Cada vez hay más gente paseando bolsas de basura llenas de euros
Tenemos los españoles una maraña en nuestro cerebro de culpas ajenas a nosotros mismos que muchas veces nos hacen sentirnos autores de lo que no hemos hecho, y parece como si tuviéramos en todo momento que probar nuestra inocencia. ¿Culpables de qué?
El humorista Antonio Madrigal considera que tiene algo que decir en esta epidemia de corrupción política que sacude nuestra vieja piel de toro. En Cada vez hay más gente paseando bolsas de basura llenas de euros (Editorial Barataria, 2013) toma el título del primero de los 33 artículos recopilados en este libro. Una colección de escritos en los que, acompañado de El Mudo (“mi alter ego, que vive en un bolsillo de mi chaqueta”), da un repaso a la situación actual de España.
Finalmente, en los tiempos competitivos y economicistas que corremos, parece que España no es una «unidad de destino» sino una marca. ¡Como lo oyen! «Niño: ¿tú de dónde eres?» «Yo soy de la marca registrada “España”, que no tiene aditivos ni conservantes.» Y parece que esa «marca España» puede sufrir grandes perjuicios en su credibilidad y competitividad en los mercados internacionales por actos altamente antipatrióticos, como manifestarse contra los recortes de los derechos laborales, plantarse ante el Congreso de los Diputados diciendo que no nos representan, publicar artículos ofensivos contra la política económica del gobierno o escarbar en los contenedores de basura buscando comida como si fuéramos unos muertos de hambre. ¡Nosotros, que fuimos hasta hace bien poco reserva espiritual de Occidente y martillo de Trento! ¡Por favor!…
Como bien dice Peridis en el prólogo del libro: “Ante las fechorías que traen de cabeza a un ejército de jueces, fiscales y policías, y que hacen trabajar a destajo a los periodistas que todavía sobreviven a los ERES de sus empresas, a pesar de que podría quedarse tranquilamente en la cama toda la mañana, Madrigal, en cuanto recibe en su rostro los aguijones del alba, salta como un tigre de la cama, y sin tomarse la molestia de servirse un frugal desayuno segoviano, se abalanza sobre su tablero de dibujo para denunciar de inmediato estafas y fechorías. Temeroso de que la carga explosiva de su dibujo mañanero no contenga munición suficiente contra los expoliadores, vuelve a la carga desenvainando la pluma y acomete furibundo con su sarcástico y acerado verbo las bolsas de basura que llevan a cuestas los innumerables malandrines que nos desvalijan. Así de agitado vive y trabaja nuestro hombre pasando los días de claro en claro entre dibujos feroces como jabalíes y noches de turbio en turbio, soñando madrigales entre jilgueros y ruiseñores.”
¿Podría decirse que el mundo mundial se divide y siempre se dividió entre paganinis y frescobaldis?… Pienso que no, que afortunadamente hay gradaciones y medias tintas. Si la división fuera tan tajante, aquí no se podría respirar.
Antonio Madrigal es un humorista que inicia su andadura en la revista Don José, fundada por Mingote, y más tarde colabora con La Codorniz. Estudia Derecho y Periodismo, y como pintor expone en España y en otros países. Es profesor honorario de la cátedra de humor de la Universidad de Alcalá de Henares. Ha colaborado en diarios y revistas españoles (El País, Diario 16, La Codorniz, Interviú, Cambio 16, Diario Médico, etc…). Desde hace cuarenta años dibuja y escribe en El Adelantado de Segovia, y su personaje, «El Mudo», le da la réplica en muchos artículos de este libro, procedentes de esa colaboración. Fue cofundador de la revista segoviana de humor El cochinillo feroz. Obtuvo los premios Mingote de humor gráfico del diario ABC (1994), Internacional Porto Cartoon World Festival 1999, el de periodismo Francisco Cossío y la Paleta Agroman al mejor dibujo de humor en tres ediciones (1976, 1985 y 1992).
Cada vez hay más gente paseando bolsas de basura llenas de euros. Antonio Madrigal. Editorial Barataria, 2013. 206 páginas. 13,50 €