La permanencia de un sello
Por Dinorah Polakof.
Hace unos quince años logré que el medio de prensa escrita Semanario Hebreo dispusiera de un espacio para comentar sobre literatura infantil y juvenil. Proeza significativa debido a la singularidad de mantener una mirada atenta sobre el movimiento de escritores e ilustradores uruguayos. Crítica y comentarios se vieron publicados bajo una lente severa gracias a las editoriales que entregaron el material para su lectura.
Recientemente, ha sido la revista Culturamas quien también estimó oportuno dar a conocer el universo literario que, sin lugar a dudas, es parte del crecimiento del alma infantil.
Fin de Siglo sostuvo un papel editor preponderante dentro del surgimiento explosivo de autores. La colección Montaña Errante abrió puertas y acogió a buena cantidad de estos escritores novedosos y competentes. Pero diligente también ha sido la corrección de los textos así como las temáticas escogidas, pautas que suman cuando se trata de una literatura de buena calidad. Que hablan de nuestros sentimientos, y le da al niño la posibilidad de identificarse.
Nombres como Isabel Amorín, Daniel Baldi, Gabriel Aznarez, Gabriela Armand Ugon, Elena Pesce, Lía Schenck, Álvaro Pandiani, Ignacio Martínez, Omar Gil, Gonzalo Perera, Viviana Bordón, Germán Machado; son apenas una muestra de la transformación que ha generado en lectores una avidez por recorrer sus páginas. No puedo dejar de mencionar la talentosa participación de Oscar Scotellaro referente a ilustración y diseño de portadas.
Fin de Siglo permanece vigente y continúa presentando su valioso aporte al acervo cultural.
En la 36ª Feria Internacional del Libro, próxima a su apertura, se aconseja merodear por el stand de la Editorial. Allí se encontrará con títulos que vale la pena leer: Los poemas de Timotea, Cuentos para que Sofía no se pueda dormir, La llave emplumada, Una brillante y sabrosa luna amarilla, Tiradentes.
——
Foto Vía: Editorial Fin de Siglo.