Entrevista a Carla Guelfenbein por su novela "Nadar desnudas"
Por Benito Garrido.
Nadar desnudas es la historia de amor filial que une a Diego, asesor personal de Salvador Allende, con su única hija Sophie. Es la historia de amor fraterno que crece entre Sophie, de 18 años, y su íntima amiga Morgana, una estudiante española de 22 años, soporte emocional de la primera. Y es la historia de amor prohibido que nace entre Diego y Morgana, que enfrentado a los avatares del destino, traspasará la frontera de lo prohibido, quebrando el único ámbito de estabilidad de su hija. Un triángulo amoroso imposible en el que Antonia, será sin saberlo, la consecuencia de los invisibles y delicados hilos que, en un momento de convulsión política, miedo, traición y rencor escondido, se tendieron entre los tres.
Nadar desnudas. Carla Guelfenbein. Editorial Alfaguara, 2013. 280 páginas. 18,50 €
La escritora chilena Carla Guelfenbein presenta la historia de un amor condenado a desaparecer, que se desarrolla en Chile, durante los agitados días del gobierno de Unidad Popular y los dramáticos meses posteriores al golpe de estado del 11 de septiembre del 73. Casi treinta años después, los eventos del 11-S de 2001 turban a una Sophie ya consagrada como artista plástica, y que ahora, por primera vez, se arriesgará a abrir un pequeño espacio a ese pasado que bloqueó en un intento por recuperar lo perdido. Una novela que muestra como la Historia entra en la intimidad de las personas y la cambia.
P.- Empezaste a escribir tarde, pero con cuatro novelas te has convertido en un referente de las letras chilenas. ¿Qué razones te llevaron a escribir? ¿Cómo fueron tus inicios literarios?
Como hija de una profesora de filosofía nací y crecí rodeada de libros. Ambos, la lectura y la escritura, han sido siempre mi refugio, desde niña. No importaba dónde estuviera ni cuán adversas fueran las circunstancias que me rodeaban, siempre estaba ese lugar que me pertenecía, que era mío, y que nadie podía arrebatarme. Nunca imaginé que esa labor que yo hacía en soledad, podía transformarse en mi actividad principal. Era un mundo tan íntimo, que me parecía impensable compartirlo con el resto. Poco a poco, sin embargo, la necesidad de pasar más y más tiempo leyendo y escribiendo se volvió apremiante. Hace un poco más de 10 años, decidí dar el salto. Abandoné mi carrera de diseñadora y me encerré en mi casa a escribir. Mi primera novela, El revés del alma, es fruto de aquél salto.
P.- Amistad, amor, traición y muerte se conjugan con un trasfondo político difícil de olvidar. ¿Cuál fue el germen, la idea inicial que te llevó a escribir este libro?
Siempre lo que acude a mí como semilla de una novela es una imagen. Una imagen poderosa que comienza a rondarme y que me provoca una gran curiosidad. En este caso fue la de dos amigas que por la noche nadaban desnudas en una piscina. Quería conocer quiénes eran, de dónde venían, por qué estaban allí, qué las unía verdaderamente. Por otro lado, hacía tiempo que buscaba la forma de narrar la historia de los convulsionados años setenta en mi país, años que yo había vivido de niña y adolescente. Necesité tres novelas para sentir que tenía la necesaria madurez narrativa, y a la vez la suficiente distancia, para poder narrar estos episodios. Fueron años de un Chile escindido, de grandes convicciones ideológicas, y luego de persecuciones y desaparecidos que tocaron a mi familia directamente.
El gobierno de Allende, el golpe militar, la persecución y la dictadura en Chile, representan unos de esos momentos históricos en que el ser humano se ve enfrentado a sus miedos y a sus grandes dilemas. Mi mayor desafío era escribir sobre una época en que todo estaba teñido por la política sin caer en el discurso ni en el panfleto. Por eso, Nadar Desnudas está narrada desde la interioridad de los personajes, y son sus conflictos internos los que prevalecen.
P.- ¿Cuánto hay de experiencias personales vividas por Carla Guelfenbein en esta novela?
En septiembre del 73 Yo tenía 13 años y mi memoria está llena de imágenes. Tal vez uno de los momentos más impactantes de aquellos años fue el bombardeo a la Moneda, y el posterior suicidio de Allende. En Nadar Desnudas, Morgana, una de las protagonistas, está en su departamento, embarazada de 8 meses, y desde las ventanas observa cómo los aviones bombardean la casa de gobierno. A través de esa ventana ve morir el sueño de una generación. Recuerdo que cuando escribía aquella escena, volvía a escuchar las palabras de Allende en mis oídos, su voz templada, su discurso definitivo y volvía a sentir la emoción y la tristeza de aquel día. Tuvieron que pasar 17 años de dictadura para que las Alamedas volvieran a abrirse, como él anticipó en su discurso antes de morir.
