CríticaMúsica

“13” de Black Sabbath. El heavy vuelve a tener dueño

 

black-sabbath

Por Daniel Caballero.

Uno de los estrenos musicales más esperados de este año 2013 ha sido sin duda el nuevo álbum de Black Sabbath. Los de Birmingham anunciaron meses atrás una reunión de la banda original para ponerse a sacar nuevos temas y finalmente el resultado se ha consumado con un nuevo disco: “13”.

En este disco retoman la banda los viejos metaleros que triunfaron hace más de 35 años a excepción del baterista Bill Ward, quien ha rehusado de colaborar en este nuevo proyecto. Éste ha sido el primer álbum tras más de tres décadas en el que la voz cantante vuelve a llevarla Ozzy Osbourne y el veterano vocalista no ha decepcionado en su vuelta a Black Sabbath.

Aquel grupo que triunfó en los setenta ha vuelto a reunirse para sacar a la venta un disco que no se aleja en exceso de la esencia primigenia de la banda. Con “13” Black Sabbath ha recuperado los ritmos lentos, el sonido oscuro y profundo de la guitarra de Tony Iommy y los riffs sencillos pero contundentes y densos que caracterizaron a esta mítica formación en otros discos como “Black Sabbath”, “Paranoid” o “Master of Reality”. Esta es su vuelta a los orígenes aunque renovados tanto técnica como melódicamente.

La voz modulada del tenebroso Ozzy Osbourne es obvio que ha pasado por distintos filtros digitales aunque no por ello ha perdido el sentido de su música. En temas como “Zeitgeist” o “God is Dead?” se puede comprobar al Ozzy más clásico en un disco que deja entrever influencia de su etapa en solitario. El mundo de la música puede estar satisfecho con el rendimiento del vocalista de 64 años que aún continúa repartiendo letras épicas a pesar de no haber sido incluido nunca en el olimpo de los cantantes. 

13Una de las dudas que generó este disco era la aparición sorprendente de Brad Wilk (Rage Against the Machine/Audioslave) a la batería aunque éste estuvo a la altura de sus compañeros. Ha introducido su propio sonido para renovar una banda que parecía estancada en una gloria pasada. “Loner” o “Damaged Soul” son temas que llaman a la innovación de Black Sabbath en ritmo, velocidad y lo estático de la canción. Una obra que renueva el estilo pausado de la banda, lo cual lo agradecerán sus fans más jóvenes.

A la guitarra se mantiene el incasable Tony Iommy, el único miembro fiel durante toda la historia de la formación inglesa. Sonido muy definido, cargando de distorsión y escaso en notas que lo complementa al bajo el excelente Geezer Butler. Acordes y punteos sobre las últimas cuerdas del instrumento combinados en los solos con efectos que enriquecen un sonido ya de por sí característico. La magia no se pierde, sino que se perfecciona con el paso del tiempo y se madura poco a poco como se aprecia en “End of the Beggining”, “Age of Reason”, “Live Forever” o la apabullante “Dear Father”.

Black Sabbath podrá dormir tranquilo tras sacar a la venta “13”, una nueva obra maestra de la banda teniendo en cuenta los años transcurridos y los tiempos que corren. La ausencia de Bill Ward baqueta en mano no ha propiciado el fracaso de un álbum cargado de nostalgia que evoca épocas pasadas pero al mismo tiempo aporta esperanza a un panorama musical cada vez más pobre en este género.

 

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