El premio planetario

Por Natalia Cárdenas. “Opinar sobre el libro ganador y el finalista de los Premios Planeta 2013 sin haberlos leídos sería poco lógico, pero a priori un psé… muy pequeño”, me respondía un twittero ayer a la pregunta que lancé en la red sobre las primeras reacciones tras la gala de Planeta.

Primero me gustaría felicitar a Clara Sánchez por su victoria, ella es la cara menos mediática de la gala de anoche, pero con una trayectoria que parece no desentonar con el reconocimiento de Planeta. La editorial y su jurado puede nombrar ganador y finalista a quien quiera, hasta ahí bien, pero las críticas en Twitter no se han hecho esperar y bromean con la elección de la ex Ministra de Cultura, González-Sinde, como finalista.

Parece que Ángeles no cae demasiado bien en las redes y lo entiendo, no es un personaje que me despierte ninguna simpatía. Su papel como Ministra dejó mucho que desear, aún recuerdo los gritos de “No a la ley Sinde” en la calle. Después se dedicó a dirigir la Academia de Cine y… ni fu ni fa… Parece que en el campo del guión es más fructífera, algunos premios y de ahí a dirigir. Una mujer completa donde las haya y siempre rodeada de polémicas, quizás eso le ayude a vender libros, porque yo poca intención tengo de leer El buen hijo, de momento. Más que nada porque sus guiones no han logrado convencerme, el último, Mentiras y Gordas me pareció un despropósito. En plan: Hay que hacer una película sobre la juventud fiestera de ahora, un relevo generacional a Historias del Kronen… El resultado fue un verano de desenfreno en el que un grupo de amigos viven como si no hubiera mañana hasta que uno de ellos no sale con vida de la última fiesta. Lo mejor de aquella película la interpretación de algunos jóvenes actores, que de haber tenido un guión mejor entre las manos hubieran causado una gran sensación, todos ellos, caras muy populares de la televisión.

En la noche del martes la que brilló en televisión fue ella, Ángeles. Dio un discurso ‘improvisado’, según comentó, y esperó en el escenario a que nombraran a Clara Sánchez ganadora con su El cielo ha vuelto. Pero Ángeles que tiene ya unas cuentas tablas debería haberse comportado con más seriedad mientras Clara pronunciaba un emotivo discurso sobre lo que significaba para ella recibir este premio, en el mismo año en el que ha muerto su padre. González-Sinde estaba en plano de la televisión, tras Clara, jugaba con le pelo, se reía y charlaba con el de al lado, como una niña inquieta que arde en deseos de saltar de alegría.

Merecido o no, seguramente Planeta venderá muchos libros y tampoco hay nada malo en ello. Al fin y al cabo el mundo del libro también siente la crisis, con estos premios y nombres conocidos se aseguran seguir siendo líderes del mercado para después también poder publicar en sus sellos menores a otros autores no tan aclamados por el público pero igualmente válidos.

Espero que si leéis la novela de Sinde me comentéis qué os parece, si me convencéis, la leeré también. Puede que hasta me llegue a sorprender, no lo sé…

 

 

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