El microcuento como oasis de reflexión
Por Ignacio G. Barbero.
“Sólo aquellos que se arrastran jamás tropiezan”
Vivimos tiempos interesantes. Maldición que nos obliga a estar siempre pendientes de la próxima noticia que va a causarnos estupor, de la siguiente receta milagrosa que va a “solucionar” nuestros problemas. Sin pausa ni descanso, permanecemos en incesante comunicación con ese mundo exterior frenético, confuso y colmado de datos. Un estado de alerta que, añadido a las imposiciones laborales y sociales, ha ido empobreciendo progresivamente nuestra capacidad de reflexión, puesto que el ejercicio de ésta implica una ausencia de ruido informativo, un silencio, cada vez menos posible.
Por ello, encontrar oasis silenciosos, calmos, donde descubrir ideas que nos permitan plantearnos problemas éticos y nuevas formas de interpretar la realidad, es un gran regalo. La joven Editorial Xorki ha hecho de estas conquistas su principal motor de trabajo y lo vuelve a demostrar con los “Nuevos estropicuentos de Claudio”, de Peter Pišťanek. Nacido en 1960, y de origen eslovaco, el autor nos sitúa ante un conjunto de microcuentos que tienen como protagonista a Claudio “el Grande”/ “el Fabuloso”, una rey enigmático de un reino sin nombre. Los breves relatos, de apenas una página de extensión, describen sus encuentros con miembros de la corte, súbditos, periodistas, etc. En la línea de la más clásica literatura moral, el mandatario sentencia con sumo ingenio y calado sobre los diversos temas que se van abordando en esos encuentros. Cada una de esas máximas es una pequeña joya a atesorar y analizar detenidamente:
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“En una sociedad que funcione adecuadamente debe haber también un lugar positivo para las pasiones humanas negativas”.
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“¡Creedme, ningún dios falta allí donde no haya razón!”.
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“Mucha gente cree tener las manos limpias sólo por su flaca memoria”.
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“¿Y tú no temes una insurrección, oh, Grande? (…) La gente que está firmando todo el rato peticiones por norma general, tiene poca gana de abandonar la certeza de la hoja de firmas -dijo Claudio. Siempre veremos sus firmas, pero nunca darán la cara”.
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“Sólo aquellos que se arrastran jamas tropiezan”.
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“La cobardía ha arrastrado al hombre más de una vez a cometer acciones audaces.
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“¿Cómo es posible que incluso un desengaño tan terrible no hunda tu fuerte y noble alma? (…)-Siempre acabo siendo un gran desengaño más rico.
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“Temer el castigo no sirve de nada. Hay que tener miedo del llanto de las víctimas”.
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“Aún no habéis llegado tan alto como para que os persiga la soberbia. De momento sólo la perseguís vosotros”.
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“Pensar duele siempre. Sólo las tonterías vienen al mundo sin los dolores del parto”.
Un sutil tono satírico que parodia la figura del jefe de estado sabio y omnipotente recorre toda la obra, pero la crítica política no sólo se centra en los “Claudio”, sino en todos aquellos que se acercan al poder, en los súbditos – o ciudadanos- que acatan indolentes las injusticias de sus “líderes”, en la prensa que manipula sin cesar en función de para quién trabaja, etc. En resumen: una descripción del pasado, presente y futuro de casi toda sociedad humana. El postfacio, redactado por las editoras y traductoras de la obra, Valeria Kovachova y Patricia González Almarcha, nos ayuda enormemente a comprender y contextualizar esa efectiva combinación de cuento moral amable y cínico comentario social: “..el protagonista, Claudio, reincorpora en él y en la galería de adeptos o fieles seguidores suyos toda una morfología de la transmisión oral y folclórica eslovacas dentro de contenidos de ruptura con esquematismos soviéticos y corruptelas políticas de la Eslovaquia contemporánea” (p. 73).
La lectura de este texto, un híbrido de tradición y contemporaneidad, de cuento popular y crítica política, se completa en unas horas, mas el poso que deja su contenido queda en nosotros. La sabiduria de Claudio nos hará volver una y otra vez a sus enseñanzas, pues ese misterioso reino sin nombre que gobierna se convierte en un oasis de calma donde poder pararse en silencio a reflexionar sobre este desbocado mundo.
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“Nuevos estropicuentos de Claudio para principitos y elefantes”
Peter Pišťanek
Xorki Ediciones, 2012
77 pp. , 6’30 €