Durante mucho tiempo se pensó que poner atención y estar consciente de ello son dos funciones del cerebro tan estrechas y relacionadas entre sí que se creían inseparables. Sin embargo, un estudio publicado en el más reciente número de la revista académica Psychological Science, de la Asociación para la Ciencia Psicológica de Estados Unidos, sugiere que la atención puesta en algo y la conciencia de esa misma atención podrían ser dos procesos no necesariamente simultáneos ni totalmente unidos.

Para llegar a esta conclusión Po-Jang Hsieh —adscrito a la Duke-NUS Graduate Medical School en Singapur—, en colaboración con Jaron T. Colas y Nancy Kanwisher (del Instituto Tecnológico de Massachusetts), de entrada se plantearon la duda sobre dichos procesos mentales y, sobre todo, sobre su supuesta indivisibilidad: “Queríamos preguntarno, ¿pueden las cosas atraer tu atención incluso si no las ves del todo?”, dijo Hsieh.

La respuesta a su pregunta la obtuvieron diseñando y aplicando un par de experimentos basado en el fenómeno conocido como “visual pop-out” [“impresión que salta a la vista”], el primero de los cuales consistió en mostrar a una persona dos videos distintos al mismo tiempo, situándola de tal manera que solo podía ver cada video con uno solo de sus ojos. Por un lado el participante veía un video lleno de color y de patrones cambiantes; el otro video, destinado al otro ojo, mostraba figuras sin movimiento, casi todas en color verde a excepción de una pintada de rojo. Cabe mencionar que, de acuerdo con los especialistas, la conciencia se decanta, por default, hacia el video que es todo movimiento y color —“porque así funciona el cerebro”, acaso por razones evolutivas y de supervivencia que, a decir de Hsieh, tienen cabida en este asunto.

Pasada esta exposición a las pantallas, se le pidió al participante señalar qué de lo visto había llamado su atención, respondiendo casi todos que la “figura roja”, aunque aceptando también que no estaban muy seguros de haberla visto por completo.

El segundo experimento se desarrolló casi idéntico salvo por una variable: en tanto veían los mismos videos en la situación antes descrita, los participantes realizaron alguna tarea que demandó su atención. A diferencia del escenario anterior, en este la figura roja no atraía su atención solo inconscientemente, lo cual hace pensar a los científicos que el ser humano necesita un poco más de “poder cerebral” para poner atención en algo incluso si no está al corriente de ello.

Para Hsieh esta aparente disociación entre atención y conciencia podría haberse originado en el pasado remoto del hombre como homínido, cuando había que estar atento de los peligros en derredor incluso (o sobre todo) mientras se realizaban otras actividades. “Necesitamos ser capaces de dirigir nuestras atención hacia objetos potencialmente interesantes, incluso antes de percatarnos de la presencia de dichos objetos”, declaró Hsieh

[Science Daily]