Nieves Chillón
LA POESÍA DE NIEVES CHILLÓN
La poesía de Nieves Chillón muestra sobre la base de un discurso cuidado y personal, y a través de una paleta de símbolos místicos y paganos, una serie reconocible de heridas y cicatrices, que son las propias del sujeto contemporáneo. La confusión de la infancia y la edad adulta en el interior de la conciencia, la pérdida dolorosa de las nociones idealizadas del amor y la divinidad, la experiencia de la cultura como un envoltorio de plástico que nos ahoga, la merma del sentido de identidad, añadiendo las preocupaciones relativas a la escritura como creación artística, todo ello viene a combinarse en sus poemas, pero dejando sitio también a momentos de elevación y conmoción amorosa o contemplativa, en muchas ocasiones asociados a la vinculación con la naturaleza y sus ciclos, tal vez como única medicina capaz de reconectar con la propia naturaleza humana -además de la poesía, por supuesto-.
Nieves Chillón nació en Orce (Granada) en 1981. Es licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Granada y actualmente es profesora de educación secundaria de Lengua Castellana y Literatura.
En 2004 edita su primera plaquette, La hora violeta (Colección Granada Literaria, Ayuntamiento de Gr.) y en 2006 Morning Blues en la editorial Cuadernos del Vigía. Con La canción de Penélope ha obtenido el XIX Premio de Poesía Mujerarte (Ayuntamiento de Lucena, Córdoba, 2011) y con Rasguños el I Premio de Poesía Jorge Manrique y Vinos de Uclés 2012 (Vitruvio Ediciones, 2013).
Ha participado en diversas obras poéticas conjuntas, en festivales -poeta emergente en Cosmopoética 8, (2011)- o en antologías como La vida por delante. Antología de jóvenes poetas andaluces, Ediciones en Huida, 2012.
Paisaje_
Si Mahmud Darwish contemplara estas tierras
no perdonaría nuestra oración apátrida.
Porque somos del aquí mientras tú eres del aquí
y del allí; no somos del azar.
Nuestro cuerpo va llegando a la última
de sus cuatro estaciones
sin conocer el hambre verdadera,
la que decimos sentir a menudo.
Amar. Romper. Todo vacío.
Yo miro este paisaje y te repito árbol a árbol
y árbol a árbol renuncio a ti gritando.
Si Mahmud Darwish volviera nos diría: amaos,
cuando todo se quiebra, amarse no debe ser un secreto.
Me pregunto cuando miro estos muros
cómo concretan las teselas la luz
y si tú la buscarás en mi cuerpo
como el mar a las luciérnagas del estrecho de Mesina.
Del allí y del aquí llegan primero las maletas y el cuerpo,
lo demás viaja despacio, a veces una vida
se demora, un mosaico de días.
Como las ambulancias o el pasillo de urgencias,
aprendemos después, cuando ya es tarde,
que nunca fuimos del azar y ni siquiera
somos completamente dueños del aquí.
(De Rasguños)
Intimidad_
Llevo dos corazones
uno en cada mano
para dar calor a mis dedos,
a mi garganta que se duele de tanto grito.
Los calcetines sienten su indignidad
pero resisten,
mi ropa interior va dentro
de una bolsa de papel
color de rosa,
merecería un cuerpo
de uva adolescente
pero tendrá que conformarse.
(De Rasguños)
Bolsa de plástico_
Una bolsa de plástico
para llevar naranjas
artículos
recién comprados
gatos recién paridos
recién muertos,
para llevar pescado
fresco sangre
vísceras podridas
que comerá la gata
con hambre y con angustia,
una bolsa blanca
es niebla de los campos
mortaja
de todo lo comido
lo caduco
estandarte del vómito,
los escupideros de los coches
aman las bolsas
medusas que ahogan
a las medusas verdaderas
y a los niños desobedientes.
(De Rasguños)
Estaciones_
Ven conmigo.
Dormiremos en la cálida tierra.
La desnudez es agua y reverdece
al paso de las estaciones.
El viento en la vejiga seca
se redondea y canta.
Estas ramitas secas eran pájaros:
les brotará una pluma en primavera.
(De Rasguños)
Tres razones_
At home I have a blue piano,
but I can’t play a note.
Else Lasker-Schüler
Con el hambre lejana de las redes de pesca
yo sostuve tu mano mientras me la tendiste,
con urgencia de escalera de incendios
imaginé razones para no irme de aquí:
La senda verdiazul de nuestras cicatrices,
las veredas antiguas de la carne.
Cada tarde somos lo que leemos,
cada noche seré lo que yo quiera
y no una esquina de papel escrito.
Es admirable la dignidad de mi piano
que me espera de pie desde hace meses
tan elegante y triste como el de Else Lasker-Schüler,
aunque el suyo había muerto en una guerra.
Soy una oliva en el suelo sobre el manto caído
soy la raíz y el tallo de alguna especie autóctona,
agua y sangre que tal vez recorrerían
un largo camino para llegar aquí y no marcharse.
(De Rasguños)
Dame un remedio para los pies fríos y los dedos
desalentados, alguna medicina para el asma
que me producen las huellas de mi cuarto,
apaga la estufa y dame una botella de lejía
para limpiar las marcas de mi humanidad vírica
abre y airea y que no entre ninguno
de los gorriones que gorjean en el cristal
de mi ventana grande blanca recta y pura
cuando el cielo amenaza nieve
me recuerdan que tengo la cama sin hacer
que está fría y arrugada por mi dolor de espalda,
y que ningunas manos podrán alinear
mis cervicales en el universo.
(Inédito)
Buena poesía. Se nota que cuida las palabras que usa. Como todos los grandes poetas describe una dura realidad, como es el ejemplo de uno que he interpretado como un poema sobre la muerte. Era corto y sencillo pero muy completo. En esos pocos versos, nos explica la dura realidad. Quizás lea algo de ella, no sé.
Gracias por compartirlo.
Saludos