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Rafael Álvarez, El Brujo: de La Odisea al Evangelio de San Juan

Por Horacio Otheguy Riveira

El Brujo es lo que tiene: despilfarra su talento en números de grueso calibre, brillantes ocurrencias y momentos de verdadero teatro: un cómico egocéntrico con un público muy fiel que le aplaude de pie.

Ingenioso como pocos, en cuanto empezó a descollar como actor se separó de sus colegas y se armó el show como autor de versiones de temas clásicos, intérprete y director. Entre sus hallazgos más notorios: fue el primer gran monologuista en teatro.

Rafael Álvarez, El Brujo (“En cuanto llamé la atención como actor mis compañeros de universidad me vieron suficientemente excéntrico como para ponerme el membrete y hasta hoy”) tiene el don de la improvisación y de oscilar entre el humor y el drama con pasmosa naturalidad. Sus espectáculos suelen prometer más de lo que dan, casi siempre porque su toque de burlador a veces se le queda corto, y a menudo fuera de lugar cuando se trata de textos originales tan redondos como Las mujeres de Shakespeare (divertido show brujeril donde había muy pocas mujeres y menos Shakespeare), o San Francisco Juglar de Dios, sobre texto de Dario Fo.

 

Una Odisea menor

En este caso, La Odisea de Homero se topa con una libre versión en la que cuenta demasiado deprisa la maravillosa aventura del más legendario héroe de la mitología griega, también en exceso “salpicado” de chascarrillos. Hay noches espléndidas y otras mustias, según la vena inspiradora del juglar; pero, en cualquier caso, la mayor sorpresa es ver cómo le aprecia su público, de una fidelidad asombrosa teniendo en cuenta lo poco que se trabaja los textos, pero es el carisma de un ídolo en pequeño: lo que da el teatro de sí, siempre minoritario, incluso a sala llena.

Lo mejor de La Odisea es, como siempre, el propio Brujo con sus torpezas y espléndidas sorpresas. Torpe cuando interrumpe con situaciones que no vienen a cuento, o no sabe qué hacer con los músicos que estoicamente le acompañan: un material desaprovechado. Pero espléndido cuando se deja volar y el viaje a Ítaca del brioso guerrero acomete situaciones de lujuria, de negociación política y de revelación nacionalista, donde Rafael Álvarez descarga su profunda cólera sobre “todos los nacionalismos”, con su feroz egolatría al enfrentarse a los demás con el violento “Te vas a enterar”.

 

Rafael Álvarez, El Brujo, en 'La Odisea'.

 

Entre sus mejores momentos destacan comparaciones con la corrupción actual, y entre los peores, la banalidad de ese mismo “Estado de Derecho”: una peculiar unión que facilita la cercanía del público, pues toda la función parece desenvolverse en el salón de una casa donde un buen amigo, ingenioso y talentudo tiene a bien divertirnos.

Mientras tanto, o mejor dicho, cada tanto, a lo largo de dos horas con intermedio, hay perlas de chiste político que no voy a repetir porque las cambiará función a función, pero sí voy a mencionar el destaque maravilloso de un hecho importante de los 12 cantos homéricos, que él mismo subraya con seductor encanto: la diosa Atenea transforma a Ulises en un viejo pordiosero para que nadie le reconozca al volver a casa, y así pueda ponerles a prueba. Pero en su casa sólo le reconoce su perro: “Vargas Llosa, García Pavón o Borges se ocupan mucho de Ulises. Pero del perro sólo me ocupo yo”. La ovación del público es intensa: justo tributo al singular encanto del actor.

 

El Evangelio de San Juan: obra maestra

Después de Madrid y alguna otra gala, en diciembre estrenará esta sobresaliente versión del Evangelio de San Juan en Úbeda, Jaén, ciudad donde murió el evangelista: “Un montaje con humor, mística y muchas metáforas. Algunos obispos quisieron prohibírmelo, pero como no se podía, trataron de impedir algunas representaciones, sin embargo, terminaron asistiendo al espectáculo, donde se rieron y emocionaron. ¿Quién dijo que no puedes hacer las dos cosas? ¿Por qué en el cristianismo el humor parece una barbarie pecaminosa?”.

Las peripecias de Jesús tienen en Juan mucho de invitación a la reflexión mística del lector, con gran riqueza literaria por primera vez convertido en relato teatral. Su mirada sencilla, a ras de suelo, entre los indispensables y desconocidos de siempre, es decir, los habitantes de aquella Palestina y de cualquier lugar del mundo, con la revolución social y la rabia del nuevo líder, adquieren en la voz del Brujo y sus excelentes músicos una atmósfera fascinante en la que el contraste de los aspectos cómicos, el drama de las miserias humanas y el fervor místico logran notable trascendencia.

 

Rafael Álvarez, El Brujo, en 'El Evangelio según San Juan'.

 

La Odisea

Versión, dirección, interpretación: Rafael Álvarez, El Brujo.

Músicos: Daniel Suárez “Sena”, Javier Alejano y Mauricio Loseto.

Fechas: Del 13 de agosto al 22 de septiembre de 2013.

Lugar: Teatro Alcázar-Cofidis, Madrid.

Horario: De martes a sábado, a las 20.30h; domingos, a las 19.00h.

 

El Evangelio de San Juan

Versión, dirección, interpretación: Rafael Álvarez, El Brujo

Fechas: Del 24 de septiembre al 6 de octubre de 2013

Músicos: Javier Alejano, Daniel Suárez, Kevin Bobb y Juan de Pura.

Lugar: Teatro Alcázar-Cofidis, Madrid.

Horario: De martes a sábado, a las 20.30h; domingos, a las 19.00h.

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