¡Capitalismo hazles reír!: una experiencia teatral
Por Horacio Otheguy Riveira
Andrés Lima capitanea una función que deambula por diferentes géneros con la tragicómica amargura de las víctimas de la situación actual.
Un espectáculo frustrante, en el que un reparto formidable termina abducido por el confuso planteamiento que oscila entre el humor negro, el humor escatológico, el mensaje social que se quiere profundo, y el rutinario cabreo por lo mal que está todo en esta España que se asoma entre los hierbajos del imperio americano.
Una serie de escenas más o menos hilvanadas (en un espacio escénico de teatro-circo mal utilizado), permite que el actor y director Andrés Lima vuelva a jugar a maestro de ceremonias (lo hizo muy bien en la mejor obra de Juan Mayorga, Hamelin; lo hizo fatal en su versión de Falstaff, eso sí, apoyado en una creación excepcional de Pedro Casablanc). Esta vez no sale nunca de escena, presentando constantemente cada situación, jugando a domador de fieras-actores, a director tiránico, a bonachón que lleva al público de la mano por torturas, bromas macabras, un poco de cabaret, mucho de sainete… y un poco de buen circo.
Es posible que las piedras por las que el show tropieza tengan que ver con la propia naturaleza del invento: una crítica acerada del mundo financiero que intenta por todos los medios destruir a la mayor humanidad posible con un sistema de vida contrario a la razón. Esta vocación de crítica social se enreda en un texto sin vuelo y casi siempre parece fugarse de los propios temblores de los artistas que intervienen: todos de probada profesionalidad y la mayoría de también probada excelencia en su disciplina.
El espectáculo avanza dando tumbos con un texto de enorme pobreza, plagado de lugares comunes. El eje lo conforma un matrimonio de clase media deteriorado en salud física y emocional: ella, con su amante; él, maltratado por la medicina pública; tienen una hija china adoptada muy caprichosa, y una hija mayor biológica rebelde… Lo que a ellos les pasa sucede en más de dos horas, salpicado de escenas sueltas que procuran armar lo mejor que pueden un sinfín de banalidades con ínfulas de ingenio y creatividad.
Y algo se consigue, claro que sí, cómo que no, la belleza y estilazo de Silvia Marsó dan mucho respiro en el divertido papel de una típica starlette tan sexy como tonta, pero con una voz fascinante cada vez que canta rememorando la típica revista musical como Silvia Bombón. Emociona Aitana Sánchez Gijón en su lecho amoroso con estupendo amante que resuelve su momento de pasión lanzándole cuchillos. También Irene Escolar, irreconocible de niña china con coletas, disfruta de algunos buenos momentos de los que destaca ampliamente el gran número de la trapecista que aporta la única nota verdaderamente circense en la que los artistas en la pista y los espectadores en su butaca se permiten unos minutos de gozo inolvidable.
¡Capitalismo, hazles reír!
Autor: Juan Cavestany
Dirección: Andrés Lima
Reparto: Aitana Sánchez-Gijón, Nathalie Poza, Andrés Lima, Luis Bermejo, Óscar del Pozo, Eva Boucheritte, Alba Sarraute, Marta Megías, Silvia Marsó, Irene Escolar, Edu Soto, Rulo Pardo, Nacho Vera, María Mira, Marilén Ribot, Martí Soler. El día 12 de septiembre Aitana Sánchez-Gijón no participará en la función. El día 21 de septiembre Silvia Marsó no participará en la función.
Coreógrafo: Antonio Ruz
Espacio escénico y vestuario: Beatriz San Juan, Almudena Bautista
Iluminación: Valentín Álvarez
Lugar: Teatro Circo Price, Madrid
Fechas: Del 10 de septiembre al 29 de septiembre de 2013
Horarios: De martes a sábados, a las 20.30h.; domingos, a las 19.00h.
He vivido una experiencia parecida. Una gran decepción. Muchas veces Animalario ha sido mas creativa que en esta obra en que pretende ser revolucionaria. Muchas veces Animalario ha revuelto este mismo tema de una forma infinitamente mas profunda.
Me decepciona que después de tanta elaboracion creativa, acabemos con metáforas tan pobres como la Presidenta limpiando la mierda del Global business.
También me resultó cansino estar constantemente en el registro del sarcasmo, que me dejó al final una sensacion de coitus interruptus: no permitia ni la risa, ni la emoción.
Es una pena porque soy una ferviente admiradora de esta compañía.
Ha sido una gran decepción, no hay personajes, no hay drama, si toda la crítica que se les ha ocurrido a tantos colaboradores y a tanto taller de investigación?, es que esta situación que nos ha tocado vivir es una mierda y hacerle cagar a un capitoste en el escenario, eso se nos ocurre en cualquier conversacion de bar. Da pena ver a actores de la talla de Aitana intentar defender a su personaje. Ni risa, ni critica, una pérdida de tiempo. El cabaret no se ve por ningun lado y el circo es poco y de nivel muy bajo… Una tomadura de pelo. Lo único positivo es que un puñado de actores tendrán trabajo en época de crisis, pero nada más.
ok 🙁