Un brillante Sellars trae una ópera que rompe los esquemas al Teatro Real
Por Eloy V. Palazón
Siguiendo la estela de La conquista de México del mes pasado, el Teatro Real presenta, entre los días 5 y 19 de noviembre, una nueva versión de la última ópera de Henry Purcell (1659-1695), The Indian Queen (La reina india), que el compositor dejó inacabada al morir a los 36 años.
Partiendo de una América imaginaria donde los incas y aztecas luchan, Peter Sellars ha creado un espectáculo con una nueva estructura dramatúrgica, eliminando las partes habladas y alternando las piezas originales de The Indian Queen con canciones e himnos de Purcell y textos de la novela La niña blanca y los pájaros sin pies, de la escritora nicaragüense Rosario Aguilar.
Frente a la Orquesta de la Ópera de Perm está su director titular, Teodor Currentzis.
La escenografía es del artista chicano Gronk, que ya estuvo en el Teatro Real, también junto a Peter Sellars, con Ainadamar en 2010. En este caso presenta una escenografía mucho más dinámica (aún así, la longitud, esta vez, duplica a la de 2010, por lo que un escenario tan estático como el de aquella vez no hubiera funcionado). Los cambios de cuadros marcan las diferentes escenas y ambientes que, a su vez, se matizan con la hermosa iluminación de James F. Ingalls, que consigue extraer de un mismo lienzo múltiples cuadros.
La dirección de Sellars está repleta de detalles sutiles que hacen de la interpretación algo completo y profundo, como el juego de manos, que emite significados acordes a las palabras del texto, o las coreografías de Christopher Williams, que se intercalan en algunos números y que abren la ópera de forma magistral.
La conquista de América vista por las mujeres, la metáfora de una colisión cultural en una ópera fusión que mezcla la música barroca con la danza contemporánea y unos parlamentos de una declamación exquisita a cargo de Maritxell Carrero. Una propuesta muy recomendable.