CANAL NOSTALGIA: 'Perdidos en el espacio'
Por JON C. ALONSO
Estamos en el planeta de la península taciturna, empapada de su blanco y negro habitual. Viendo como un tipo envuelto en papel de aluminio aterrizaba en la Luna. Unos instantes de modernidad efímera en las camas de los sacrificados españolitos a la espera de aventuras, como navegar por el espacio a una velocidad hipersónica. Las familias querían perderse en un espacio lejano del mundanal y lirico universo terrícola; los Robinson habían dejado las islas del Pacífico por una nueva colonia intergaláctica. Perdidos en el espacio fue sin ninguna duda, un producto adorado por toda la parroquia. Con un corazón tan grande como aquel abuelo, José Isbert y su incontable grey. Una serie de las más apreciadas por su carácter —eminentemente— familiar. Aventuras espaciales dirigidas a todos los públicos; amor, fantasía, humor, intriga y mucha imaginación. Guiones algo estrafalarios entre lo surrealista y espuma kitch. Un viaje, que puede sonar a coña, pues despegaba en el año 1997. A día de hoy en una estación de la ITV, no pasaba la nave ni a empujones. Amén, de su entusiasmo y ganas. Serie que fue el despertar de toda una generación polivinílica que no tardó mucho enterarse que pasó en aquel susodicho año.
La historia se centraba en las teorías psicoestelares del Dr. Robinson quien decide abandonar la Tierra. Nuestro planeta comienza a tener problemas de sobrepoblación en 1997. Obviamente, se plantea uno de los interrogantes que la ciencia, a día de hoy sigue preguntándose: la escasez de recursos naturales. Nada mejor, que iniciar una diáspora hacia el astro Alpha Centauri. Le acompañarán su mujer Maureen Robinson (June Lockhart) y sus dos hijos, Will, Judy y Penny. Un viaje espacial, en el cual, permanecerán en estado de animación suspendida dentro de la nave Júpiter 2. Pilotada por el comandante Donald West, el amigo de toda la vida del Dr. Robinson. Empero, las cosas se irán complicando con la aparición de un agente extranjero, que hará lo imposible por sabotear el viaje, provocando que Jupiter 2 se desvíe de su trayectoria inicial. Historia, inspirada en la esencia de la novela “Los robinsones suizos” de J.R. Wyss, en la versión Sci-fi. La verdad, que no dejamos de pensar que esta ficción tenía como fecha de referencia 1997. Si tuviéramos que hacer una cronología de los hechos a modo de reportaje “informe semanal”. ¿Qué sería de la familia Robinson? A lo mejor, el sibilino ex presidente, Aznar tendría la respuesta. La serie duró 3 temporadas, emitiéndose 83 episodios entre los años 1965-68. Creada por el genio de este género Irwin Allen, a quien la fantasía se le quedaba pequeña respecto a cada nueva salida de su imaginativo y privilegiado cerebro. Recordemos “El túnel del tiempo” “Viaje al fondo del mar” y lo que vino después en la gran pantalla, como productor ejecutivo en “El coloso en llamas” y “La aventura del Poseidón” Buenos intérpretes, donde destacaba Jonathan Harris como el malvado pero a la vez entrañable Dr. Zachary Scott, que siempre estaba maquinando algo contra los miembros de la familia, sobre todo hacia el pequeño Will Robinson (Bill Mumy), el héroe de los más espectadores más pequeños. Dejó una huella muy honda a varias generaciones. La dirección de los capítulos, a cargo de gente tan solvente en lo que se llamaba la edad de oro de la TV Made in USA; Don Richardson, Sobey Martin, Shimon Wincelberg o Ezra Stone un grupeto muy solicitado por todos los canales de TV en aquellas décadas. Destacar la colaboración de estrellas invitadas.
Un pipiolo Kurt Russell, interpretando a un chico para terminar convirtiéndose en un hombre hecho y derecho. Marta Kristen y Angela Cartwright (que eran las niñas von Trapp en «Sonrisas y lágrimas») como sus dos hermanas Judy y Penny o Ron Gans o Albert Salmi, habituales en el género de la Sci-fi serie-B. «Perdidos en el espacio», fue un producto con una máxima—puede parecer algo bobalicona, vista hoy—entretener a una audiencia generalista. Sin mayores aspiraciones. Desde esa estética entre el kitch y lo trash, distraía muchísimo y al final de una larga jornada de trabajo se agradecía. Incluyendo Robbie el robot gritón: ¡Peligro, peligro! Que hasta se solapó en la gran mayoría de capítulos de los Simpson. Otro aspecto interesante, desde el punto de vista sociológico era la concepción machista de los roles y la falta de muticulturidad. Las mujeres pasaban sus días cocinando, limpiando y muy pendientes de los chicos, mientras los hombres se van a la búsqueda de aventuras exóticas. El detalle de ir explorando planetas de alienígenas y no encontrase con seres —exponencialmente— raciales es chocante. Pormenores, que veremos más adelante como en la mítica Star trek da un giro de 360 grados a esta concepción un poco arcaica e ingenua. En 1998 se rodó una versión cinematográfica, que fue un auténtico pelotazo taquillero. Un casting sobresaliente, con William Hurt, Mimie Rogers y Gary Oldman en los papeles principales. Del reparto juvenil destacamos a una Heather Graham—en su esplendor—Matt Le Blanc (Friends) o Jared Harris (Mad Men). Consiguiendo uno de los mayores éxitos en su primer fin de semana de estreno desbancando al hit parade de “Titanic”. Pero la crítica la vapuleo. Un director, con mucho oficio: Stephen Hopkins, el cual, se sintió molesto cuando se enteró que el film fue nominado a los Razzie. Posiblemente, lo mejor de este remake resida en su BSO compuesta por Bruce Broughton (que respetó el score principal, obra del maestro John Williams) y los temas de relleno electro house & trip-hop —archiconocidos— de Fatboy Slim, The Crystal Method o Propellerheads. Las 3 temporadas se pueden encontrar en su V.O. en Amazon USA y UK.●
¡Qué cómico resulta recordar aquellas series de antaño! Repuestas o de primera mano, cuando las pasaba la TV en blanco y negro.
«Perdidos en el Espacio» es la madre del cordero especial y espacial que vino después. Star Trek, Guerra de las Galaxias y un sinfín de etcéteras de serie A o Z. Ficción envuelta de plexiglás,¡mola!
Este canal nostalgia, con tus aportaciones, se ha vuelto muy entretenido.
Saludos, Anna
Pingback: La Vida en Series – Charjaim