Canción errónea
Canción errónea
Antonio Gamoneda
Tusquets Editores
Por José Antonio Olmedo López-Amor
En su colección “Marginales” Nuevos textos sagrados Nº 278, la editorial Tusquets cuenta en su haber con la última obra del genial poeta ovetense Antonio Gamoneda.
Tras ocho años de silencio, de reflexión y trabajo en la oscuridad, después de la publicación de “Cecilia” y de la concesión del Premio Cervantes en 2006 nos llega “Canción errónea” una esperadísima obra que no pretende ser cumbre pero lo es, la cumbre de un autor en plenitud que, como él mismo dice en una entrevista, muy consciente de su longevidad, tiene prisa por contar. A sus 81 años parece haber encontrado el camino de la tranquilidad, ha cambiado el miedo por la indiferencia, y nos ofrece una mirada combativa, que traspasa, empapada de memoria e insurgencia poética.
El libro presenta los poemas, sin títulos ni citas, en palabras del propio Gamoneda, desnudos, tan sólo rompe esa idea una cita de Lezama Lima. Encontramos los versos esparcidos, separados por vacíos que los dilatan entre el silencio. Antoni Tápies, viejo colaborador de éste leonés de adopción, decora la cubierta del libro con una ilustración en blanco y negro correspondiente al libro “¿Tú?” un libro de Gamoneda con grabados de Tápies del año 1999.
Los versos de Gamoneda destilan figuras metafóricas recurrentes durante toda la obra, la luz de mil maneras, las palomas, las flores, su particular concepción del amarillo, y las gallinas. Hay en este volumen un verso polémico que dice “Creo en las madres propietarias de gallinas locas, ¡cuánto amo sus huesos amarillos!” que ha dado mucho que hablar sacado de contexto en multitud de espacios digitales, llegando a levantar una hilarante rumorología parecida al efecto provocado por la restauración del Cristo de San Borja en España. Sin entrar en valoraciones personales, que casi siempre son injustas y más tratándose de un autor con una bibliografía tan dilatada como el que nos ocupa, sostengo que “Canción errónea” no es una de las mejores versiones de Gamoneda pero con eso y todo no deja de ser una lectura imprescindible.
Gamoneda nos propone recurrir a una insurgencia poética contra la injusticia, nunca ha creído Antonio que la poesía sea un arma cargada de futuro, como afirmó Gabriel Celaya, sin embargo, sí cree que el artista debe luchar contra la opresión y pronunciarse, ahora más que nunca, contra un presente que lo conmina y lo flagela.
Entendiendo la existencia universal como un accidente, Gamoneda tiene una concepción de la vida como milagro efímero. Si lo normal es no existir, tanto la vida como todo lo que nos ofrece; amor, dolor, amistad, descubrimiento de la belleza…etc, son errores divinos que tenemos que saber disfrutar y de los que tenemos que aprender. Estos hallazgos deberían ser, según Gamoneda, verdaderamente importantes para nosotros, ya que enaltecen positivamente nuestro ánimo e invitan tanto a la reflexión como a florecer la sensibilidad.
Gamoneda ya tiene terminada la segunda parte de sus memorias así como un nuevo poemario que llevará por título “Venas Comunales” en el que podremos comprobar cómo desarrolla más gráficamente gran parte de sus arraigados valores como la solidaridad con el amigo y la insurgencia contra el opresor.
Sirvan de argumento testimonial las propias palabras del autor para obviar la tesis filosófica que impregna toda su obra: “Tengo una pequeña filosofía con respecto a lo que estamos viviendo: las cosas tiene que ponerse muy mal para que cambien, la poesía intensifica la capacidad de conciencia del lector. El poeta crea un estado de alerta en él, pero sin necesidad de predicar porque la poesía no es para predicar ni el marxismo ni el cristianismo”.