Entrevista a Paul Pen por "El brillo de las luciérnagas". «No existe criatura más fascinante que aquella que es capaz de crear luz por sí misma»

 

Por Benito Garrido.

 

Tengo diez años y llevo toda mi vida dentro de este sótano. Vivo en la oscuridad con mis padres, mi abuela, mi hermana y mi hermano. Todos están desfigurados por el fuego. Mi hermana lleva una máscara blanca para tapar sus quemaduras, porque papá dice que su cara podría asustarme.

 

El brillo de las luciérnagas, de Paul Pen.
El brillo de las luciérnagas, de Paul Pen.

Paul Pen (Madrid, 1979) es periodista, guionista y escritor. Se dedica a la ficción desde que leyó Las Brujas, de Roald Dahl, el autor que más le ha marcado junto con Stephen King. Su primera novela, El aviso, le valió el título de Nuevo Talento Fnac en 2011, además de ser traducida a varios idiomas. El brillo de las luciérnagas es su escalofriante segunda novela, y la que le confirma como uno de los más prometedores autores de thriller psicológico del panorama español. De ambas novelas se está ya preparando versión cinematográfica.

 

El brillo de las luciérnagas.  Paul Pen.  Editorial Plaza & Janés, 2013.  368 páginas.  17,90 €

 

Esta es la historia de un niño de diez años curioso, imaginativo y soñador, que podría ser parecida a la de cualquier otro niño si no fuera porque lleva toda su vida encerrado en un sótano. Un espacio impenetrable en el que nació y habita junto a su familia, todos horriblemente desfigurados por un misterioso incendio del que nadie habla. Pero la vida oculta de la familia va a cambiar: su hermana acaba de dar a luz, el Hombre Grillo acecha peligrosamente en las sombras y él recibe la visita de unas misteriosas luciérnagas, cuyo potente brillo le animará a preguntarse por el mundo exterior, a intentar escapar del sótano en busca de la verdad… No existe criatura más fascinante que aquella que es capaz de crear luz por sí misma… Lo malo es que aquí todas las puertas están cerradas…

 

P.- Háblame de cómo nació, cómo se gestó este tremendo thriller psicológico.

Todo surgió de aquel caso tan terrible que se dio en Austria, el monstruo de Amstetten, aquel hombre que secuestró a su hija durante veinticuatro años, la tuvo retenida en el sótano de su casa y tuvo seis hijos con ella. Me llamó la atención sobre todo aquellos niños que hicieron toda su vida en aquel sótano, y que de pronto, salen al exterior. Verdaderamente me impactó tanto que se quedó en algún lugar de mi cerebro, hasta que salió convertido en esta historia. Una historia, por supuesto, muy diferente, pero que conserva el germen de ese interrogante: cómo se enfrenta a lo desconocido del exterior una persona que ha vivido toda su vida en un sótano…

 

P.- Historia escalofriante que el lector no termina de ver por donde va a girar, pero que atrapa y desasosiega a un tiempo. ¿Por qué tras la mirada narradora de un niño?

Tenía claro que el narrador debía ser ese niño que cuenta su historia en primera persona: para seguir ocultando el misterio que un narrador omnisciente podría revelar, y para transmitir esa sensación de ser una persona contenta con las condiciones en que vive. El niño está feliz ahí, con su familia, en su mundo… un poco lo que nos ocurre a todos, que estamos encerrados en nuestro mundo, y tampoco nos planteamos qué hay más allá. La mayor parte de las personas nacen y mueren en una misma ciudad. Es como si todos estuviésemos encerrados en un mundo donde se cumplen las expectativas que tenemos sobre nosotros mismos. Y haciendo protagonista al niño buscaba la ingenuidad, la inocencia y la fuerza que solo tienen estos personajes, además de conseguir con el lector ese elemento de identificación inmediato.

 

Paul Pen.
Paul Pen.