P.- Una historia de amor que se va complicando y truncando al mismo tiempo que la situación política en el país. ¿Pueden entonces las ideologías personales anteponerse al amor? ¿O son las circunstancias las que determinan el mismo?
Interesante pregunta. Justamente en Nadar desnudas se plantean muchas interrogantes con respecto al amor. Si lo pensamos, todas las grandes historias de amor están basadas en el principio de que la pasión necesita dificultades para florecer. No hay más que recordar Romeo y Julieta o Tristán e Isolda. Ya Ovidio, en el siglo I, decía: “Las cosas fáciles nadie las quiere, Pero aquello que es prohibido es tentador.”. Incluso, en uno de sus poemas, le da a las esposas la fórmula para enardecer el deseo de sus maridos, y les aconseja cerrar las puertas de sus alcobas y poner un guardia que les impida a sus maridos entrar. El amor, como la guerra, inspira heroísmo, pero sobre todo necesita de este estado para subsistir. Porque en su esencia el amor es acerca de romper fronteras. Esta transgresión es una forma de buscar la trascendencia.
Nadar Desnudas es ante todo una historia de amor, y la transgresión surge de que Diego y Morgana, los amantes, traicionan a quien ambos más quieren en la vida: Sophie, hija de Diego, y amiga íntima de Morgana. Sophie es una chica frágil, sensible, cuya adolescencia estuvo marcada por dos intentos de suicidio, y en Morgana encuentra por primera vez una amiga, una confidente, alguien con quien compartir su mundo. Es justamente esta amiga quien se enamora de su padre, traicionando su confianza, destruyendo todo lo que la mantenía a flote. Los amantes, conscientes del daño que le hacen a Sophie, intentan resistirse, y en su desesperación se preguntan hasta dónde es capaz de llegar la pasión, qué traiciones y qué dolores -en pos de sí misma- está dispuesta a provocar en quienes más amamos. Entonces, volviendo a tu pregunta, yo diría que el amor tiene sus propias leyes.
P.- De la individualidad a la universalidad de lo vivido por los personajes. Una situación que podría haber afectado a muchos… Pasas de la tragedia íntima a la colectiva de un país.
En Nadar Desnudas justamente lo que intenté fue ir creando un espejo entre las relaciones íntimas y lo que va ocurriendo en el país. Esto se manifiesta a lo largo de la novela en mil detalles, pero tal vez donde esta relación se expresa con más claridad es en los temas de la traición y luego en el de la memoria. Fueron muchas las preguntas que surgieron en la escritura de este libro: ¿Por qué personas perfectamente razonables y de buenas intenciones transgreden el límite de la lealtad y de sus más férreas creencias? ¿Cuál es la fuerza gravitacional de la pasión en la vida de los seres humanos que nos hace transgredirnos a nosotros mismos y a quienes más queremos? ¿Por qué incluso cuando muchas veces sabemos que arriesgamos con perderlo todo, cerramos los ojos, por ese instante de placer supremo y olvidamos sus consecuencias?
Nadar desnudas deja en claro que esa transgresión tiene un costo y que en ocasiones puede ser considerable. Pero tal vez lo más relevante es que la traición en Nadar desnudas corre a dos bandas. La traición de Morgana y de Diego hacia Sophie -la amiga de ella e hija de él- al enamorarse, al vivir esta pasión sin medir sus consecuencias; y por otro lado la gran traición que llevó a Chile a una dictadura feroz y que costó tantas vidas. La situación del país influyó en los amantes de mil formas, en la manera en que se conocieron, se relacionaron y se amaron. Su historia de amor está cruzada y definida por las circunstancias externas que les tocó vivir.
P.- Y de todo aquello solo queda Sophie, una mujer frágil psicológicamente a la que el tiempo y la distancia permitirán de nuevo enfrentarse a su historia personal. ¿Quizá la voz muda de la memoria?
