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La aventura de ser planetarista

Juan Antonio López García, autor de Cosmicosaurio, ante su planetario portátil (1)Por  Juan Antonio López García, Cosmicosaurio.

 

“Hoy ha sido el día más feliz de mi vida”. Esa frase se me ha quedado grabada y es la que recuerdo siempre cuando empiezo una nueva jornada. La pronunció una niña de unos seis años, que al finalizar la sesión, tras visualizar las proyecciones de los planetas del sistema solar, las órbitas de los planetas, las constelaciones animadas y los dinosaurios, salía emocionada.  

Es la ilusión que noto entre los niños al llegar a un colegio, se sorprenden cuando aparezco con mi remolque.  Ellos no lo saben, pero en ese contenedor transporto un planetario portátil. Al  momento me rodean y empiezan a preguntar: “¿Eso qué es?”, “¿Qué vamos a ver”?… Yo les contesto que es el planetario Cosmicosaurio y que lo vamos a pasar todos estupendamente, todos, yo incluido. Les digo que conoceremos mejor nuestro universo, sus estrellas, sus planetas, sus galaxias, etc. y además también conoceremos mejor a los dinosaurios. Al momento, les aparece una sonrisa en la cara y un deseo nervioso de que esté instalado, lo antes posible, para poder entrar.

Solo por recibir esas muestras de cariño, merece la pena madrugar, cargar, descargar, hacer kilómetros y descansar poco. Me convenzo cada vez más de que he acertado al cambiar de oficio, antes era asesor fiscal, hoy en día soy Planetarista. Esta sensación la noto mientras estoy preparando el equipaje, cargando el remolque y configurando en navegador para iniciar la ruta.

También resulta gratificante que los adultos que entran al planetario en los hoteles, museos y en las fiestas de los pueblos te feliciten por la labor divulgativa y de entretenimiento que a la vez estoy desarrollando. Los adultos también llevamos un niño dentro y un espacio mágico como un planetario hace que salga y nos haga disfrutar.

En resumen, la astronomía y los dinosaurios despiertan en los niños una atracción extraordinaria y, lo más importante, vuelan con su imaginación hasta lo más profundo del universo y a la época de los dinosaurios.

Me resulta casi increíble poder presentar este proyecto divulgativo ante organismos públicos y mercados audiovisuales. Esta pasión me ha llevado a desarrollar una serie de animación que ha interesado a una productora importante y próximamente presentaré en MIPCOM (Cannes).  Parece que mi interés por la divulgación científica entre los niños me está llevando a caminos insospechados hasta hace tan solo un par de años. El asistir a Cannes con esta apuesta ilusionante, presentarlo a las televisiones mundiales  y estar comprobando el interés con el que lo acogen, aparte de darme un poco de vértigo, me emociona. Todo no está perdido en la educación, resulta  que hay rincones de los cuales se puede sacar algo interesante para los niños.

En estos viajes se suceden tantas historias y experimento sensaciones tan distintas que los espero con impaciencia. Sensaciones como la que me provocó la frase de esa niña para la que había sido el día más feliz de su vida.

 

 

 

Cosmicosaurio-

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