"Lección debida" de Iván Ruiz Flores compite con Allen y Haneke

Por Rubén Romero Sánchez

El cineasta Iván Ruiz Flores siempre me ha parecido un tipo de fiar.

Hace algo más de un año, tomando algo en una terraza de Fuenlabrada, me descubrió a un director japonés del cual no había visto ninguna película.La excusa para quedar fue una entrevista que le quería hacer para Culturamas por ser el cortometrajista con más premios nacionales e internacionales de España. Lo mejor vino después, cuando nos pusimos a hablar de cine sin grabadora delante. Desde entonces es uno de los cineastas que más respeto y admiro.

El pasado junio tuve la suerte de que me invitara a ver en su pre-extreno, en los cines Metropol de Madrid, su primer largometraje, escrito y dirigido por él. Lección debida es un thriller psicológico con denuncia social en el que nada es lo que parece.

Su protagonista, un inmenso Txema Blasco, cuyo trabajo, desde los tiempos de Salto al vacío o Vacas, es uno de los más sólidos en el panorama de los actores secundarios de este país, me descubrió un sentido del humor que la mayoría de personajes que interpreta tiene bien escondido. Un cachondo, el caballero.

Ahora Lección debida acaba de ser galardonada con el Segundo Premio como Mejor Largometraje en la Primera Edición del Ariano Film Festival, celebrado en Italia, consiguiendo así su quinto galardón y superando las 30 selecciones internacionales.

Además, la cinta está entre las siete finalistas en la III Edición del Opuzen Film Festival, compartiendo cartel con filmes como A Roma con amor, de Woody Allen; César debe morir, de los hermanos Taviani; L’Exercice de l’Etat, de Pierre Schoeller;  o Amor, de Michael Haneke.

Decía Iván el día del pre-extreno que Lección debida es una peli tan rara que no sabía ni a qué género adscribirla ni cómo contar de qué trata. Ustedes dirán, cuando la estrene comercialmente en España.

Que no todo va a ser películas yanquis que acaban en «man»…