Historia de la piratería y la soledad
Por Jose Manuel Sala. Artículo publicado originalmente en Nokton Magazine, puedes leerlo aquí
Esto no es una declaración de intenciones. Soy demasiado humilde como para ofrecer soluciones al tema de este artículo, cuestión (sin duda) fundamental de una sociedad, y que va más allá de industrias musicales o cinematográficas. Pero antes, un par de cortes cinematográficos.Flashbacks directos al pasado reciente.
Verano 2007: La cámara persigue a jóvenes que rompen escaparates y roban coches. Anuncio en contra de la piratería de películas. “La ley actúa”.
Verano 2008: En casa de una amiga, ella me pregunta si quiero algún álbum de The Smiths. Cuando le pregunto cuáles tiene, ella hace un gesto extraño. “No lo sé, me los descargué todos y los voy poniendo en aleatorio”. Al final me los pasa todos.
Julio 2009: Londres. Stephen Fry presenta el festival ITunes. El maravilloso actor y presentador anuncia que “no hay que tener miedo” que hay que usar las nuevas tecnologías para ser más libres, y no quedarnos solos y que, “por el amor de dios, el que hizo aquel anuncio en contra de la piratería, ¿cómo se le ocurre comparar descargarse una serie con robar un maldito coche?”
El público extasiado le pregunta cuál ha sido la última serie que se ha descargado. Stephen Fry sonríe y contesta con acento americano: la season finale de su compañero de fatigas Hugh Laurie, House.
El público estalla en aplausos.
La banda australiana que viene a continuación empieza a preparar el equipo. Antes de empezar la actuación el cantante coge el micrófono: “espero que guste el espectáculo, aunque a nosotros el señor Fry nos ha asustado un poco” (ocultando tras las palabras el esfuerzo de tocar en un festival que vete tú a saber cuánto les va a pagar a unos novatos como ellos, que han viajado kilómetros y cuyo poco prestigio aún debe ponerse a prueba en los directos).
Durante el concierto, The Temper Trap están nerviosos. Versionan un tema de Bruce Springsteen (¡herejía!, gritan los ingleses a mis espaldas. O quizás soy yo, que grito mucho). Críticas nefastas.
Agosto 2009: Casi dos meses después, The Temper Trap están en entre los artistas más escuchados del momento gracias al tema Sweet Disposition, que aparece en la banda sonora de la película independiente 500 days of Summer, estrenada ese mismo verano.
Mayo 2013: En una película documental llamada Searching for Sugar Man se relata la historia de un cantante desconocido que, sin saberlo ni quererlo, se convierte en ídolo de un país ajeno gracias a una piratería rudimentaria, y sin, por supuesto, recibir ninguna compensación económica a cambio. Cuando se reflexiona sobre el hecho, al cantautor (puro Bartleby de nuestros tiempos) parece no importarle demasiado y alude al hecho de que, al menos, “hizo feliz a mucha gente”.
Ojalá lo hubieras sabido antes, genio, me hubiera gustado decirle.
22 de Junio 2013: El día más largo y brillante del año ha terminado. Vengo de un directo por el que no pagué la entrada (esta vez no fue mi culpa: llegué tarde) y por la que creo que no había que haber pagado (¿Habrán pagado los rostros conocidos? ¿De verdad le llegará todo el dinero a la solista? ¿Merecía ser tan cara la entrada? ¿Pagará derechos cada vez que hace una versión de un tema de Radiohead? Y sobre todo, ¿cómo hubiera sido ese Fake Plastic Trees con guitarra? Jamás lo sabré).
Enciendo el ordenador y escucho el primer disco de The Neighbourhood. Hice una reseña de sus sencillos a principios de año en un gesto de pura estupidez. Me explico: ni conocen el blog en que publiqué su reseña ni tan siquiera les servirá para darse a conocer. Un movimiento cargado de amor no correspondido, sin dar nada a cambio, lo que lo convierte en un gesto de egoísmo.
Escucho por Spotify el tema How (Cómo) que abre el disco y en la soledad de mi habitación recuerdo a las discografías enteras que anidan en alguna parte de mi ordenador. Recuerdo a Stephen Fry hablando de que este mundo digital en el que vivimos debe hacernos libre y no encerrarnos en nuestra pequeña gran nube de información.
Recuerdo las palabras de Rodríguez y pienso en que, quizás, en Madrid o en París otros veinteañeros como yo estén siendo hipnotizados por How, sin saberlo, sin dar nada a cambio. Completamente egoístas. Completamente solos.
Es entonces me pregunto cómo podemos cambiar todo esto.
Cómo.
Tras comprar online I love you, primer disco de The Neighbourhoodcontacto a través de la página web. Busco correos, les escribo un mensaje corto y directo. No espero felicitaciones.
La respuesta, inesperada, llega a la mañana siguiente.
Hi Jose,
Thanks, thanks, thanks a lot, dude.
Greetings from LA
Escucho la letra de la pista 3 del disco: “I’ll be alone, I’ll be alone, I’ll be alone, With everybody watching me”. Contrario a la canción, hoy me siento menos solo.
Y eso me gusta.
José Manuel Sala Díaz
@jomsaz