Por Carolina Gómez.

 

El artista Abel Azcona ha salido hace unas horas de un espacio de seis metros cuadrados, sin electricidad ni contacto con el exterior. Un agujero negro buscado y provocado, que ha levantado gran revuelo y excitación en las redes sociales y en los medios artísticos. 

 

Cartel Dark RoomUn agujero que muy pocos comprenderán, en su encrucijada contra el arte contemporáneo y tildarán de locura o estupidez. 

 

Una galería de Madrid ha hecho historia de la mano del que ahora mismo es el artista de performance en España por excelencia. 

 

Forzado al silencio, a la soledad y a la más absoluta oscuridad Azcona, en una paralelismo, con su vuelta a la placenta, entró con una gran herida marcada a fuego en su piel por su experiencia de abandono, maltrato y prostitución.

 

Un niño abandonado hace veinticinco años en una clínica de Madrid por una madre prostituta y drogodependiente. Abandonado al poco de nacer en una conocida clínica maternal madrileña, con una infancia unida de rebote a una familia desestructurada, vinculada a la delincuencia y la droga. Adoptado siendo ya un niño mayor, una adopción compleja que no llega a buen puerto y todo esto deriva en un Abel Azcona adolescente con graves problemas de identidad, mentales e intentos de suicidio. 

 

El arte como medio reparador, como sanación, como terapia, pero sobre todo como Abel Azcona dice en sus publicaciones o conferencias, como herramienta y medio de autoconocimiento.

 

Una de las historias más increíbles de regeneración y resiliencia de mano del arte nos brindan a la historia un artista del que estar sumamente orgullosos.

 

“Dark Room” es una búsqueda de Abel Azcona como individuo, como artista y como niño abandonado con la necesidad de volver a reconstruir una placenta para obtener respuestas. 

 

Un artista que se define así mismo como un sujeto en una continua oscuridad, se interna, con total coherencia, en un proyecto de soledad,Abel Azcona by Juan Barte tinieblas y autoconocimiento. Azcona como artista resiliente utiliza su cuerpo, arte y métodos para reconstruir una personalidad y un yo destruidos desde una infancia marcada por una familia desestructurada, el maltrato y el abandono.

 

Ayer una ambulancia trasladaba a Abel Azcona de la galería en la céntrica calle Fuencarral de Madrid al Gregorio Marañón. Donde finalmente fuera trasladado a la Clínica San Miguel donde actualmente se encuentra en observación.

 

El proyecto del encierro de 60 días es parte de un proyecto mucho más amplio llamado “Confinement In Search Of Identity” donde Abel Azcona en busca de la identidad realizará varias instalaciones corporales que nos hablan de identidad, abandono y privación de la libertad.

 

 Azcona en la rueda de prensa previa al encierro nos decía ‘En el exterior encontramos a diario miles de contaminantes, en mi caso voy a entrar a Dark room con muchos de ellos, y quiero explorar en mí mismo mi propia capacidad de desprenderme de ellos y empezar desde cero”, el artista quería “Perder la noción del tiempo y de mi propio yo. Construir una identidad no contaminada, no marcada por el abandono”. 

 

Otras partes de este proyecto realizadas en la Galería Santa Fé de Bogotá, Museo de Arte Moderno de Bogotá y en septiembre otro nuevo encierro del artista que permanecerá durante nueve días en un contenedor de basura, nueve días, como si nueve meses de gestación se trataran. Los habitantes de Lyon y espectadores de La Biennale de Lyon, una de las más importante sin duda en el mundo del Arte Contemporáneo, podrán disfrutar de esta pieza de nuevo, valiente, intensa, humana y sincera.

 

Admiración y respeto a un artista que ha construido un nuevo yo desde las cenizas utilizando el arte como cemento. Y explorando los límites en obra donde explora con su pAbel Azcona by Agustin Boboropio cuerpo los riesgos del sida, ingiere un Corán completo como crítica al fundamentalismo religioso, se prostituye con los espectadores dentro de los museos y galerías en un grito mordaz de denuncia, crítica y empatía con su madre biológica o reproduce escenas de abandono y gestación de su propio proceso con sangre, vísceras y mucha identidad personal.

 

El futuro del arte contemporáneo español, que ya lo hemos podido ver en museos como el Museo de Arte Moderno de Bogotá, el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, el Centre Pompidou, el Centro de Arte Contemporándeo de Lima, de Málaga o de Buenos Aires. Por esa razón, Azcona y su capacidad de regeneración no le convierte únicamente en artista sino también en héroe.