simple: una frase, una idea, un despuntar apenas visible…Es algo que comparo con el embrollo que tengo cuando empiezo a escribir y procuro encontrar el extremo del ovillo para empezar a tejer esa historia que se convertirá en novela. Ernesto encuentra el inicio en esa pequeña caja de latón en la que hay una simple fotografía con dos nombres, Andrés y Mercedes, y con unas cuantas cartas de amor. A partir de ahí empieza a trabajar sobre lo que luego se convertirá en Las tres heridas.
-El título de esta novela inevitablemente nos lleva a tararear la canción de Serrat y recordar los versos de Miguel Hernández: la del amor, la de la vida y la de la muerte. Al final parece que la conclusión que tenemos es que estas son las verdaderas razones y preocupaciones del ser humano.
Por supuesto, máxime en momentos como esos. Pero aunque nosotros llevamos 75 años de paz constante, al final el asunto y resumen de nuestra existencia es la vida, el amor y la muerte y el desgarro de esas tres heridas las expresó perfectamente en ese poema Miguel Hernández. No se puede decir tanto con tan pocas palabras, pero tanto sentimiento.
-Da la sensación de que al final son los sentimientos los que conducen nuestra vida, por ellos nos guiamos y forjamos un destino como el del protagonista de su anterior novela, La brisa de Oriente (Espasa, 2009), un joven monje que viaja hasta Constantinopla donde conocerá la sinrazón de la guerra, la violencia desmedida e incluso el amor.
En el siglo XIII no existía la inmediatez de la información, tenían otra forma de vida, pero al final nos diferenciamos muy poco de los seres humanos que vivieron hace ocho siglos. Somos idénticos en lo que respecta a los sentimientos en el amor, los celos, la venganza, los odios; tenemos las mismas ambiciones y la misma curiosidad, etc. Todo ello nos identifica con lo que somos, con nuestras virtudes y nuestros defectos y muchas veces condicionado por nuestro entorno y nuestro destino.
-Sus anteriores novelas, como La Brisa de Oriente, se habían enmarcado en períodos de la historia más antiguos. ¿Difiere mucho el proceso de documentación de esta novela con la anterior?
Mucho porque, al fin y al cabo, de la Guerra Civil hay mucha documentación, existen testigos y también numerosos hay estudios y ensayos (aunque tienen el problema añadido de falta de objetividad). Nada que ver con la historia de hace diez siglos. Por ejemplo, en El alma de las piedras, para hablar del origen del apóstol Santiago y cómo se descubrieron sus restos, no hay documentación por parte de ningún cronista, todo lo que conocemos se escribió más de un siglo después, en 1074. Por lo tanto, hay que bucear en los ensayos de historiadores que muchas veces no recogen aspectos de la vida cotidiana que en una novela son imprescindibles.
-¿En qué esta trabajando actualmente?
Acabo de terminar una novela que me ha llevado más de un año y que hace unos meses he entregado a mi editora. Ahora estoy en el otro proceso de la escritura: leer. Ahora estoy leyendo todo lo que no puedo cuando estoy escribiendo.