George Méliès. La magia del cine
Por María J. Pérez.
Paseo del Prado, 36, Madrid
Hasta el 8 de diciembre
El viaje a los orígenes del cine con Georges Méliès:
Si George Méliès viviera en nuestros tiempos y observara los avances desde aquella cámara cinematográfica de los hermanos Lumiére, con la que realizaron las primeras películas, se vanagloriaría de su agudeza y grandiosidad en ser el pionero de la ciencia ficción y los efectos especiales.
Muchos tuvimos la ocasión en 2011 de conocer con mayor detenimiento la figura de Méliès a través de la película de Martin Scorsese “La invención de Hugo”, y comprender el valor de su contribución a la evolución de la historia del cine.
Ha pasado más de un siglo desde que este genio polifacético introdujera la magia, el sueño y la ilusión como recursos cinematográficos. En sus versiones de dibujante, mago, director de teatro, actor, decorador, productor, director y distribuidor de cine, transportó al espectador a escenarios delirantes e inverosímiles con una imaginación desbordante.
Los comienzos de Méliès:
Los orígenes de Méliès (1861-1938) hay que buscarlos en los inicios del cine y así lo explica esta exposición de la Caixa donde, por primera vez, se presenta una retrospectiva de su obra y se profundiza en las raíces culturales, estéticas y técnicas de este maestro de la fantasía conocido como “el primer ilusionista del cine”.
Mientras los Lumière, apostaban por plasmar la realidad a través del cine documental, este prestidigitador y director del teatro Robert Houdin de París, convertiría el cine en una nueva forma de expresión artística, con su gran habilidad para manipular la realidad con registros a base de transparencias, montajes, dobles fondos, superposiciones y sobreexposiciones.
Una fantástica colección:
Comisariada por Laurent Mannoni, director científico de Patrimonio y del Conservatorio de Técnicas de La Cinémathèque Française, la muestra llega a Madrid, tras exhibirse en Barcelona, con piezas excepcionales como el autómata utilizado en “La invención de Hugo”, o inventos como «el armario del decapitado recalcitrante».
Aparatos cinematográficos todavía en uso, como el primero que utilizó Méliès, proyecciones de sus películas, el vestuario original de “Viaje a la luna”, dibujos, manuscritos, pósters, documentación, fotografías, maquetas. Todo esto y muchos sorprendentes objetos únicos, hacen de la exposición un espacio donde el visitante viajará a este mundo fascinante de un visionario de los efectos especiales.
Dan comienzo a la exposición las sombras chinescas, antecedente del cine, artefactos originales como la cámara oscura y las linternas mágicas -algunas pueden ser utilizadas por los visitantes-, con un juego de lentes y un soporte corredizo en el que se colocaban transparencias pintadas. Una cámara cronofotográfica o praxinoscopios y discos estroboscópicos.
Podemos disfrutar de la exposición gracias a la Cinémathèque Française, una institución fundada en 1936 que se encargó de recopilar y conservar la mayor parte de toda esta impresionante colección cuando Méliès se ancló en su cine fantástico y no modernizó sus ideas.
Nuevas iniciativas, como las de D.W.Griffith, provocaron su ruina económica y el olvido por parte del público, lo que le llevó a destruir los negativos de sus 500 películas, vender sus propiedades y los autómatas durante la Primera Guerra Mundial, trabajando en una pequeña tienda de juguetes de la estación de Montparnasse. Afortunadamente quedaron algunas copias, en total 21 filmes originales, algunos restaurados, y una versión casi completa y coloreada de su fantástico “Viaje a la luna”.
“Nuestro invento no es para venderlo. Puede ser explotado algún tiempo como una curiosidad científica, pero no tiene ningún interés comercial” fue lo que respondió Antoine Lumière a Georges Méliès cuando quiso comprar el nuevo aparato.
Pero Méliès, convencido de sus posibilidades, adquirió una cámara cinematrográfica en Londres, construyó unos estudios en los alrededores de París y se volcó en la producción y dirección de películas.
Parece que fue el azar lo que le llevó al gran descubrimiento de su lenguaje particular a través de una óptica ilusionista: un día, su cámara sufrió un atasco en el engranaje y al proyectarla, observó una aparición súbita de un coche fúnebre. Acababa de descubrir un trucaje que hoy se conoce como “paso de manivela”, una manipulación del tiempo y del espacio, el primero en la historia del cine. A partir de aquí utilizará los trucos de su escenografía teatral en sus películas, revelando un universo fantástico y mágico.
La filmografía del cineasta está repleta de cortometrajes inolvidables. Le mélomane, en 1903, es quizás uno de los más recordados y representativos, entendido como prolongación de sus números de magia. En un poste con cinco cables de telégrafo, Méliès lanza su propia cabeza, desencajada de su cuerpo, hasta seis veces, creando la ilusión de que éstas son notas en un pentagrama.
Millones de personas vieron la proyección de“Viaje a la Luna”en 1902, film de gran éxito, de tan solo 13 minutos de duración, donde introduce más de treinta escenarios diferentes y contiene una de las imágenes más míticas del cine. Ambos filmes se proyectan en la muestra.
La exposición se completa con visitas comentadas, actividades para todos los públicos entre las que se incluye proyecciones de filmes, el espacio educativo CaixaForum Kids o el concurso titulado Participa Méliès.
Una interesante propuesta, a la vez que un tributo a un magnífico artista, que definió un arte recién nacido, convirtiendo en una aventura extravagante el nuevo género y creando un mundo de sorpresa y humor.
Interesantisimo…. Hay que verla