La Chelita, 1992

Por Carmen Moreno

Hay dos premisas con las que se puede comenzar a reseñar el cómic que Charo Borreguero y Ruma Barbero han realizado para la editorial Dolmen:

1.- el que olvida la historia está condenado a repetirla

2.- el cómic no es un formato comprometido

Con la primera premisa estoy completamente de acuerdo, si olvidamos lo que ha pasado en tiempos pretéritos, es muy posible que acabemos repitiendo nuestros errores. Pero, la segunda, se queda en el terreno de los clichés sin base cuando uno se enfrenta a libros como el de la salmantina y el gijonés.

Probablemente, los más jóvenes ya no recuerden qué pasó en 1992 en un país que nos sigue siendo ajeno a día de hoy. Pero, para la psicóloga salmantina, es algo que aún se mantiene en su recuerdo y ha querido compartir aquellas vivencias con nosotros. Las vivencias de una psicóloga española que se embarca en la aventura de viajar al Salvador para formar maestros. Muy pronto, ante las injusticias que vivían los ciudadanos, cambia de ida y comienza a trabajar para la organización pro-derechos humanos Madeleine Lagadec en la elaboración del Informe para la Comisión de la Verdad para El Salvador.

Un cómic que no nos deja indiferentes, en el que la historia se va fundiendo con la intra-historia y nos conmueve a la vez que nos atemoriza. Una historia, la de El Salvador, que no nos queda tan lejos y que ahora nos vemos obligados a recordar para no repetir, para no volver a obviar el sufrimiento de aquellos que son como nosotros, aunque nos queden lejos.

Una apuesta editorial valiente que nos trae una historia real y terrible. Un genocidio denunciado a través de la voz de Charo Borreguero y los trazos de Ruma Barrero.