P.- La historia de un niño que nace en un sótano y que solo puede ver la vida a través de los ojos de su familia. Pero el terror y la dulzura se conforman entonces en lo que podría ser un alegato metafórico de todas esas cadenas invisibles a las que estamos aferrados, y que nos cuesta romper.

En realidad toda la novela es una búsqueda de la verdad, algo que dejo claro en el epílogo: está en nosotros el tratar de buscar más allá de nuestro propio mundo. Aparte de que haya una trama y una historia interesante que enganche al lector, en esta novela me he atrevido a buscar algo más, ese mensaje, esa lectura un poco más profunda. Atrévete a romper, a buscar, a salir de la comodidad de ese pequeño mundo al que todos nos acomodamos en mayor o menor medida. Tendemos de manera natural a aceptar que nuestros pensamientos son los válidos. Yo sin embargo, busco que todos seamos ese niño y que nos atrevamos a mirar más allá.

 

P.- Personajes que esconden un secreto, que viven reprimidos en su desfigurados cuerpos y rostros, y que aparecen sin nombre… el niño no llega nunca a nombrarlos… ¿Quizás para incrementar la tensión y el miedo?

Fue algo más simple: al escribir en primera persona y por la boca de un niño, me percaté de que un niño nunca llama a sus padres por su nombre, ni a su abuela. Quizás me lo planteé como un reto: tarde bastante en plantearme poner nombres, hasta el capítulo cinco más o menos, entonces justo en ese momento decidí continuar hasta el final sin poner nombres. Además, la historia es también muy genérico: nunca digo dónde transcurre, ni la localización, ni siquiera el país… no hay nombres, ninguno. Los personajes quedan definidos más por su papel que por su nombre.

 

P.- Claustrofobia y misterio aunados entre cuatro paredes, que como si de una obra teatral se tratase, consigue provocar la expectación y el malestar del lector que ya no puede parar…

Yo soy de escribir casi con mapa, incluso antes de ponerme, sé más o menos hacia donde voy. Eso que hacen otros escritores de improvisar en función de hacia donde le lleven los personajes no es lo mío, temo llegar a sitios que no conduzcan a ninguna salida, temo perderme. Me preocupa mucho la estructura, los capítulos: en cada uno quiero que pasen cosas, que acabe en un nivel tan alto, que no puedas dejar de leer el siguiente.

 

P.- “No existe criatura más fascinante que aquella que es capaz de crear luz por sí misma”. En tu novela la luz y la imaginación del protagonista contrasta con la oscuridad y la maldad de otros personajes, como algo que es habitual en el ser humano…

Sí, de hecho, antes de publicar la novela, cuando me preguntaba de qué iba, siempre comentaba que es como un enfrentamiento entre la luz y la oscuridad, que ocurre de forma literal, pero que afecta directamente a la naturaleza humana. Realmente estamos viendo actitudes horrorosas en el ser humano, una dualidad entre la bondad y la maldad que es inevitable y que yo quería reflejar en la historia. El amor del niño a su familia y a su mundo, su ingenuidad e inocencia, contrastan con la oscuridad misteriosa de los otros personajes.

 

El brilloP.- Otro tema que tratas es el fin de la inocencia ligada a la niñez, algo que no siempre es tan traumático como en tu novela…

Es traumático pero a la vez empuja al niño a saber qué hay más allá de todas esas puertas cerradas. Esa pérdida de la inocencia, esa curiosidad, esa búsqueda de la verdad es lo que impulsa al niño a querer salir del sótano y a ver qué se encuentra fuera de esa cuatro paredes.

Ponerse en la piel de un niño me permite poder evitar las descripciones detalladas del aspecto físico de sus familiares. El niño en primera persona no se va a parar a describir a su madre o a su padre. El lector termina identificando a los personajes por dos detalles físicos concretos (cicatrices, máscara, movimiento de ojos…) y ya está. De hecho, el niño vive sin miedo e incluso le gustaría tener la cara quemada como la tienen el resto de personajes: quiere ser como lo demás, no diferente. La llegada del bebé se convierte en detonante clave del despertar de un chaval que no quiere que ese nuevo ser conozca el mundo exterior solo a través de libros, películas y lo que cuentan los padres.

