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Afonías, de Jose Antonio Pamies

 

afoníasAfonías

Jose Antonio Pamies

 

Por Ángela de Luis

 

Resulta sorprendente que un poeta tan joven, pueda ejercer tan pronto una de las principales labores de un artista: transportarnos; en Afonías, Pamies nos lleva desde el centro que es su pueblo natal (Cox, en Alicante) a las calles del Madrid más canalla, pero siempre preciosamente, con esa sutil delicadeza que le caracteriza: “… Cuando llueve se moja hasta la voz que intenta transportarla y alguien llora en los estanques…”. Eso ocurre con Afonías, acabamos calados hasta los huesos al leer este libro. Pamies escribe un poemario que tiene mucho de mar y mucho de asfalto, de la espiral en la que algunas veces se convierte el desamor, la melancolía o simple y llanamente la tristeza. Hay algo de natural en el dolor de Pamies, parece casi cotidiano, como si día tras día conviviera con él.

Pero lo realmente llamativo de todo esto es que se aleja del victimismo, en este poemario hay sal, mucha sal.

Pamies nos imprime sus miedos, sus deseos; sus manos son las ramas, nosotros las hojas del árbol, al leerlo: “… Este que soy yo mismo, antes de que existiera, el juego de soñarme a solas …”, dice, y nosotros nos soñamos a solas también. El oficio de poeta no es oficio para nadie, esto es el envase. 

 

Entonces ¿qué somos tus lectores, Pamies?

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