“Somos ciudad”
Por Barbara Bacconi.
Carlos Cervera 38, Valencia.
Hasta el 23 de junio.
Valencia es una ciudad que tiene mucho que ofrecer a los turistas atraídos por la famosa Ciudad de las Artes y de las Ciencias y a los que, como yo, han decidido de vivir un tiempo aquí.
A pesar de este «tiempo», sin embargo son muchos los rincones de la ciudad que conocer, como por ejemplo los espacios expositivos que, por lo menos en esta polis mediterránea, parecen competir entre sí para difundir el nuevo arte contemporáneo.
Y también ocurre que, a pesar de que me mantenga informada de todo este movimiento de arte en la ciudad, siempre hay algo que naturalmente se me escapa, así que me encanta cuando, paseando por las calles de Valencia encuentro una nueva exposición o la apertura de un nuevo espacio.
Esta es una breve historia de una exposición conocida por casualidad, inaugurada el viernes pasado, 7 de junio, en la Galería Espacio donde, deliberadamente, quise esperar que acabara la presentación para poder disfrutar de la belleza de las obras que allí están expuestas.
«Somos ciudad» en la Galería Espacio, que brinda su abertura hace un año y está ubicada en uno de los barrios más famosos de Valencia, Ruzafa, que en los últimos tiempos se ha convertido en un lugar atractivo para los mismos valencianos y los nuevos bohemios.
Se trata de una exposición que nace de la colaboración entre las cinco artistas que dirigen la galería y Pilar Beltrán, profesora Asociada en el Departamento de Pintura de la Facultad de Bellas Artes, que para esta ocasión ha comisariado la muestra que permanecerá abierta hasta el 23 de junio y que recoge el trabajo de 25 estudiantes, entre ellos algunos de Erasmus de Bellas Artes que cursan la asignatura de Pintura y Fotografía.
La filosofía de la exposición es una reflexión sobre la ciudad que habitamos y abarca los conceptos estrechamente vinculados a la historia, la estructura, el desarrollo desde el punto de vista filosófico, geográfico, social y arquitectónico.
Todo el espacio, moderadamente grande de la galería, ha sido ocupado por micro exposiciones que se convierten en cartografías que, miradas de muy cerca, nos ofrecen la peculiaridad de las técnicas utilizadas, como los fotogramas, fotografía analógica, fotografía digital, trasferencias, cianotipias, video y nos dan a conocer muchos particulares, sutiles matices que dan placer a todo el conjunto.
Micros instalaciones entonces que nos quieren desvelar rincones, edificios, callejas, plazas de una ciudad que vivimos y que, con nuestra voluntad de descubrir siempre, se renueva constantemente.
Son fotos en blanco y negro, coloreadas, hasta “antiguas”, micro fragmentos sobre nuestra realidad cotidiana, la metodología compositiva de la exposición se justifica así misma y encuentra su importancia ya que ayuda a estimular nuestras percepciones y reflexiones sobre la urbe en la que vivimos.
Las fotos forman parte de un juego cargado de emociones fuertes suscitadas por una estudiada y apreciada distribución de cada instalación: organizadas unas al lado de otras, en una precisa simetría, o sobrepuestas caóticamente como un post-it que nos ayuda a crecer nuestras emociones, o también nos encontramos con fotos estrechas y largas puestas como si fueran una escalas para aumentar nuestra tensión en un movimiento arriba-abajo, o nos hallamos delante una fotografía “sola” que rompe el vertiginoso juego emocional para que lo podamos retomar más adelante.