«Un niño, un profesor, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo»
«Un niño, un profesor, un libro y un lápiz pueden cambiar el mundo». Malala Yousafzai abrió con estas palabras su discurso hace unos días ante los grandes líderes mundiales de las Naciones Unidas. En su dieciséis cumpleaños, la estudiante paquistaní que en octubre pasado recibió un disparo en la cabeza por parte de los talibanes al querer promover la educación entre las niñas de su país, recordó que la educación debería ser accesible a todos y obligatoria. «La educación es la única solución para cambiar el mundo».
Según la UNESCO, más de la mitad de los 57 millones de niños no escolarizados vive en países afectados por conflictos. Así lo señala un nuevo documento elaborado en el marco del Informe de Seguimiento de la Educación para Todos (EPT) en el Mundo, publicado en colaboración con Save the Children el pasado 12 de julio. Dicho documento muestra la necesidad de actuar urgentemente para educar a los 28,5 millones de niños en edad de cursar la enseñanza primaria que no están escolarizados en las zonas en conflicto del mundo. A escala mundial, el número de niños no escolarizados ha disminuido, pasando de 60 millones en 2008 a 57 millones en 2011. Sin embargo, los beneficios de ese lento avance no han llegado a los niños de países afectados por conflictos, que representan actualmente el 50% de los niños privados de educación, en comparación con 2008, cuando no superaban el 42%.
En el nuevo documento de políticas, titulado “Los niños siguen luchando por ir a la escuela”, se señala que el 44% de los 28,5 millones de niños afectados vive en el África Subsahariana, el 19% en el Asia Meridional y Occidental y el 14% en los Estados árabes. La inmensa mayoría (95%) vive en países de ingresos bajos y medianos bajos. Las niñas, que representan el 55% del total, son las más afectadas dado que, a menudo, son víctimas de las violaciones y de otras formas de violencia sexual que son consustanciales a los conflictos armados. Además de los niños y las niñas no escolarizados, casi un tercio de los adolescentes no escolarizados del mundo (20 millones) vive en países afectados por conflictos. De estos, alrededor del 54% son mujeres.
Irina Bokova, Directora General de la UNESCO, señaló al respecto que “no es frecuente que la educación figure en la evaluación de los daños causados por un conflicto”. Y añadió: “La atención de la comunidad internacional y de los medios de comunicación suele centrarse en las imágenes más inmediatas que muestran el sufrimiento humano, no en los costos ocultos y las secuelas duraderas de la violencia. Pero en ningún otro ámbito son esos costos y esas secuelas más evidentes que en el sector educativo. En muchos de los países más pobres del mundo, los conflictos armados están destruyendo no sólo la infraestructura del sistema escolar, sino también los anhelos y las ambiciones de toda una generación de niños”.
En el documento de políticas del Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo también se muestra que la proporción de la ayuda humanitaria destinada a la educación ha disminuido de un 2% en 2009 a apenas un 1,4% en 2011. Y no solo se destina una proporción pequeña en conjunto, sino que también se recibe el porcentaje más pequeño de la ayuda humanitaria solicitada en comparación con el porcentaje recibido por cualquiera de los otros sectores: en 2010, de la modesta suma solicitada para destinarla a la educación en las crisis humanitarias, solo se recibió finalmente algo más de una cuarta parte. En opinión de Pauline Rose, directora del Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo, “la disminución de la ayuda humanitaria destinada a la educación es especialmente preocupante porque actualmente la necesidad de fondos es mayor de lo que ha sido nunca”. Y señaló que “hay más refugiados ahora de los que ha habido desde 1994; los niños representan la mitad de las personas que se han visto desplazadas por la fuerza. En ningún lugar es más dolorosamente visible que en Siria en estos momentos. Estas niñas y estos niños se enfrentan a una desorganización de su proceso de aprendizaje en una etapa fundamental y, como consecuencia de ello, al riesgo de una vida en situación de desventaja”.
Más información: http://www.unesco.org/new/es