 

P.- Visión muy cinematográfica de la historia, incluso teatral por lo reducido del escenario. Creo incluso que una productora ya ha comprado los derechos.

No me lo planteé cuando escribía, pero sí se trata de una única localización, lo cual podría facilitar la escenificación. Lo que sí han sido adquiridos ya son los derechos para llevarla al cine.

Suelo escribir de forma muy visual. A la hora de pensar en historias tengo más referencias visuales, cinematográficas o televisivas que meramente literarias. Cuando escribo veo imágenes, como si estuviera escribiendo una película. Luego también me meto en los sentimientos y reflexiones de los personajes, pues para eso está la literatura, pero sí que la sucesión de hechos es muy visual: describo mucho la iluminación, los sonidos… De hecho me he dado cuenta con esta novela que en castellano faltan palabras que definan sonidos.

 

P.- ¿Cómo se sitúa el escritor, cómo se siente, al escribir sobre un ambiente claustrofóbico?

Sorprendentemente entraba rápido en el ambiente de la novela, sí que es verdad que después de muchas horas escribiendo uno se siente un poco sobrecogido, igual imagino que el lector que se entrega a la historia. En esos momentos la necesidad de aire es inevitable, entonces salía y me iba a pasear, para romper y desconectar. Independientemente de la oscuridad, con lo que me quedo como autor es con los pequeños puntos de color y vida absoluta: el rayo de sol, las luciérnagas, el cactus…

 

P.- ¿Cómo ha sido tu entrada y evolución en el mundo literario?

Todo ha sido un atrevimiento desde el principio, tener clara una idea y atreverse a escribir sobre ella. Para lanzarte con una primera novela lo más importante es creer en ti mismo, romper con la rutina y destapar tu capacidad de escribir. Al menos ese fue mi caso, y mira que yo ya tenía mucho ganado por el hecho de ser periodista. Del vértigo que supone romper con la rutina al sacrificio de la literatura hay un paso realmente duro, y mucho tiempo de dedicación.

Mi evolución desde El aviso ha sido también un atrevimiento, el de darle un mensaje, una profundidad a la novela que antes quizás no había buscado. Antes buscaba el entretenimiento y el interés del lector, y ahora, aunque también lo busco, me apetecía darle una segunda lectura al texto.

 

P.- Este es un nuevo thriller psicológico… ¿Qué te aporta este género que no encuentras en otros?

Creo que es porque a mí siempre me ha gustado mucho este género, he sido un gran consumidor de thriller, de cine de terror. En esa línea creo que es lógico que uno empiece escribiendo lo que siempre le ha atraído más.

 

P.- ¿Qué expectativas tienes puestas en tu libro? ¿Cómo ha sido el paso de RBA a P&J?

P&J siempre ha sido mi editorial favorita pues yo desde pequeño leía a Stephen King en este sello. Entonces se convirtió en el lugar en que siempre me planteé estar. Aparte de esto, RBA me incluyó en una colección de novela negra, un género con el que no termino de sentirme identificado, y con el que estoy convencido mi anterior novela no casaba totalmente, quizás un par de puntos, no más. Mi universo de thriller psicológico he podido desarrollarlo tal y como yo quería en P&J. A RBA les agradezco mucho que me diesen la gran oportunidad de publicar, pero para mi nueva novela yo buscaba un nombre propio al margen de una colección.

 

P.- ¿Tienes ya nuevos proyectos literarios entre manos de los que nos puedas hablar?

Gracias a El aviso me ha surgido una oportunidad de trabajar en el cine: estoy escribiendo un guión cinematográfico. Pero por otro lado quiero continuar con mi carrera como escritor, de hecho, tengo ya la idea para mi tercera novela.

 

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