Enterrar el pasado significa enterrar la memoria, o escapar de ella. Y esta es una pregunta que una y otra vez plantea Nadar Desnudas a través del personaje central, Sophie. Después de haber vivido los convulsionados años 70 en Chile, Sophie se instala en París y deviene una connotada artista visual, negando toda conexión emocional con ese pasado trágico. Sophie, durante años, piensa que la única forma de superar el dolor es silenciándolo, matando la historia que lo generó. Sin embargo, todo sus esfuerzos, urdidos a lo largo de los años, se vienen abajo a raíz de otro 11 de septiembre, el de las torres gemelas, y el pasado la asalta de vuelta con toda su fuerza. El punto, es que la memoria había estado siempre allí, ahogada, retorciéndose en lo más profundo de su conciencia, sin nunca dejarla. En su periplo hacia la luz, Sophie descubrirá muchas cosas, y una de ellas será justamente esta: que la memoria no se puede enterrar, que solo se puede aplazar, y mientras esté allí ahogada en nuestro interior, nos carcomerá sin cesar. Nadar Desnudas está siempre haciendo cruces entre la historia de sus personajes y la historia de Chile. Por eso, este dilema al cual se enfrenta Sophie, será al mismo tiempo una forma de hablar sobre los dilemas a los que como país nos hemos enfrentado estos años de democracia.
P.- Como contrapunto, Antonia, la hija de Diego y Morgana, que vive una vida donde el pasado está más ligado al olvido voluntario, al no querer saber… Como muchos han hecho.
Antonia, como muchos hijos de desaparecidos, creció en la ignorancia, bajo el alero de sus abuelos, quienes le ocultaron la verdad de su origen. Y ese es uno de los dilemas al cual se ve enfrentada Sophie, la hermana que Antonia desconoce. Sophie se pregunta si tiene derecho revelarle a Antonia su pasado ignoto, trastocarle la vida, romper los cimientos en los cuales está fundada su existencia. La ignorancia de Antonia, de alguna forma, la ha protegido del dolor. Lo que decide Sophie hacer al final, es algo que no puedo revelar, porque estaría adelantándoles el desenlace de la novela. ¡Mejor es que la lean!
P.- Y también está el perdón… ¿es lo único que puede salvar a los que se quedan?
El perdón ha sido uno de los temas gravitantes en estas últimas semanas en Chile. Porque es esencial. Muchos han dado la cara y han pedido perdón, asumiendo el grado de responsabilidad que les cupo en los atropellos a los derechos humanos durante la dictadura. Muchos otros, entre ellos la candidata a la presidencia de la derecha, Evelyn Matthei, se han negado a hacerlo. Lo que en el caso de ella resulta vergonzoso. El perdón es un tema fundamental en Nadar Desnudas. Sophie, 30 años después, se pregunta si ha llegado el momento de perdonar, pero al mismo tiempo toma conciencia de que ella también traicionó a su padre y a su amiga, al abandonarlos a su suerte, al intentar borrarlos de su memoria. Las preguntas que le surgen son de alguna forma las preguntas que como país nos hemos hecho estos 40 años. Lo que ha quedado claro, es que la verdad es una condición esencial a la hora del perdón. Sin verdad, el perdón resulta una acción vacua. Una fórmula vacía.
P.- ¿Cómo ha sido la evolución a nivel literario de Carla Guelfenbein desde su primera novela?
Mi primera novela, El revés del alma, cuenta la historia de tres mujeres. A pesar de mi condición de primeriza, pronto estuvo en las listas de los libros más vendidos en mi país. Cuando empecé a idear mi segunda novela, sentía una necesidad profunda de explorar otros territorios, que fueran más allá de los confines exclusivos del mundo femenino, y escribí La mujer de mi vida que está narrada a través de la voz de un hombre. Corría el riesgo de perder aquél publico cautivo que había conquistado con mi primera novela, pero quedarme allí, significaba traicionarme. Por fortuna, esta novela tuvo aún más aceptación que la primera. Desde entonces me he sentido libre de transitar por los espacios narrativos que he querido. Si hay algo sin embargo, que tienen en común mis novelas es que todas están centradas en la intimidad de mis personajes. Lo que me interesa es aquello que ocurre tras las puertas cerradas, lo oculto, lo vergonzoso, lo que duele, lo que nos mueve.
P.- ¿Nuevos proyectos literarios a corto plazo?
Estoy escribiendo mi próxima novela. Son dos historias de amor que ocurren en dos tiempos históricos, los años 50 y el 2000. La primera historia reconstruye el amor entre una mujer casada, aspirante a escritora, con un poeta, y la segunda sigue a dos jóvenes que cuarenta años después, intentan encontrar los enigmas que llevaron a esta mujer, ya mayor, y convertida en una laureada escritora, a un estado de coma.