La sombra de Caín (Alejandro Pedregosa)
Por Juan Laborda Barceló.
La sombra de Caín, Alejandro Pedregosa.
Cuadernos del Vigía, 55 páginas, 10 Euros.
Alejandro Pedregosa es un joven y prolijo autor granadino que, desde hace unos años, nos ha ido regalando una muy variada obra. Es autor de diversas novelas, tres de ellas dedicadas al género negro, pero con variantes curiosas. Un extraño lugar para morir (Ediciones B, 2010), Un mal paso (Ediciones B, 2011) y A pleno sol (Temas de hoy, 2013), son sus títulos. Diremos de ellas, tan sólo, que acostumbran a cambiar de aires el cargado ambiente de la novela policial, centrándose en lugares un tanto especiales: los sanfermines, el camino de Santiago o el 15M madrileño, en su última entrega. Son buenos ejemplos para ilustrar la heterodoxa, pero interesante ubicación de sus narraciones. También ha publicado poemarios y relatos sueltos. Aunque resulte paradójico, tan profusa versatilidad creadora y los escasos años que la adornan, no hacen sino aumentar el mérito de una prosa cristalina, trabajada y con técnica, que se bebe como un trago de whisky. Embriagador, sencillo y potente.
En este caso, nos disponemos a tratar sobre su reciente libro de relatos criminales La sombra de Caín, publicado por esa pequeña y valiente editorial que es Cuadernos del vigía. La propuesta es arriesgada, no por los cuentos de temática negra (Chesterton, London o el genial Borges, junto a otros tantos, nos dejaron claro hace tiempo que el género aguanta bien la negrura), sino por la premisa de la que parte el autor. Muy pronto descubrimos en estas historias breves una constante, en todas ellas va a producirse un asesinato. Un acto cainita, como indica el título machadiano, brutal y de esa oscura tradición que tan bien conocemos en el suelo patrio. Tal punto de partida podría ahogar la narración, hacerla tediosa y despertar el tan temido desinterés del lector. Nada más lejos del efecto que produce esta sugerente obra. Pedregosa, con una prosa fina, como si del bisturí de un cirujano se tratara, nos va llevando de las referencias bíblicas del título a un partido de tenis de la Copa Davis, sin abandonar ciudades desesperadas o playas de lo más turístico. Su imaginación y cuidado estilo hacen que la parca se vista de las más diversas formas y causas. De este modo, el lector disfrutará de diferentes causalidades y procedimientos para consumar esos crímenes vengativos que, ya nos lo anuncian en la contraportada, acompañan a cada relato.
También sorprende Pedregosa con sus temáticas. Algunas beben de iconos perfectamente reconocibles, como el mundo de la mafia y sus clásicas vendettas, pero en ocasiones se atreve con temas duros y de actualidad, como la eutanasia o los tan injustos y repetidos desahucios. En efecto, como suele pasar con las mejores novelas negras desde su origen hasta nuestros días, hay en estos cuentos negros un poso profundo y jugoso de crítica social, un análisis detallado de los peores instintos del hombre y una visión amarga de la realidad que nos rodea.
La vuelta al trabajo y la cuesta de septiembre son un buen momento para leer alguno de los once relatos que contiene La sombra de Caín. Nos abstraerán de la carga diaria y nos harán disfrutar con su atrayente forma. Si alguno está pensando en cometer una locura debido a su apremiante situación económica, aparquen la idea y disfruten de estas letras. Las crudezas se digieren mejor en la ficción.