Abuelikas: un hermoso ejercicio de justicia poética

Por Eva Llergo

Abuelikas es el retrato de Trini, una anciana de 78 que, contra todo pronóstico, tiene unas ansias imparables de vivir. Sin embargo, en su entorno, esta vitalidad resulta tan impropia, tan obscena, tan, en fin, fuera de lugar, que inconscientemente se construye todo un entramado a su alrededor para irla destruyendo y conducirla hacia donde naturalmente (piensan ellos) debe  colocarse: en una estación de espera a la muerte.

A nuestro juicio, éste es el primer logro de Abuelikas: poner en evidencia la tendencia de las sociedades urbanitas y capitalistas actuales a enfocar la vejez como un estadio sin derechos ni deseos, una especie de retorno a la infancia pero sin las perspectivas, sueños y esperanzas obvias que tiene ser niño. Vamos, un callejón sin salida. Por otro lado, también loamos la valentía que supone tocar desde una disciplina artística algo que parece ser un agujero negro en nuestra memoria: la vejez.

AbuelikasNuestra protagonista, Trini, con su peculiar y auténtico sentido del humor, nos conduce por la dureza de su vida actual (en una residencia de ancianos), pero también por sus sueños y esperanzas. Trini quiere volar, quiere bailar, quiere enamorarse, y tampoco ha dejado relegados los placeres del sexo. Es una auténtica fuerza de la naturaleza, lo cual escandaliza a todo aquel que se cruza con ella y hace navegar la obra entre momentos hilarantes y otros de nítida tragedia.

Saliendo del plano de la trama, otra de las sorpresas que esconde Abuelikas nos la da el hecho de que Trini está encarnada por Natalia Narbón (que firma también el texto y la dirección). Una actriz diríamos de “treintaitantos” que, ante nuestros ojos, se transforma en una abuelika hecha y derecha con la rapidez y la verosimilitud que conferirían una mágica poción de envejecimiento. No le va a la zaga su compañera, María Escobar, que le da la réplica a través de un abanico de personajes, de entre los que sobresale la compleja hija que canaliza el amor hacia su madre a través de los reproches.

En cuanto al texto y el montaje, el realismo ácido de los diálogos entre madre e hija confronta con el hermoso plano subconsciente visto a través de unos cuantos episodios de danza-teatro insertados con delicadeza en la trama.

En fin, a Abuelikas sólo le íbamos a hacer un reproche: ciertos tópicos maniqueos que se intuyen durante el transcurso de la obra. Por ejemplo, la frialdad, aparentemente inquebrantable, de la hija de Trini que aplana el carácter del personaje y que la hace parecer una mera antagonista, y la llegada de ese visitante misterioso que Trini espera durante toda la trama…

Sin embargo, decimos “íbamos” porque, en realidad, la autora juega hábilmente con nuestras expectativas. Condescendientemente, nos deja creer durante gran parte del espectáculo que todo es tan simple como parece para, con un golpe maestro, romper con todos los tópicos y enderezar la obra hacia donde ha estado conducida desde el principio a pesar de nuestro despiste: el optimismo.

Abuelikas es, en resumen, un espectáculo sensible e inteligente donde todo funciona. Y es también un delicado homenaje, un hermoso ejercicio de justicia poética para aquellos que tanto se lo merecen: nuestros mayores.

           

Abuelikas

Texto: Natalia Narbón

Compañía: Forja Teatro

Dirección: Natalia Narbón

Reparto: Natalia Narbón, María Escobar

Lugar: Sala-teatro La Grada

Fecha: Del 13 al 16 de junio

Hora: 21.00h.; domingo, a las 20.00h. 

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