Gladiadores trajeados

 

Por LUIS FERMÍN

Una serie cargada de intrigas, mentiras, amores prohibidos y complot, quizá ésta sea una de las tantas maneras de describir Scandal. Shonda Rhimes, la creadora de Anatomía de Grey y Sin cita previa, lo vuelve a hacer, pero esta vez, en lugar de mostrarnos un drama hospitalario, se interna en la Casa Blanca para darnos una perspectiva un tanto diferente a la que pudimos ver en The West Wing o Commander in Chief. En esta ocasión la trama se centra en Olivia Pope una ex colaboradora del gobierno de Fitzgerald Grant, o “Fitz” como le llaman todos, que se dedica a “resolver problemas” desde su firma especializada en manejo de crisis. Nuestra protagonista se ha forjado la fama de ser la mejor “apañadora” de todo Washington. Ella, junto a sus “gladiadores trajeados”, como se denominan ellos mismos, trabajan juntos resolviendo situaciones y problemas a los más altos cargos del gobierno americano: congresistas, alcaldes, gobernadores y hasta el mismísimo presidente se han visto beneficiados por Olivia Pope y asociados. 

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Cuando pensamos en Scandal debemos irnos directamente a la traducción literal de la palabra: “Escándalo”, y es que si de una cosa está llena esta serie es de eso, escándalos de todo tipo y en más de una ocasión podemos reconocer algunos bastante sonados y populares.

Los gladiadores trajeados que acompañan a Olivia son cuatro personajes de los más variopinto; audaces, suspicaces, inquisidores y temerarios podrían ser adjetivos para describirlos, y se comportan como una especie de ayudante de superhéroe, el Robin de Batman o la Júbilo de Lobezno.

En la primera temporada de la serie eran cinco los gladiadores que acompañaban a Olivia, ahora son cuatro personajes (después de que uno de ellos abandonara al final de la primera temporada) todos con un punto en común: Olivia los salvó de sus anteriores vidas y los reclutó por sus habilidades investigativas para que formasen parte de su equipo.

Además de este grupo de personajes, la serie también se nutre de otros 4 personajes principales y varios secundarios que se encargan de dar forma a los escándalos principales. Entre ellos podemos contar, por supuesto, al presidente de los Estados Unidos, la primera dama, el jefe de gabinete y el fiscal del distrito de Columbia (Washington, DC).

Como la mayoría de estas series, Scandal tiene siempre una trama principal y varias tramas pequeñas, que en su mayoría se resuelven en un capítulo o dos. La trama principal se va desarrollando poco a poco a medida que transcurre la temporada. Con cada temporada se complica un poco más el tema, nuevos personajes, escándalos mayores y más trabas que dificulten el trabajo y la vida sentimental de Olivia.

Scandal puede llegar a ser juzgada por muchos como una serie normal, sin un argumento de peso; sin embargo, para la mayoría de los críticos la serie está repleta de emociones, giros inesperados y actuaciones excepcionales. La serie está muy bien escrita y sabe mantener al espectador al filo desde el principio hasta el fin; pero sin duda alguna lo mejor de la serie es la química entre los actores. Kerry Washington es la actriz encargada de dar vida a Olivia Pope y Tony Goldwyn es Fitz, el Presidente de los Estados Unidos. Juntos hacen una pareja increíble, con una química que dejaría sin palabras hasta al más insensible. Las miradas entre Fitz y Olivia son capaces de transmitir miles de sentimientos en fracciones de segundos, las conversaciones y la manera en que expresan su dolor son parte de esos elementos claves que hacen de Scandal una serie apasionante.

Pero si eres de esos a los que el amor no te mueve, tranquilo, hay mucho más de dónde coger: asesinatos, torturas, juegos mentales y mucha intriga.

Scandal es bastante oscura y con diálogos muy rápidos, en muchos de los casos no se entiende realmente lo que dicen, así que afina el oído y concéntrate en cada escena. En esta serie pocas veces vemos a los personajes sentados, siempre están en un constante ajetreo y las cámaras giran  y ruedan casi de manera hiperactiva mientras siguen a los personajes a todos lados, por lo que visualmente no te aburrirás.

A ciencia cierta Scandal es muy adictiva, con buenas actuaciones y mucho drama. Si eres de esos a los que le gustan las series de abogados en las que resuelven casos y en cada capítulo suceden cosas nuevas, o si eres de los que disfrutan con series de intrigas y manipulaciones… Dale una oportunidad a Scandal y verás.

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