Sílvia Soler se sumerge en "El verano que empieza"
Ellas saben que un día u otro llegará la tempestad, y rayos y truenos y nubarrones llenos de oscuridad. Lo saben, pero no quieren saberlo, porque hoy son jóvenes y están llenas de esperanza, y sus vientres redondean todos los perfiles y el mar es liso y azul, y reposa.
Actualidad editorial:
Galardonada con el Premio Ramón Llull 2013 de novela originalmente escrita en catalán, y tras cuatro ediciones, ahora es traducida al castellano, El verano que empieza, obra de la escritora Sílvia Soler. El libro reconstruye con saltos a lo largo del tiempo la vida de un hombre y una mujer que son amigos desde la infancia. A través de la tradicional cena que las familias Reig y Balart celebran año tras año la noche de San Juan, se va consolidando una historia plagada de aquellos encuentros y desencuentros de los que habitualmente no se puede escapar. Una novela donde los pequeños detalles de la vida dan la fuerza necesaria para mirar hacia delante.
El verano que empieza recoge los cincuenta años de vida de Júlia Reig y Andreu Balart, vinculados ya desde antes de nacer por la amistad de sus madres, que habían imaginado con ilusión la posibilidad de que heredasen ese vínculo o, incluso, de que pudieran llegar a enamorarse. Pero Júlia y Andreu quieren sentirse libres de un destino que se empeña en unirlos, y sus vidas avanzarán en paralelo, conociendo, cada uno por su lado, la felicidad y el desconsuelo, el amor y el desamor, la alegría y la decepción. De manera esperanzadora, la novela avanza revelando que en la vida de los personajes hay veranos luminosos pero también tormentas que lo destruyen todo.
La flor de la magnolia. El mantel blanco, las copas dispares. Como las otras noches de San Juan, como si nada hubiera cambiado. Qué pena, qué pena damos todos con este intento desesperado de detener el paso de los años, de aferrarnos con las dos manos a los recuerdos para que no alcen el vuelo o se hundan o estallen como burbuja de jabón.
Casi sin darse cuenta, Júlia y Andreu calcaron el vínculo de sus madres con una amistad que se tornó indestructible. Ella fundó una clínica de psicología infantil en el pueblo, y él era el bibliotecario de Sorrals, admirado y querido por todos sus vecinos gracias a su habilidad y destreza a la hora de glosar a los difuntos del pueblo en funerales. Cada uno encontró el amor, a su manera, y fundó una familia, con hijos y nuevas responsabilidades. Tras sortear con más o menos suerte los escollos que la vida les había ido presentando, llegó el verano del 2011, el año en que ambos amigos cumplían los cincuenta. La verbena de San Juan empezó con el tradicional brindis de la noche, prematuramente truncada por un chaparrón. Quizá por eso, o porque así tenía que ser, a partir de ese momento todo empezó a torcerse.
Sílvia Soler (Figueres, 1961) es escritora y colaboradora habitual de los medios. Es autora de las novelas El sueño de los volcanes, El árbol de Judas, Mírame a los ojos (Premio Fiter y Rosell, 2003), Besos de domingo (Premio Prudenci Bertrana, 2008), Una familia fuera de serie (2010) y Un crucero fuera de serie (2011). Con su último libro, El verano que empieza, se ha hecho merecedora del Premio Ramón Llull de este año.
El verano que empieza. Sílvia Soler. Editorial Planeta, 2013. 224 páginas. 21,50 €